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En la cocina, Berta ya tenía todos los aperitivos y Off descorchaba las botellas de vino para que las doncellas lo llevasen al salón, donde toda la familia daba la bienvenida a un ojeroso y cansado invitado.

Este recibió besos y abrazos de todos, ya que estaban muy contentos, bueno Saint disimulaba pero en realidad quería irse de allí pues le daban arcadas de solo de ver como sus padres se deshacían en halagos al millonario alfa.

Tras terminar la ronda de saludos, Mew miró a todos lados pero nuevamente no había rastro del omega, sin embargo al entrar las doncellas con la comida y el vino percibió un leve resto de su olor y pensó que quizás estaba cerca.

Cuando Jesse pasó cerca de él, este se revolvió pues en ella estaba más incentivado, ya que ésta había estado junto a Gulf durante un tiempo.

El alfa aspiró profundamente llenando sus pulmones y se relamió los labios pues le resultaba delicioso.

Con tan solo eso, este ya notó mucho mejor, su agotamiento disminuyo notablemente, era como si hubiese rejuvenecido, era mágico y eso lo confundía más, aumentando sus ganas de ver al pequeño.

La doncella se dio cuenta del gesto que Suppasit hizo para olerla y lo que hizo con la boca y muy extrañada regresó junto con sus compañeras a la cocina.

Berta tenía un poco de zumo y un sándwich para Gulf pero rápida la doncella se ofreció a llevárselo y la cocinera algo confusa le cedió la bandeja pues no le dio importancia.

La omega fue a la habitación de Gulf y cuando entró vio al omega que ya estaba levantado, extrañamente se veía mejor y hasta se había vestido y abierto la ventana pues este también había percibió el olor del alfa en Zee.

...-¿Ya ha venido el señor Suppasit?-preguntó.

-Si Gulf pero...¿Cómo lo has sabido si estabas ....tú no...emm...no te lo dijimos?- balbuceó esta muy sorprendida.

-Apestas a él, ¿Ya está cortejando a su noviecito verdad?- preguntó este ligeramente molesto aunque era la fiebre aún quién hablaba.

Jesse tenía una teoría pero no tenía la certeza, pensaba que al alfa y al omega les pasaba algo, era como si estuviesen conectados sin estarlo,

-¿Será eso posible?- se preguntó a sí misma.

Finalmente regresó a la cocina y dejó a este comiéndose lo que Berta le mandó, estaba hambriento y sediento, extrañamente se encontraba mucho mejor a medida que pasaba el tiempo.

Tras unos minutos, el alfa decidió irse a su casa pues parecía que ese día tampoco vería al omega y pensaba que su plan​ estaba teniendo muchos fallos, ya que así le llevaría una eternidad acercarse a este.

Se despidió y salió de la casona para meterse en el coche pero sorprendido comprobó que fuera olía mucho más al omega, su aroma estaba intensificado, así que pensó que no podía andar lejos.

Caminó por los alrededores cauteloso de no ser visto hasta que de repente sintió algo extraño que invadía todo su ser, se le dilataron las pupilas, su corazón le golpeaba muy fuerte en el pecho, la boca se secó, perdiendo todo control de sí mismo.

El alfa olisqueó el rastro hasta que llegó a la parte trasera de la casona donde miró hacia las ventanas del fondo y ahí estaba, el delgado y bronceado omega, el cual permanecía sentado en una de ellas.

-¿Porqué lo tendran encerrado?, ¿Lo habrán castigado?- gruñó preocupado.

Este echó a correr para acercarse pero cuando ya casi estaba llegando e iba a saltar por la ventana para tomar al omega, sintió unos fuertes brazos que lo detuvieron.

Este miró confuso y entonces vio que el chófer de la familia lo sujetaba, entonces Gulf escuchó el ruido y miró abajo a ver que pasaba y entonces vio al extraño alfa y a Zee peleándose y se asustado se paralizó.

-¡Gulf!,¡Gulf rápido!, ¡cierra tu ventana o te meterás en un gran lío!- gritó el chófer-...¡Cierrala!

Este finalmente asintió y obedeció cerrandola, mientras sentía sus piernas temblar y su entrada palpitar debido al aroma furioso del alfa.

Gracias a que Zee era tan fuerte como un alfa por su anomalía, pudo llevarse a Mew hasta su coche y éste por fin reaccionó y molesto se subió, lo encendió y se marchó rápidamente allí.

Ya más lúcido según se alejó en su coche y agradecía que los Suppapong no se hubieran dado cuenta de su espectáculo y esperaba que el chofer y el pequeño omega no hablasen pues sino estaría perdido.

Ésta vez había estado muy cerca, casi había logrado llegar a él y aunque era una lástima, no podía perder los papeles así pues no podría regresar nunca más a la casona.

De repente cayó en la cuenta de que había sacado algo bueno de todo aquello pues ya sabía el nombre del misterioso y delgado omega.

-Gulf.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora