Despertar en los brazos de Kyojuro era una bendición para Yuriko, sus cabellos flamas revueltos y ojos dorados brillantes. Siempre sonriendo y siendo cariñoso con ella.
Y aquella mañana no era la excepción, sus besos repartidos, suaves caricias y lindos comentarios la hacían sentir la única mujer en el mundo.
Lamentaba haberle mentido respecto a la demonio y el cazador, pero agradecía que él la hubiese perdonado. Kyojuro era alguien puro e inocente.— Kyo, me haces cosquillas. —rió retorciéndose en los brazos del Pilar.
— ¡Yuki, eres muy suave! —siguió tocando con delicadeza la piel lechosa de su prometida. Esta desprendía un aroma a flores de Cerezo, como siempre, y su temperatura era fría—. Desearía quedarme así todo el día.
— Yo también quisiera eso, pero tengo asuntos que atender. —murmuró y de repente pareció recordarlo—. ¡Tenemos que ir con Oyakata-sama!
— ¡Lo había olvidado! —sonrió apenado. Se levantó y tomó a la albina en sus brazos. Ésta emitió un grito al estar desprevenida y se aferró a los brazos del varón.
Se habían duchado juntos. Parecían un matrimonio de recién casados viviendo enamorados como el primer día, sólo les faltaba contraer matrimonio. Claro que ya habían escuchado rumores sobre su relacion, algunos no aprobaban su forma de vivir. Pero a ellos no les interesaba, incluso Kyojuro ya la había defendido algunas veces y Uzui les dijo que hicieran oídos sordos a esos comentarios.
— ¿Crees que nos haya llamado por nuestra r-relación? —titubeó con cierto miedo. Solo temía por lo que Ubuyashiki Kagaya pudiera decirle. A ese hombre lo consideraba un padre, siempre lo visitaba llevando algún presente para él y su familia, cuando podía jugaba con sus hijos o a veces se quedaba a cocinar con Amane. Era la familia que le arrebataron, había encontrado en ellos amor.
— Cielo, vamos a casarnos, no veo porque te preocupa lo que digan los demás. —Kyojuro uso su suave tono de voz para tranquilizar a su prometida.
— Lo sé y no me importa lo que digan los demás, pero Ubuyashiki-sama es como un padre para mi.
— Te entiendo. —acarició el cabello de la joven—. Asumiré la responsabilidad.
Yuriko sonrió más tranquila y tomó la mano del pilar para seguir su camino hacia la finca del patrón. Una vez que llegaron, Amane los dejó pasar después de que se quitaran el calzado, quedando en calcetines blancos.
— Oyakata-sama. Me alegro de verlo nuevamente, rezó porque goce de una buena salud y larga vida. —saludó Kyojuro de manera respetuosa, hincándose frente al hombre de cabello oscuro y lacio.
— Gracias Kyojuro, me alegro de escucharte y saber que estas bien. —sonrió y pese a que no podía ver, si podía percibir el aroma de la joven—. También va para ti, pequeña Yuriko.
— Gra...
— ¡Oyakata-sama! —el varón la interrumpió con un grito animado—. Lamentamos que los rumores hayan llegado hasta a usted, pero le aseguro que Yuriko-chan y yo nos casaremos. No pienso denhonrar el nombre de la pilar del hielo.
La nombrada agrando sus ojos y deseo meterse en un hoyo. Sus mejillas se tiñeron de un rojo fuerte y las sintió arder.
Amane, quien se hallaba a pasos de ellos le sonrió haciendo que la vergüenza aumentara en Yuriko.— Me alegra escuchar sobre tus intenciones con mi hija. —sonrió calidamente—. Pero en realidad no he escuchado ningún rumor sobre ustedes, supongo que son mentiras que se desvanecen por carecer de peso.
Kyojuro decidió cerrar la boca y no emitir sonido alguno. Había hablado de más ante el patrón, delatándose por su propia lengua.
— La verdadera razón por la que los mandé informales sobre los eventos que están ocurriendo abordo de un tren. Puede que haya una luna superior por eso quiero que Kyojuro se encargue. —sonrió y colocó una mano en el hombro del pilar—. Confío en ti, querido hijo. Ve y regresa pronto.
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Fire and Ice • Kyojuro Rengoku
FanfictionVive con orgullo. Si te vence tu debilidad, calienta tu corazón, aprieta los dientes y sigue adelante. Aunque tu cobardía te frene. Eso no detendrá el paso del tiempo; todos llegaremos a nuestro fin tarde o temprano, no te sientas triste por eso. -R...