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Tras un largo silencio, Saint se levantó y comenzó a caminar pero al ver que el chófer no lo seguía, retrocedió y extendió su mano para que este se levantase también.

—Ven demos un paseo.

—No pareces muy animado, ¿Acaso pasó algo?, puedes contármelo... prometo no decírselo a nadie—Dijo Zee sintiendo su olor a tristeza.

De repente las miradas de ambos jóvenes se encontraron y el joven alfa luchaba internamente pues tenía unas enormes ganas de besarle.

Los dos estaban allí, en la playa, solos, bajo la luz de una enorme luna, la cual se reflejaba en el tranquilo océano y una suave brisa acariciaba sus cabellos, era muy romántico y especial.

De repente se miraron fijamente, perdiéndose uno en los ojos del otro, sus bocas deseosas de probarse se acercaron más y más impulsadas por una atracción mutua, entonces Saint levantó su mano y acarició la mejilla de Zee tímidamente.

—Tú piel es muy suave y bonita—Dijo este al nervioso chófer, el cual ladeó su cara hacia la mano del alfa y cerró sus ojos.

Sentir el tacto de Saint le quemaba la piel y le hacía sentirse muy bien.

—Oye yo...

—Shsssss....

Cada vez estuvieron más cerca y parecía que se besarían pero entonces el chófer se separó dejando al alfa  confundido.

-¿Ocurre algo Zee?.

-No, es solo que, el ricachón y tú estáis....

—Suppasit no significa nada para mi— lo interrumpió— ...Es cosa de mis padres, ellos me obligan a atenderlo porque quieren hacerse socios de él pero yo no lo amo.

El omega entonces sonrió ante eso y soltó un profundo suspiro de alivio, por lo que Saint en un arrebato, se abalanzó sobre este atrapando sus labios y tumbándolo en la suave arena.

Tras romper el beso se miraron un segundo uno al otro y sonrieron felices, era increíble sentir la boca del otro y aunque el beso había sido tímido e inesperado al principio, poco a poco se fue intensificando.

Otros le siguieron, devorando con hambre la boca del otro, rodando por la arena en una batalla por ser el dominante, mientras el calor los fue invadiendo.

Saint tembló al sentir el aliento jadeante de Zee sobre su cara y a su vez, el omega se moría por probar la piel del joven alfa, así que le empezó a desabrochar los botones de la camisa, se la abrió y se relamió al ver el precioso pecho blanquecino con sus dos lindos pezones.

Saint también quería sentir su mano en la piel de Zee, así que tiró de la camiseta de este para que se la quitara, sintiéndose como nunca lo hubiesen imaginado.

Se besaban en la cara, en el cuello, en el pecho y entonces la cosa se fue profundizando.

Pronto sus bultos se frotaban uno contra el otro con suaves caricias que los hacían jadear y querer sentir más, sus boxer apretaban, Zee se puso encima en un movimiento rápido, entonces se incorporó hasta quedarse de rodillas y desabrochó el cinturón del alfa y luego el suyo.

-¿Estás seguro de esto?- preguntó el omega en medio de la excitación.

-Claro que lo estoy, tú eres al único que deseo, Zee- le dijo este incorporándose y tumbandolo en la arena nuevamente.

El chófer sonrió ante eso pues el alfa parecía frágil y afeminado pero su naturaleza lo hacía ser dominante en el sexo, aún así gemía y temblaba como un omega.

Saint se sentía muy mojado y dilatado aunque nunca lo había hecho con nadie, si había usado dildos y otros juguetes sexuales para apaciguar su celo.

Tras quitarse la ropa, el moreno omega sacó un condón del bolsillo, mientras Saint admiraba la gran polla de este relamiendose pues se veía tan jugosa y sabrosa, por lo que no aguantó más y se abalanzó sobre ella provocando un fuerte jadeo de placer en el omega.

Saint lamió y chupó con brío, le era deliciosa, mientras que Zee se retorcía tumbado en la arena y lanzaba al aire gritos y jadeos de placer.

-¡Jo-joder si!...¡eres increíble wow!.... ¡me en-cantas!, ¡sigue!, ¡cómemela to-da!.

Saint se volvió a incorporar y se sentó sobre Zee colocando una rodilla a cada lado, puso el condón en la dura polla del omega y a continuación la alineó con su más que lubricada entrada.

Poco poco Zee se introdujo en el interior del alfa, el cual soltó un fuerte rugido de dolor, deteniéndose cuando la tuvo toda en el interior.

Cuando se acostumbró al grosor de esta, el castaño comenzó un suave galope al mismo tiempo que los dos soltaban jadeos al unísono.

Pronto intensificó los saltos, llevándolos a la locura pues era demencial lo bien que se sentía la polla del omega en su interior, mientras besaba y mordía el pecho y los pezones del chófer, dándole increíbles espasmos de placer.

El moreno golpeaba la próstata del alfa, entonces este se cogió su propia polla y empezó a bombearla hasta el momento en el que estuvo a punto de llegar al éxtasis, entonces sintió sus colmillos crecer y le invadió unas enormes ganas de morder el hermoso cuello a Zee.

El chófer lo miró sumiso y acto seguido ladeó su cabeza dándole paso al alfa, el cual le clavó sus colmillos haciendo que este lanzase un fuerte grito que fue acallado por el placer de correrse, expulsando tiras infinitas de caliente y espeso semen dentro del condón, al mismo tiempo que Saint se corría en el vientre del omega.

Luego de unos minutos de intenso clímax, Saint lamió la herida de Zee, mientras este se recuperaba entre jadeos, luego se bajó de él y se tumbó en la arena también.

Los dos sonrieron felices, por el maravilloso momento que habían vivido juntos, habían conectado y sin pensar bien las consecuencias de su acto, se habían unido a través de la marca.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora