En la mañana de un nuevo día, Gulf y Off estaban disfrutando de su desayuno, junto a los demás empleados de la casona...-Venga hijo, comete eso rápido y ve a junto la señora para que te dé la lista.
-Si madre, voy enseguida...hay mucho que hacer- dijo el beta masticando a toda prisa.
-Gulf, cariño, apúrate tú también que tenemos que contar la vajilla y revisar las copas... Luego plancharemos los manteles, está todo por hacer- divagaba Berta.
-Si, ya termino- contestó este obediente.
La omega se dirigió entonces a los demás.
-Bueno, ya sabéis lo que tenéis que hacer cada uno... Tiene que estar todo perfecto, ¿entendido?- ordenó.
-¡¡¡Si Berta, entendido!!!- contestaron todos.
Los sirvientes estaban muy atareados, pues faltaba muy poco para la fiesta de sus jefes pues los Suppapong celebraban su veinticinco aniversario de bodas.
Tenían programada una gran fiesta en la casona, por lo que Gulf estaba especialmente contento, ya que le encantaban las fiestas, la música, los adornos y la comida de estas
No le importaba que fuese cuando más trabajo había, este soñaba despierto con que algún día él sería uno de los invitados a una de ellas, junto con la demás gente vip.
Recordaba cuando había trabajado a servicio de las cuatro jóvenes omegas y lo mucho que le gustaba ayudarlas a prepararse, lo preciosas que lucían con sus elegantes vestidos, adornandose el cabello con maravillosas coronas y diademas.
Estas usaban joyas divinas en sus manos y cuellos y se rociaban con su mejor perfume, ya que las fiestas en aquella casa habían sido muy a menudo y al crecer ellas aún más pues habían tenido muchos pretendientes, por lo que sus padres celebraban muchas cenas y bailes para que sus hijas buscasen marido.
Los Suppapong por lo visto también tendrían muchos invitados a su fiesta, ya que la lista que la señora le había dado a Off.era interminable, hacían falta muchísimas cosas y además Berta dijo que faltaban copas que también tendrían que añadir.
Los dueños además habían contratado una costurera que les tomó las medidas a los empleados pues tal celebración merecía que ellos también tuvieran su mejor uniforme para lucir bien ante los invitados y no desentonar en medio de tanta elegancia.
También la familia tenían nueva ropa y accesorios listos, las cuales un furgón de la tienda más exclusiva de la cuidad los había traído en la mañana.
Las doncellas y Gulf se habían encargado de guardarlas en cada armario, los vestidos de las mujeres tenían telas muy finas y brillantes, los trajes del Señor, de su hijo Saint, de sus yernos y nietos, todos eran muy elegantes y en tonos oscuros.
También les trajeron joyas y relojes que se veían carísimos, además distintos adornos para el cabello de las mujeres y este suspiraba melancólico entre esas cosas tan preciosas.
Los dueños con esta celebración tenían una doble intención pues con esta fiesta, además de celebrar su propia felicidad juntos, querían velar por la de su único hijo más pequeño y soltero, ya estaba en edad de buscarse esposa o esposo.
Joong jamás lo hubiese pensado pero tras descubrir lo de su hijo y la insistencia de su mujer, hicieron la fiesta una ocasión muy oportuna y con su rareza no estaba de más intentar que su hijo encontrase a su destinado en un alfa soltero y rico, como era el joven más perseguido de la cuidad, Mew Suppasit.
Por eso lo habían invitado y era el asistente más esperado por el cual tanto la señora como el anciano alfa Suppapong, estaban histéricos y deseosos de que la fiesta fuese un éxito redondo.
Mientras, en su despacho, Mew ojeada de nuevo la invitación a la fiesta esa misma noche, mientras hacía una mueca pues su secretaría se lo había vuelto a recordar, a pesar de que la había recibido unos días atrás.
La verdad era que no le apetecía nada asistir y por eso se había olvidado completamente de ella pero finalmente tendría que aguantarse e ir pues sería una grosería de su parte si no acudía pues Suppapong era uno de sus mejores aliados de sus negocios.
No le convendría nada tenerlo en su contra, así que no le quedaba otro remedio que presentarse allí y sonreír, a pesar de ser otra agobiante y estúpida noche como las que odiaba.
Aún no había asistido y ya lo tenía agobiado, llevaba mucho estrés acumulado y entonces chasqueó la lengua pues esa noche tenía pensado llamar a la agencia y que le mandaran a un par de omegas para poder desahogarse.
Como no quería ir así de frustrado a la dichosa fiesta y acabar estrangulando a alguien, hizo una excepción y cambió la cita para esa misma tarde.
Llamó desde su oficina a la agencia y pidió que le mandasen los omegas cuanto antes a su mansión y entonces se tomó la tarde libre.
Cuando este llegó a su casa, se sacó su incómodo traje, se sirvió una copa y se tumbó en la cama a esperar su encargo, el cual apareció media hora después.
Este dejó dicho a su ama de llaves que los hiciese pasar a su habitación en cuanto llegasen y que no lo molestarse.
Ellos eran un hermoso omega moreno y una preciosa omega rubia, nada más verlos le resultaron muy apetecibles y aunque su olor era muy intenso, con la excitación que tenía pensó lograr soportarlo.
Quería destrozarlos de placer en cuanto estos se despojaron de sus atuendos, eran realmente bellos, la verdad era que merecía la pena todo el dinero que pagaba, ya que la agencia nunca lo decepcionaba.
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3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse Terminada
FanfictionMew es un alfa solitario que jamás sintió nada más allá de un vil y simple deseo por los omegas, ya que para él eran meros juguetes sexuales. Él creía que solo eran servibles para dar placer y criar a los hijos pero todo empezará a cambiar en una f...