"Dedicado a ustedes, gracias por acompañarme hasta el final y por brindarme su cariño"
(en este final, Olive no tiene ninguna enfermedad)
Narra Olive Brown:
Al subir a mi habitación, dejé todo y saqué la carta. Mis ansias por leerla superaban todo, no podía creer que Tom se hubiese tomado el tiempo de escribirme una carta, el mismísimo Tom Riddle...
-Carta-
No estoy muy seguro si esto te lo voy a dar, quizás mi orgullo no me lo permita, pero si lo hago quiero que sepas algo... Me flechaste Olive Brown, me enseñaste tantas cosas y lograste algo que nunca nadie pudo, me enseñaste a ser feliz. Perdóname por las veces que me alejé y no escuché, nunca supe muy bien cómo controlar mis sentimientos, ni como expresarlos... Pero ya estoy cansado, me cansé de pretender que no te amo porque en verdad lo hago y sé que tal vez mi concepto de amor es diferente, aunque eso es porque nunca tuve a alguien que me lo diera o que me enseñara, pero eso cambió cuando llegaste. También quiero que sepas que mi ego se dañó mucho el día que golpeaste mi nariz, tanto que prometí no volver a hablarte, pero lo hice y agradezco haberlo hecho porque pude conocerte más, aprendí mucho más de ti y lo que antes no me interesaba empezó a interesarme sólo por el hecho que a ti te gustaba, así que si, Olive Brown, te amo y siempre lo haré.
Tom Riddle.
Una lágrima resbaló por mi mejilla y luego sonreí bobamente, era lo más hermoso que me habían escrito, había sido tan sincero que mi corazón estaba a punto de estallar.
-¿Se puede pasar? -preguntó Tom desde el marco de la puerta-. La leíste...
-Tom...
-Lo sé, lo sé. -interrumpió-. Quizás hay algunos errores.
-Es perfecta. -sonreí y me acerqué a él-. Yo también te amo, Riddle.
Acorté lo que quedaba de distancia y lo besé levemente, apreciando cada detalle, cada movimiento. Él tomó mi cadera, me acercó más y yo puse mis brazos en su cuello, fue un momento hermoso.
-Brown, Brown. -susurró cerca de mi oído-. ¿Ya te dije que me encantas?
Seguimos así un tiempo más hasta que decidimos irnos a nuestro destino, Francia nos esperaba y mi familia también. Al llegar todos nos recibieron muy felizmente, abracé a cada uno de ellos y nos pusimos al día.
-¡Tía, Olive! -gritaron unos niños pequeños.
-No puedo creerlo. -reí levemente-. Lamentablemente son idénticos a ti, Aaron.
-¡Oye!
Fueron unos meses increíbles, observé que Tom también había estado disfrutando, había salido varias veces con mis hermanos y por la noche me contaba sus aventuras. Estábamos abrazados cuando él rompió el silencio.
-Mañana me iré.
-¿Qué? -lo miré.
-Debo formarme para ser profesor.
-¿Pero ahora?. -pregunté-. ¿No puedes esperar unos meses más?
-No tienes que venir conmigo, Olive. -acarició mi cara-. Vendré a visitarlos cada vez que pueda.
-Quiero estar contigo... -susurré-. Formar una familia...
-Lo haremos, por eso debo formarme...
-Tom, por favor... -toqué su mano y lo vi.
Narra Tom Riddle:
-¡Chicos, la comida! -gritó Amelia.
Olive me miró, sacó rápidamente su mano y bajó las escaleras a toda velocidad. ¿Se había enojado por eso?
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Tom Riddle before the dark
FantasyTom Riddle se da cuenta que tiene la capacidad de amar y se esfuerza en intentarlo.