Gulf Kanawut era un niño con frágil apariencia, que fue vendido por sus padres con tan solo nueve años a un traficante de omegas y que luego, año tras año ha sido revendido a distintos alfas.El pequeño era muy trabajador y honrado pero su increíble belleza le trajo serios problemas al igual que su fuerte carácter.
Trabajó durante los primeros años para un alfa que tenía una granja y mucho terreno y allí fue feliz pues amaba el campo, aunque trabajó muy duro cosechando y recolectando los alimentos, al igual que los otros empleados.
Tan sólo tenía trece años cuando su primer celo lo azotó, este era muy hermoso pero apenas había ido a la escuela y esa era la vida que conocía.
Un día, un alfa muy rico y amigo de su dueño se encaprichó de él y tras mucho insistir se lo compró y lo llevó a su casona, a unos pocos kilómetros de la granja.
Este muy triste tuvo que dejar aquel lugar en el que a pesar de todo había vivido contento y cuando el lujoso automóvil del alfa se detuvo, vio que en aquel nuevo lugar no había terreno que cultivar, ni tampoco alimentos que recolectar y se preocupó pues no tenía ni idea de para que lo querían allí.
...-Camina omega... Mis hijas te esperan- le dijo su nuevo dueño.
El moreno bajó del coche algo asustado, ya que allí no conocía a nadie, luego entró seguido de su nuevo dueño a la casona, la cual en su interior aún se veía más grande.
Al rato vio bajar corriendo por las escaleras a cuatro preciosas omega con un olor muy dulce, todas muy risueñas y cantarinas.
-¡Hola papi!, ¡que bien que ya llegaste!, ¿Éste es nuestro nuevo sirviente?- preguntó emocionada una de las muchachas.
-Si querida, Gulf os servirá en lo que necesiteis- dijo el alfa muy sonriente, recibiendo un beso de cada una de sus hijas.
-¡Gracias papaito! ¡Que lindo, un sirviente para nosotras solas!, ¡este es el mejor regalo del mundo!-exclamó feliz otra de ellas.
Las chicas eran muy caprichosas e impacientes, aunque también tenían muchos momentos amables, en los que enseñaron al omega a leer y también a escribir.
Con el pasar de los años el omega se acostumbró a su nueva vida y vivió muy contento también en la casona, a pesar de extrañar el campo.
Finalmente las muchachas fueron creciendo al igual que él y una a una se casaron y se fueron yendo a sus nuevas vidas, así que cuando ya no fue necesario el viejo alfa lo volvió a vender.
A sus diecisiete años, el pobre omega fue comprado de nuevo por una mujer alfa, la cual era dueña de un pequeño hotel en la cuidad y allí se encargó de llevar y traer las maletas de los clientes, también limpiaba las habitaciones y los dos salones de fiesta.
La mujer lo trataba bien pero tenía un hermano también alfa, que era cruel y además su olor era realmente nauseabundo, al igual que su persona.
Decía que odiaba a los omega hombre por ser más débiles y mezquinos y presumía de solo meter en su cama a mujeres omega pero la realidad era que deseaba fervientemente a Gulf.
El pequeño omega desarrolló un carácter rebelde y arrogante que salió a flote cada vez que lo trataban mal, que casi siempre era ese alfa pues quería dominarlo y propasarse cada vez que tenía oportunidad.
Este no se callaba y se resistía pues ese hombre sacaba lo peor de él y varias veces acababa golpeando por no someterse a la voluntad de este.
No se dejó, ya que él solo quería hacer bien su trabajo y que aquel hombre lo dejase en paz y así pasó dos años de su vida, bajo golpes y abusos del maltratador alfa.
Una tarde en la que el omega ordenaba uno de los cuartos de los últimos huéspedes que se habían ido, éste entró botella en mano muy sigiloso y empezó a manosearlo.
Este luchó con todas sus fuerzas pero finalmente este le propinó un mal golpe y el omega cayó al suelo golpeándose en la cabeza.
-¡Gulf!, ¡levántate maldita sea!- gritó el viejo alfa muy molesto.
El pobre omega permanecía inmóvil e inconsciente en el suelo pero entonces la alfa llegó y vio lo ocurrido.
-¿Qué has hecho, hermano?, ¿lo has matado?, oh vaya pobre chico, eres un idiota y sabía que finalmente me materias en algún lío.
-Hermana..yo..yo... es que es un insolente...un arrogante y tiene que obedecer...- se excusó este muy borracho y asustado.
-Al final lo has conseguido y tendremos aquí a la policía!, ¡meterás al hotel y a mi en problemas- le siguió increpando enfadada.
De repente, el omega reaccionó emitiendo un leve quejido, entonces la mujer lo ayudó y lo llevó a su habitación para que descansara un poco.
-Oh gracias a Dios pequeño... perdona a Tom.. Sé que se le ha ido la mano... No te preocupes, hablaré con el y será más cuidadoso-se disculpó ésta.
Esa misma noche, el pobre omega se escapó pues no creía que eso terminara bien y no quería morir a manos del asqueroso alfa.
Ya no aguantaba más y tampoco creyó en las palabras de su duela, pues a pesar de ser amable con él, a ella solo le importaba su hotel y el dinero.
Este había metido sus pocas pertenencias en una pequeña maleta y también algo de comida saliendo de allí mientras todos dormían.
Caminó y caminó hasta que encontró un parque donde había una especie de casita de juegos para los niños, entonces se metió en ella pues pensó que sería un buen lugar para resguardarse y finalmente se quedó dormido.
A la mañana siguiente se despertó con el ruido del tráfico, entonces se levantó y siguió caminando entre la gente que reparaba en él, algunos mirándolo con pena y otros con asco.
Gulf se había convertido en un precioso joven omega de diecinueve años, el cual a pesar de su delgadez y frágil apariencia, su piel bronceada, su pelo lacio y sus finas facciones, llamaban la atención de muchos.
A las pocas horas le entró hambre y se sentó en las escaleras de un edificio para comerse los pocos alimentos que aún le quedaban, mientras miraba hacia todos los lados con miedo.
Al poco rato lo corrieron de allí y el extraviado omega siguió su camino sin saber muy bien a donde ir, ni que hacer.
Apenas tenía unas monedas que celosamente había guardado muy bien pues eran propinas que algunos gentiles clientes del hotel le habían dado a escondidas.
Gulf estaba solo y vagando por las desconocidas calles de la gran cuidad, preguntándose ¿Qué haría?, ¿A dónde podría ir? y ¿Qué tendría el destino preparado para él?, tan solo tenía una cosa clara..
«Jamás dejaría que un alfa lo pisoteara o tomara de él sin su consentimiento».
ESTÁS LEYENDO
3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse Terminada
Fiksi PenggemarMew es un alfa solitario que jamás sintió nada más allá de un vil y simple deseo por los omegas, ya que para él eran meros juguetes sexuales. Él creía que solo eran servibles para dar placer y criar a los hijos pero todo empezará a cambiar en una f...