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Berta miraba al pequeño omega muy preocupada pues este había vuelto de llevar los aperitivos muy agitado y con la respiración acelerada.

Este sudaba a mares, por lo que agitaba la bandeja con las manos hacia su cara para darse aire a sí mismo.

—¿Qué demonios te ha pasado?, ¿Te han regañado los señores?- preguntó finalmente esta.

-No...no, estoy bi-een... Es s-solo un mareo por el can-cansancio- mintió este pues no quería preocuparla, además no podía decirle que Suppasit era él que lo ponía así.

—Deberías ir a recostarte, no quiero que te enfermes tu también.

—No, tranquila ya se me pasa solo necesito tomar aire un instante.

Tras la comida de ese domingo, Mew siguió charlado con los anfitriones pues no había que volver a la oficina, a su lado, Saint permanecía muy aburrido y con una sonrisa fingida para contentar a sus padres y al alfa quién de vez en cuando se dignaba mirarlo.

Este se moría por coger su moto y largarse de allí, ya que estaba harto del alfa y de su padre, harto de tener que soportar sus visitas y de sus regalos, los cuales iba guardando en un cajón y no volvía a mirarlos.

No lo aguantaba, su vida era un infierno de apariencias y mentiras pero tampoco sabía como podía salir de él.

Cuando la visita terminó ya era de noche y este había quedado con sus amigos a una fiesta de clase y su padre no lo dejaba ir pues no era correcto estar despidiendo a su pretendiente y él muriéndose por ir a una fiesta con otros.

Según le había dicho su padre; «Aunque él también fuese un alfa, tenía un compromiso con Suppasit y debía respetarlo».

Tras irse el joven empresario, Saint subió furioso las escaleras hacia su habitación, quería ir a la fiesta pues para él era muy importante pero su padre parecía empeñado en quitarle todo lo que le agradaba.

Tras un rato lamentándose tirado en su cama, se le ocurrió escaparse, así que esperaría a que todos se durmieran y arrastraría su moto hasta la carretera principal, donde luego la encendería para no despertarles.

Dos horas más tarde y creyendo que todos dormían, este salió de su habitación, bajó sigiloso las escaleras de la casa y fue directo al garaje para coger su moto y cumplir con su propósito para salir de allí.

Ya estaba empujándola, cuando de repente una sombra humeante le habló tras una columna acusándolo.

-¿A dónde cree que va?, No puede irse así, es peligroso.

-Joder Zee, menudo susto me has pegado- dijo éste girándose y sujetándose el pecho.

-Debería volver a su habitac.....-el chófer no pudo acabar​ la frase pues el joven alfa no le hizo caso y siguió empujando su moto hacia la salida.

El chófer entonces arrojó el cigarrillo al suelo con molestia y comenzó a caminar tras él.

-Niño rico caprichoso-dijo al alcanzarlo-...no te dejaré salir solo, ¿Acaso no entendiste?, es peligroso- rápidamente este le arrebató la moto de las manos con un toque.

-¿Cómo puedes ser tan fuerte?, tan solo eres un omega- preguntó Saint sorprendido.

-Es una larga historia.

Saint resopló.

-Está bien... hagamos un trato entonces-dijo parándose-...yo no voy a la fiesta si tú me cuentas tu secreto.

El moremo siguió empujando la moto hasta llegar a la carretera principal y se subió a ella, luego miró al joven y boquiabierto alfa.

-Sube, vamos.

Este miró hacia la casa por un segundo y acto seguido se subió de paquete en su moto, entonces Zee arrancó el motor, provocando que el joven alfa se agarrase a su cintura, lo cual hizo que éste a su vez esbozase una mueca con su boca a un lado, a modo de sonrisa triunfante.

Saint extrañamente se sentía en la gloria agarrado al chofer de su familia y sin saber a donde iban, también el omega estaba muy excitado, sintiendo el confortable calor de este en su espalda.

Poco después se detuvo en una playa, entonces se bajaron y empezaron a caminar.

Saint seguía al chófer en silencio, aún estaba muy aturdido por venir juntos en la moto.

Zee entonces se detuvo y se sentó en la arena, cosa que el alfa vio y también hizo.

-Cuando tenía quince años-comenzó diciendo el chófer- ...empecé a desarrollarme y a tener comportamientos de un alfa... Mis padres asustados me llevaron al médico pues yo era omega....Allí nos dijeron que sufro una anomalía que solo le ocurre a unos pocos...Al parecer poseo la fuerza de un alfa y caracteres de ellos, no me lubrico como un omega normal, ni tampoco puedo quedarme embarazado... Mis celos y mi olor son como los cualquier omega.. Jamás he sentido atracción por un alfa o un omega hasta qu...—este se detuvo y miró a Saint con pesar—…Bueno, creo que nunca encontraré a mi destinado pues a los omega no les gusto y los alfas me repudian.

El joven alfa se quedó un momento callado y pensando pues entendía muy bien como se sentía Zee, ya que él sufría algo muy parecido.

-Es una mierda ser diferente, ¿Qué pensarías si te dijese que yo soy un alfa​ pero mi cuerpo actúa como un frágil omega?- preguntó este mirando hacia el mar.

El chófer entonces le miro confuso y luego le sonrió.

-Por eso tu olor es tan... y pareces muy delicad...lo siento-Se disculpó-...quizás no quieres hablar de eso con un simple chófer como yo.

El castaño lo miró y negó.

-No me molesta, está bien.

El chófer volvió a mirar al mar melancólico.

-En tu caso es diferente, tú eres hermoso y pronto te casarás con ese alfa ricachón....serás feliz pues ya has encontrado a tu destinado pero yo no tendré esa suerte...como te he dicho, ningún alfa me querrá, un omega aun menos y bueno quizás un beta, aunque no lo creo tampoco...supongo que mi destino es ser un solitario.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora