[18] magic shop

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- mierda. -susurro Jungkook temblando.
Apretó su peluche contra sí mismo.

Escuchaba los pasos resonando en las escaleras, puso sus manos en su cabeza. Rogando que no sucediera lo que temía.

- ¡JungKook!. -grito su padre con enojo-. ¡¿Dónde te metiste hijo de puta?!. -escucho sollozos en el baño- Oh, te escondiste, ¿mh bebé?..

Intento abrir la puerta, sin embargo esta tenía el seguro puesta haciéndolo desesperar. Tocando mucho, Jungkook golpeaba su cabeza con una de sus manos pidiendo que aquel hombre parará de una buena vez, mientras con la otra enterraba sus uñas en su lindo peluche.
Los golpes en la puerta incrementaban también en su cabeza. Quería morirse en ese mismo momento, lo deseaba tanto.

Cuando su padre logró tirar la puerta de la habitación dónde estaba kook, lo miro con terror viéndolo borroso debido a las lágrimas.
En un rápido movimiento su padre lo saco de su pequeño rincón del brazo, lastimandoló.
Lo tiro directo en su cama, rebotando y gimiendo del dolor por la fuerza usada.

Su padre se subió arriba de él comenzando un camino de besos, mini Jeon no tenía ya tantas fuerzas para pelear. Jeong Woo quito los shorts de su hijo, junto a su ropa interior. El primer golpe en el glúteo derecho de su hijo, el segundo, el tercero y un sin fin de golpes más.

Kookie tenía sus ojitos hinchados, su naricita rojiza igual que su pequeño cuerpecito.

- Tu me provocaste pequeño.. -de su bolsillo saco una bolsita. Un condón-. Se supone que usaría esto con alguna puta. -lo mostró y rió-. pero vaya, mi hijito es una puta.

Jungkook quería dejar de escuchar, de verlo, de vivir. No quería ser violado de nuevo, no quería tener más golpes, más ataques. No más.
Rezaba porque todo fuera un mal sueño. ¿Siempre debía sufrir de ese modo?, ¿él era el único?, ¿sólo el quería matarse ya de una puta vez?.

Su padre introdujo con poco cuidado su pene, doliendole cómo el infierno a su hijo. Kook sólo pudo tapar los ojos de su lindo peluche, no quería que viera esa parte tan fea. Mientras él sólo cerró sus ojos con el sueño de no abrirlos nunca más.


[...]


Los abrió, mirando a su alrededor con tristeza y enojo. Se sentía tan estúpido de no poder hacer algo cada vez que su padre o algún puto enfermo lo tocaba, quería matarlos a todos que sufrieran como él lo hizo. Los golpearía sin parar, hasta que sus puños estuvieran destrozados y cubiertos por sangre de esos estúpidos, anhelaba tanto verlos sufrir, morir. Sin darse cuenta había pequeños ríos recorriendo sus montes sonrojados y lastimados. Con rudeza seco sus lágrimas pero era en vano. ¡De igual manera seguían saliendo!.
¿Por qué lloraba?, era sólo un debilucho que no podía hacer nada. Mirando al techo, pensando en su corta vida quedó un tiempo.

Cuando decidió que ya era tiempo suficiente se paro con cuido pues su entrada seguía doliendole, seguro de lo que haría. Con una mirada seria, profunda y sin brillo camino hacia su baño. Tomo una ducha, amaba el agua. Salió y puso una camisa de vestir blanca y unos pantalones negros ajustados. Salió sin hacer caso a las llamadas de su padre. La luz de los faroles y el viento frío le hacian compañia al chico solitario. Llegó a su destino, no hacia falta caminar mucho para llegar pero lo hizo. Se sento con sumo cuidado en el borde del puente que daba hacia la autopista.
El viento golpeando su delicado rostro, Jungkook tenía una sonrisa llena de melancolía en su carita. ¡Por fin podría descansar en paz!, ¡no más violaciones!, ¡no más golpes!, ¡no más lágrimas!, ¡no más noches sin dormir!, ¡por fin sería libre!.

Dejó su peso al aire.
Sonriendo con sus ojitos cerrados.

Por fin seré libre...

M A G I C  S H O P ;; 태국 ✓.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora