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Doris miraba de lo más extrañada a su jefe, parecía que la comida en la casona de los Suppapong había estado muy entretenida y pensó que Saint debía de gustarle mucho.

Nada quedaba de ese alfa cruel y endemoniado de días atrás, su jefe estaba tranquilo y de lo más sonriente.

La secretaria no sabía si era que Mew se había vuelto loco del todo o qué verdaderamente estuvo muy frustrado por la negativa de su ahora novio, ya que lo había aceptado.

Cierto era que el joven empresario había regresado a la oficina muy animado después de comprobar con gran alivio que el omega que lo atormenta era de carne y hueso y que seguía trabajando en la casona de los Suppapong.

Su plan de conquista seguía adelante, tenía muchas esperanzas de que podría superar ese caos de celo y el dolor constante en el que estaba metido.

Este se metió en su despacho, sentándose en su sillón, después de atender varios asuntos pendientes, se puso a maquinar su siguiente paso del plan.

Tenía que lograr contentar a los Suppapong para que estes le permitieran ir a su casa más a menudo y tener muchas más posibilidades de toparse con el omega.

Aún así, se estaba dando cuenta del dominio que el omega sirviente estaba ejerciendo en su vida sin siquiera poseerlo, lo estaba cambiando y no podía permitir mostrarse débil.

Él no tenía pensado rebajarse ante este y se repetía mentalmente qué tan solo era curiosidad lo que sentía pues no creía en las historias de amor y mucho menos en el destino.

El alfa hizo una llamada a una floristería y encargó otro ramo de flores aún más grande y hermoso e incluso le dictó unas líneas a la dependienta.

Pensó que con eso, el joven alfa tenía que derretirse al verlo, así su plan resultaría y el padre cedería a todo definitivamente.

Finalmente colgó el teléfono con una gran sonrisa triunfante y maquiavélica en su rostro.

-Nadie derrota a Mew Suppasit...nadie me supera.

Muchas veces solía pecar de presuntuoso y arrogante, ya que desde niño estaba acostumbrado a salirse con la suya y además su padre le había inculcado que siempre debía ganar para que los demás le mostrasen respeto.

Eso era lo que estaba haciendo, ningún ser lo haría doblegar, estaba acostumbrado a ganar y ningún debilucho e inferior omega lo iba a dominar.

(...)

Una nueva visita a la casona de los Suppapong surgió y Joong muy satisfecho había felicitado una vez más a Berta por su comida y a los demás empleados por su buen servicio.

El viejo alfa realmente estaba muy contento y soñaba despierto con que Mew pronto pediría la mano de su hijo y sus empresas se fusionarían, convirtiéndose así en los más poderosos del mercado financiero de todo Bangkok.

Gulf no sabía que el causante de que la repentina llegada de primer celo había sido Mew pero cada vez qué escuchaba su nombre o a alguien hablar de él, se sentía extraño.

Estaba intranquilo y no sabía como afrontar el tema y hablarlo con Berta o las dondellas para saber su opinión pues era con ellas con quién más confianza tenía.

Finalmente decidió comentarlo con la cocinera tras recoger toda la cocina, los dos se sentaron un rato a descansar a la mesa, disfrutando de una rica infusión.

-Berta.

-Si, mi niño.

-¿Tú crees posible que un alfa al que no se conoce, ni con el que nunca se haya intercambiado palabras pueda hacer estremecer a un omega revolucionandolo todo?.

-Wow...por supuesto cariño... Cuando yo vi al padre de Off por primera vez creí morirme allí mismo... Yo era muy joven y el llegó al vecindario, él tuvo mala suerte en los negocios y se  mudó a un barrio humilde... Cuando me di cuenta yo estaba loca por él y nunca habíamos hablado... Entonces un día me lo encontré ebrio en las escaleras y como pude lo ayudé a llegar a su casa, tenía un olor penetrante y varonil que me aturdió y cuando me quise dar cuenta ya me estaba besando... Total, que él fue mi primera vez y la única también-dijo esta entristeciendose.

-¿Q-Qué pasó?.

-Él murió... sus deudas terminaron por ahogarnos y aunque intenté ayudarlo con mi amor, este no fue suficiente... Nueve meses de fuertes dolores y una tortuosa pena que me consumía, Off llegó al mundo.

Gulf se levantó y se abrazó a la omega.

-Lo siento mucho.

Después de eso, este intentó no pensar más en Mew pues era el pretendiente del joven de la casa y no podía permitir causar algún tipo de malentendido pues lo echarían a la calle sin contemplaciones y no tenía a donde más ir.

Bien llegada la tarde de ese día, un furgón irrumpió en la casona de los Suppapong, del cual un mensajero traía un enorme ramo de preciosas flores.

Una de las doncella le abrió la puerta, le firmó la entrega y acto seguido se encaminó hacia el salón.

Mali que en ese momento era quién estaba en casa, vio el ramo que la omega traía y corrió a su encuentro para ayudarle y dejarlo en la mesa pues era grande y muy pesado.

La madre de Saint entonces se dio cuenta había una tarjeta que ponía «Para mi querido y hermoso bebé», curiosa la abrió y la leyó,
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En la tienda no había nada tan bonito como tú pero elegí este ramo para que veas lo mucho que me gustas.
Un beso,

Mew Suppasit

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Esta sonrió pletórica de felicidad y no tardó en llamar a su esposo para contarle lo ocurrido, entonces los dos muy entusiasmados y orgullosos soltaron un gritó pues su propósito estaba resultando muy bien y pronto la nueva pareja de enamorados les darían los beneficios con los que soñaban.

3. «Pobre Omega Infeliz» -Mewgulf, Zaintsee, Offgun Omegaverse TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora