-Sala de Menesteres-

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Narrador omnisciente:

Olive se acercó un poco más al individuo que se encontraba tocando el piano y lo reconoció de inmediato, se trataba de Tom Riddle, este se encontraba tocando una suave melodía en el piano, al principio Tom no la escuchó pero luego cuando Olive estuvo más cerca él se paró rápidamente.

-Tom levantó su varita- Soy yo, Riddle. -dijo- Que extraño lugar...

-¿Qué crees que haces? -preguntó de mala forma- ¿Cómo es que entraste aquí?

-La puerta sólo apareció... -respondió- Y baja la varita.

-¿A qué te refieres con que sólo apareció? -bajó su varita mientras arqueaba una ceja-

-Te seguí y te perdí de vista pero luego apareció una puerta. -dijo- Mira Riddle...

-Quiero estar solo, vete. -la interrumpió- No tendría que haber ido a ese estúpido baile.

-No me voy a ir, Riddle. -dijo- Aunque todavía no puedo creer que hayas decidido ir con Walburga, con ella...

-No somos amigos, Brown. -dijo- Yo voy a hacer lo que quiera ¿Entendiste?

-Y yo también voy hacer lo que quiera. -dijo ella- Así que voy a quedarme...

-No, no te vas... -Olive no lo dejó finalizar-

-¿Sabes tocar el piano? -preguntó-

-No. -respondió cortante-

-No mientas. -dijo- Te escuché tocando...

-No voy a tocar. -la miró-

-Si lo harás. -sonrió- Ven... -se sacó sus guantes y cuando se acercó al piano notó que había un pequeño reloj-

Olive se sentó en el asiento junto al piano, dejando un lugar para Tom pero no se sentó, él comenzó a dar vueltas por la habitación sin entender cómo Olive había podido entrar. Tom había estado varias veces en ese lugar y nunca le había pasado algo parecido, lo que él no sabía era que ese lugar tenía un funcionamiento algo peculiar (la Sala de los Menesteres, sólo funciona cuando una persona tiene la necesidad de algo y siempre está preparada para la persona que la necesite).

-Tocas horrible. -la miró-

-Entonces toca tú. -dijo Olive-

-No, no lo haré. -él se acercó- Deberías irte, Brown.

-No... -hizo una sonrisa burlona-

-Vete, Brown. -dijo con firmeza-

-Acéptalo, no me iré. -ella comenzó a tocar nuevamente pero ahora era una melodía más suave-

-Ya va ser navidad, no deberías estar aquí. -dijo mirando el reloj-

-Y tú tampoco, Riddle. -seguía tocando- Además nadie debería pasar navidad en soledad.

-Yo estoy bien solo. -comenzó a tocarse su anillo-

-Nadie está bien solo... -ella se levantó del asiento y se acercó a Tom-

-Yo sí. -dijo mientras la miraba fijamente- Quedan menos de tres minutos, ve...

-Shh... -Olive agarró levemente su brazo y lo llevó hacia el asiento del piano- No digas nada.

Los dos sintieron la misma conexión que en aquella noche lluviosa, aunque Olive no vio nada. Tom no podía creer la forma en la que había reaccionado, se dejó llevar...

¿Quieres tocar? -le preguntó Olive- Si no quieres, está bien.

-No. -dijo cortante-

-Está bien. -ella comenzó a tocar- Está me la enseñó mi madre. -ella siguió tocando hasta que Tom dijo-

Tom Riddle before the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora