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Después de varias sesiones con el terapeuta, Mew estaba empezando a ver las cosas de otro modo.

Su arrogancia estaba disminuyendo considerablemente, también su orgullo y su ego, se mostraba menos cruel y menos obstinado.

El psiquiatra lo estaba ayudando mucho, era un buen profesional y aunque su padre también lo era, se estaba dando cuenta de que algunas de sus enseñanzas estaban equivocadas.

En su ultima terapia, este le había aconsejado no seguir con la farsa y afrontar sus sentimientos por Gulf, arriesgandose a su aprobación o a su rechazo pero el alfa estaba reacio ha hacerlo, al menos por el momento.

Esa mañana, estuvo reunido con varios empresarios de la zona entre los que por supuesto estaba el señor Suppapong, discutían sobre los precios de mercado, sobre los elevados  impuestos del gobierno y otros temas importantes.

El alfa no podía concentrarse, estaba recostado en su asiento y no dejaba de pensar en el omega sirviente, ya que últimamente este ocupaba su mente la mayor parte del tiempo.

Sonriendo recordó el momento en el que Joong los había presentado y había comprobado de cerca, lo increíblemente hermoso que era.

En cierto modo se sentía orgulloso, ya que el viejo había hablado muy bien de Gulf y eso lo hacía todavía más deseable a sus ojos.

Le gustaba saber que era un buen trabajador y un buen muchacho, además de su belleza y su único y exquisito aroma.

Cuando lo había mirado a los ojos, no halló odio, ni maldad, aunque si tristeza y dolor, entonces pensó que quizás antes de llegar a la casa de los suuppapong, la vida seguro no le habría sido nada fácil.

De repente sintió un agudo pinchazo en su interior, sintió molestia por no haber estado allí y así poder evitar cualquier tipo dolor al pequeño, también se lamentó no haberlo conocido antes pues con gusto lo habría protegido.

-Mew ¿y usted que opina?... ¿Mew?.... Suppasit- le habló un empresario maderero.

-Si... si emm... perdón... ¿Cómo dice?- balbuceó este saliendo de sus pensamientos.

-La tasa del impuesto del gobierno por las aduanas, ¿Qué que opina?- habló otro empresario.

El joven alfa explicó sus objeciones y su aprobación al respecto de ese y otros temas, por lo que los demás quedaron conformes con sus palabras.

La verdad era que las reuniones así le resultaban muy aburridas y agotadoras pero eran necesarias para evitar guerras empresariales.

Cuando ésta terminó, Mew quiso ir a ver a Saint, bueno en verdad quería ver a Gulf pero no sabía si las doncellas aún estarían enfermas, ya que eso daba más posibilidades de que este los atendiese y poder tenerlo cerca.

No quería asustarle, ni tampoco dejar de verlo, se conformaba aunque tan solo fuese con esos minutos en los que éste les servía los aperitivos.

Decidió aparecer por sorpresa, con la excusa de que no aguantaba más sin ver a su precioso amor y llevarle un presente, entonces recordó que se había cumplido un mes desde su primer encuentro con Saint y se aprovechó de eso.

Ese era un buen motivo, así que de camino paró en una pastelería y compró la tarta más rica que había y un peluche en forma de corazón, que ponía «I LOVE YOU» para este, aunque hubiese querido dárselo al al pequeño omega.

Cuando llamó a la puerta, los Suppapong ya iban a cenar pero con gran alegría lo recibieron pues les hizo muy felices que Mew tuviese tan presente las fechas y celebrase hasta tan solo un mes de conocer a su hijo.

Esa noche, Zee y Gulf volvieron a servir la cena y tanto Mew como Saint no sacaban ojo a los omegas, los cuales se sonrojaban y se veían adorables.

Gulf notó como el moreno lo miraba e incluso al servirle, éste le rozó la mano con un toque sutil que el omega percibió, al igual que la sonría de este.

El omega sabía que no podía ser pero su cuerpo no le hacía ningún caso, iba por libre y quería sentir la atención del joven empresario, sus miradas y sus caricias, su omega interno se removía por ese hermoso desconocido que pretendía al hijo de sus patrones.

Cada vez controlaba más y mejor sus arrebatos de celo espontáneo pero también tenía más presente que lo que Mew le hacía sentir, nunca otro se lo había hecho y que cada vez se hacía más fuerte, además que que notó que no le era indiferente a ese alfa.

Saint estaba igual con Zee y aunque intentaba disimular, no podía dejar de admirar orgulloso el cuello donde estaba la marca de su lazo, bajo el pañuelo que éste llevaba.

Tras el postre, Mew pidió ir al servicio y llegó hasta la cocina justo en el momento que se encontraba solamente el omega, entonces sonrió mientras lo repasaba con la mirada desee la puerta, pues era su oportunidad única para hablarle.

Este estaba de espalda fregando los cacharros y entonces el alfa se relamió pues pensó que éste se veía muy bien, su bonita figura curvilínea le provocaba agarrarlo pues cada vez le gustaba más pero logró contenerse.

-Emm... ho-hola.. perdona.... eh.... buscaba el baño- dijo usando esa excusa para no asustarlo, aunque ya lo sabía pues los Suppapong ya le habían explicado que era por el otro pasillo.

-Se-Señor S-Suppasit—balbuceó este girandose sorprendido—.. si emm...v-verá es en el o-otro pasillo.

Las piernas le temblaban pero igualmente salió de la cocina y casi sin aliento, le indicó el pasillo correcto, mientras que el alfa lo escuchaba embobado.

Este movían sus jodidamente deseables labios, por lo que Mew sólo pensaba en como sería besarlos, entonces repasó su rostro, reparando en sus ojos penetrantes, sus pómulos definidos y su nariz, realmente era el omega más hermoso que había visto nunca, era imposible cansarse de contemplarlo, le encantaba.

-¿Señor Suppasit?... ¡señor!- lo llamó el omega.

El alfa estaba en una especie de trance y lo miraba fijamente con sus profundos ojos.

Se ve tan varonil- pensó el omega.

Finalmente, el alfa reaccionó al ver llegar a Berta que lo miró extrañada pero sonriente.

-Gra-gracias..emm...muchacho- disimuló sonriendo mientras se iba de allí para volver al comedor con la familia.

—¿Qué quería?— preguntó la cocinera frunciendo el ceño.

—E-El baño, s-solo eso.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora