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Cada vez que a Zee y Saint se le brindaba la ocasión, estos se encontraban y daban rienda suelta a su amor, el cual fue creciendo poco a poco hasta el punto de no poder estar sin besarse o tocarse a cada rato, viviendo en una constante agonía.

En cada encuentro sexual su lazo se hacía más fuerte pues Saint volvía a morder reabriendo la herida del omega y luego la lamía amorosamente, ya que su saliva era su mejor cura.

Sin embargo había momentos muy amargos, ya que Zee estaba celoso por las continuas visitas, regalos y atenciones de Mew que le hacía a su lindo alfa.

Eso provocaba que discutieran bastante y el pobre Saint no sabía que hacer, no quería ver así a su omega pero tampoco quería enfadar a sus padres rechazando a Mew, tan solo rezaba esperando que este se cansase finalmente y dejase de cortejarle.

Tiempo después, una noche en que los Suppapong y Mew fueron invitados a una fiesta de gala, Zee los llevó a todos en el coche de sus jefes.

Estaba muy molesto pues por el retrovisor miraba a Saint y al alfa, mientras este le decía cosas bonitas y lo agarraba de la mano disimulando ante su socio.

...-¿Ocurre algo muchacho?, pareces irritado por algo-preguntó su jefe percibiendo su olor.

-No señor, no es nada importante.

Cuando llegaron al lugar de la fiesta y se bajaron, Saint que también había  percibido el enfado del omega, el cual sabía que eran celos y desesperación, sintió mucho pesar pues no podía hacer nada.

A medida que la noche avanzaba, el omega estuvo peor, su enfado fue a más y furioso paseaba por el aparcamiento y por los alrededores de la casona donde se celebraba la fiesta.

Su mente divagaba y lo asediaba con pensamientos lujuriosos de Saint siendo tocado o incluso besado por Suppasit.

Tres horas más tarde sus jefes lo llamaron para que los llevara a casa, ya estaban cansados, entonces él pensó que se irían todos pero cuando volvió a la entrada principal con el coche, tan ellos estaban.

-Zee vámonos ya a casa, estoy muerto.

-¿Y su hi-hijo señor y el señor Suppasit?-preguntó preocupado.

-Mi hijo y su novio se quedan en la fiesta, creo que luego él lo llevará a casa-contestó este muy satisfecho.

El chófer sujetó el volante con fuerza apretando los dientes, se imaginaba que era el cuello de Mew, no le faltaban ganas de hacer una locura si éste llegaba a ponerle la mano encima a su alfa.

Condujo furioso, no podía razonar solo imaginaba todas las posturas  que los dos podían hacer follando en los baños de aquel lugar.

Joong y Mali estaban algo ebrios, por lo que habían cerrado sus ojos y apenas se dieron cuenta de la velocidad que llevaban y de las señales de tráfico que su chofer se saltó.

Finalmente, llegaron a la casa y su jefe le dijo que ya se podía ir a descansar pero este no se acostó, no podía de la rabia e impotencia se sentía.

Tras golpear en varias ocasiones con el puño uno de los árboles del jardín maldiciendo a Mew y también a sí mismo, este cogió las llaves de la moto de Saint y empujándola hasta la carretera general para no hacer ruido, se volvió a la casona donde se celebraba la fiesta.

No podía entrar, así que esperó hasta que una hora después vio salir a ambos cogidos de la mano y riéndose muy animados por aquello de aparentar.

El empresario alfa pensó que era necesario seguir actuando pues alguien podía irle con algún tipo de mal chisme al viejo Suppapong y todo se iría a la mierda.

El moreno omega sentía morirse mientras seguía al taxi que estos habían cogido hasta la casa de los Suppapong, luego observó como este se bajaba, le abría la puerta a Saint, el cual le sonreía muy sonrojado.

Hasta ahí todo fue más o menos pero entonces sucedió algo que enfureció al omega y lo cual no pudo soportar, Mew besó a Saint en los labios antes de irse.

Zee resopló mientras varias lágrimas salían de sus ojos, entonces volvió a encender la moto y salió volando de allí.

A Saint le pareció reconocer el sonido de su moto pero cuando miró hacía la carretera no vio nada, no se alarmó pues creía que el chófer estaría descansando y su moto en el garaje, así que entró en la casa.

Cuando el joven alfa salió de su vista de Mew tras la puerta de su casa, este rápidamente se limpió la boca con la manga del traje y se volvió al taxi.

Los labios de Saint lo repugnaban pero había sido necesario para que la mentira siguiese siendo creíble.

A kilómetros de allí, el omega chófer conducía muy rápido, sus ojos aguados apenas le dejaban ver y su corazón le dolía destrozado, entonces el pensamiento de Saint casándose con el alfa millonario azotó su mente y pensó que si eso sucedía, su vida no tendría sentido, ya nada le importaba.

Él era un simple chófer y no podía competir con el apreciado empresario ricachón de Mew Suppasit, el cual su viejo jefe adoraba, su furia tomó el control de su cuerpo y entonces aceleró.

Era muy excitante sentir la adrenalina a esa velocidad, se sintió libre y sonrió pero unos metros más adelante, en un resbaladizo cruce, la  rueda trasera de la moto patinó y este terminó chocando contra un coche que venía y al que tenía que haber cedido el paso.

El moreno cayó en la calzada y aunque tenía el casco, se golpeó muy fuerte la cabeza y en la espalda, quedándose inconsciente.

Una ambulancia avisada por el conductor de otro vehículo, lo llevó al hospital pero este no tenía la cartera ni los documentos pues se le habían dejado en el coche de los Suppapong, en el garaje de la casona.

Pensaron que quizás podrían haberse perdido en el accidente y entonces los sanitarios llamaron para que se encargase la policía.

A la mañana siguiente, Off se despertó y vio que la cama de Zee estaba hecha y que él no estaba, se extrañó pero entonces pensó que estaría fuera con el coche o desayunando en la cocina.

Pronto descubrió que nadie sabía nada de él en la cocina, ni tampoco estaba con el coche, eso ya no era normal, entonces lo buscaron pero no lo encontraron por ningún lado.

Sobre la media mañana, la policía dio con el dueño de la moto a través de la matrícula, avisando al hospital y estos a su vez llamaron a la casa de los Suppapong.

La madre de Saint fue la que cogió la llamada pero cuando le contaron lo sucedido, ella dijo que era un error pues su hijo estaba sentado a la mesa desayunando con la familia y entonces les colgó.

-¿Cielo quién era?- le preguntó su marido al volver ésta a la mesa.

-Creo que algún bromista desalmado...Me dijo que nuestro hijo estaba en un hospital, que se había caído de la moto y estaba muy mal.

Todos miraron al joven alfa y este negaba con la cabeza hasta que de repente pensó en Zee y sintió un nudo en su interior.

Rápidamente corrió al garaje pero antes de llegar allí, ya se encontró a Off buscando al omega, el cual le dijo que no sabían nada de él desde el día anterior, entonces corrió desesperado y comprobó que su moto no estaba.

-¡Oh Dios no, Zee!- chilló rompiendo a llorar.

-Señorito Saint ¿y su moto?- preguntó el beta llegando tras él.

Este corrió de nuevo a la casa y desesperado preguntó a su madre de que hospital habían llamado pues el chófer era quien estaba allá.

Su madre le dijo el nombre y nuevamente corrió con Off hasta el furgón, sus padres dijeron que irían en un rato y que uno de sus yernos los acercarían.

-¿De cuando acá Zee tiene tanta confianza que coge la moto de nuestro hermano y se va por ahí?- preguntó unas de las hijas de los Suppapong.

Todos se miraron sin entender... era cierto, ¿qué era lo que estaba pasando?.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora