33. Entrenamiento de pilares.

1.7K 237 0
                                    

El entrenamiento con los pilares era severo y riguroso. Primero, Uzui se ofreció a realizar el ritual e bienvenida con entrenamiento básico básico resistencia. Luego Kanroji era la encargada de la flexibilidad mientras que Tokito daba clases de movimientos rápidos.
Posterior a eso Iguro supervisaba la habilidad de los cazadores que tenían con la espada. Shinazugawa era experto con los golpes, por eso se encargaba de ese tipo de entrenamiento y con Himejima reforzaban sus músculos. Por último y lo más difícil, Yuriko era quien ponía a prueba cada uno de los aprendizajes que se les instruyó y los apoyaba en ser más ágiles y astutos para salir ilesos de los ataques de sus enemigos.

La pilar del hielo miró el papel con las instrucciones que su cuervo le llevó. Lo leyó de nuevo creyendo que se habia equivocado, pero no. El nombre de Giyuu no aparecía.
Había olvidado las palabras y peticiones de Ubuyashiki. Tomó su katana y rogó porque Tomioka aún estuviera cerca.

— ¡Tomioka-san! —gritó llamando al pilar cuando lo encontró en el río.

Giyuu seguía caminando por el puente. La plática que había tenido con Tanjiro lo dejó pensando en su pasado, específicamente en su hermana, Sabito y Yuriko. Las personas con más valor en su corazón.
Kamado le había suplicado que se quedara, lo necesitaban, pero él no conseguía sentirse suficiente para el cuerpo de exterminio de demonios. Le había fallado a la promesa que le hizo a Kyojuro sobre mantener el brillo en los ojos de la albina.

— ¡Giyuu! —volvió a llamarlo, esta vez por su nombre. Al parecer Tomioka salió de sus pensamientos y se detuvo al escuchar la voz de Yuriko, creyó estar alucinando. Tenía tanto tiempo sin escuchar esa dulce voz gritando su nombre. Tuvo su que dar vuelta para comprobar que fuera verdad.

Cuando Yuriko llegó a su lado se miraron sin decir nada. Tomioka siempre fue pésimo con las palabras y ella no encontraba las adecuadas para pedirle disculpas.

— ¡Por favor no te vayas! —murmuró y se arrojó a sus brazos sorprendido al pilar—. Tenías razón, estoy ardiendo. No sé que hacer, el odio me cegó por completo. Fui una tonta por apartarte.

— Perdón por haberte dicho eso. Fue cruel de mi parte sabiendo el dolor que sentías.

— ¡Lo extraño! —se derrumbó frente a él. Prometió no volver a derramar una sola lágrima, pero no podía seguir conteniéndolas—. No sé que hacer sin él. Perdí la noción del tiempo y ahora estoy hundida. Siento que mi luz se apagó cuando murió. He sido cruel con quien no lo merecía, le dije cosas horribles a Tanjiro Kamado por tener el guarda espada de Kyojuro. —alzó su rostro para mirarlo a los ojos—. No sé que hacer, pero si de algo estoy segura es de que no quiero que te vayas. Si llegamos a perder más pilares los cazadores estaremos en grandes problemas. —mencionó llorando—. Por favor quédate a mi lado.

Tomioka se sorprendió por las palabras de la pilar del hielo. Sonrió relajándose y correspondió el abrazo. Había extrañado tanto su calidez.

— Por favor, regresemos. —se apartó y limpió las lágrimas—. Onimaru-kun debe estar preocupado por la manera en la que salí.

Giyuu le sonrió dejando que la albina lo arrastrara con ella de regreso a las fincas. Iba a aprovechar cada momento junto a ella antes de que fuera demasiado tarde.

Ya había pasado casi un mes desde que los pilares habían iniciado con el entrenamiento hacia los cazadores del cual ellos también se beneficiaban

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ya había pasado casi un mes desde que los pilares habían iniciado con el entrenamiento hacia los cazadores del cual ellos también se beneficiaban.

Cuando Yuriko lo vio cruzar por aquella puerta sus ojos volaron hacia otra parte y sus mejillas se ruborizaron. Tenía que pedirle una disculpa y aceptar su error.

— ¡Nishimura-san! —la saludó con entusiasmo. Estaba emocionado de que por fin pudo avanzar a la finca del hielo. Era su última parada y estaba ansioso por comenzar a ser instruido por la astuta pilar.

— Tanjiro-kun. —murmuró su nombre avergonzada—. Lamento todo lo que te dije aquella vez, yo no estaba bien. Mis palabras no fueron las correctas, estaba enojada con todos y me desquite contigo. No lo merecías.

— No hay nada de que deba preocuparse, entiendo su actitud y lamentó si cause molestias. —hizo una reverencia pidiendo disculpas cuando no le correspondían.

— Tú realmente eres un gran chico. —le acarició la cara con ternura—. Mereces ese guarda espadas, Kyojuro estaría demasiado orgulloso de ti. Tú corazón es demasiado puro e irreal.

— ¡Nishimura-san, le prometo que me volveré muy fuerte!

— A puesto que así será. —sonrió y sintió impaciencia por poner a prueba la fuerza de Tanjiro—. Terminaste muy rápido, creí que te tomaría más día llegar aquí. En realidad nadie ha venido.

— ¡¿Qué?! —retrocedió y con sus ojos inspeccionó la finca comprobando las palabras de la pilar. Rascó su nuca con pena—. Hubiese llegado más tarde de no ser porque mi entrenamiento con Shinazugawa-san se interrumpió y me prohibieron acercarme a él.

— ¿Qué te hizo Sanemi? —cuestionó la albina colocando sus manos en sus caderas como si se tratara de una madre preocupada por su hijo—. ¿Te golpeó o volvió a hacerle daño a Nezuko-chan?

— No, no, no. —negó moviendo sus manos—. En realidad fue mi culpa. —admitió avergonzado—. Él es muy cruel con su hermano menor, Genya, comenzó a golpearlo sin razón alguna y le gritaba cosas horribles. ¡No podía permitirlo!

— Hablaré con él sobre eso. —pensó. Era la segunda vez que escuchaba sobre el hermano menor del pilar del viento—. ¡Ahora es hora de entrenar!

— ¡Sí! —saltó entusiasmado por recibir las lecciones de la pilar.

Yuriko guió al cazador hacia el patio trasero donde se hayaba Onimaru. Éste lo ignoró y siguió con lo suyo.

— El entrenamiento consiste en tratar de ganarme. —se colocó a un metro de distancia, no habían obstáculos como con Iguro, ni troncos pesados como con Himejima. Sólo era ella con una simple espada de madera.

Solo eso bastaba para que Tanjiro quedara exhausto. Sus intentos por golpearla o atraparla eran en vano y eso debía sumarle que ella lo atacaba. No sabía si defenderse o atacar. Por más que lo intentara Tanjiro no podía .

Llevaba veinte días intentando estudiar los movimientos de la joven, seguir su aroma para predecir su siguiente ataque, pero nada. Era como un acertijo indescifrable.

— ¡Creo que jamás saldremos de aquí! —se lamentó Zenitsu. La mayoría de los cazadores habían llegado al final, pero habían perdido sus esperanzas al darse cuenta que era imposible ganarle a esa mujer.

— ¡Me da vergüenza saber que esa debilucha criatura me está ganando! —gruñó Inosuke—. Es muy escurridiza.

— Es porque usas tus ojos, pero no el cerebro. —les dijo Tomioka. Aquella tarde estaba visitando la finca del hielo. Estaba esperando a que la albina regresara de su visita hacia Sanemi.

— ¿Acaso la ha visto? Sólo lo dice para no desanimarnos. ¡Usted no sabe lo rápida que es!—murmuró Zenitsu cabizbajo. Tenía varios golpes por parte de la pilar.

— Yo fui su sensei, claro que lo sé. —confesó haciendo que los tres cazadores cayeran por la noticia—. Claro que en ese tiempo ella no era ni la mitad de lo que es ahora. Tenía quince años. Siempre fue muy delgada y usaba esa ventaja para salir ilesa, pero esa no es su arma secreta.

— ¡¿Cuál es?! —exigió el jabalí.

— Jamás repite un golpe. Ninguno de sus ataques será igual al anterior. —murmuró—. Siempre dice que sus ojos están en el oponente y su mente en los ataques que va a realizar.

— ¡¿Eso es posible?! —Zenitsu se quejó dejándose caer de espaldas al suelo.
Tanjiro se había mantenido callado durante todo ese tiempo. Estaba pensando en las palabras de Tomioka.

— ¡Vaya, Nishimura-san es invencible! —sonrió cerrando sus ojos—. Es muy inteligente.

Tenía una idea de lo que haría, pero no sabía si iba a resultar. Yuriko era muy impresionante a los ojos de todos. Incluso Rengoku Kyojuro había aceptado que la pilar del hielo era más fuerte que él.

Fire and Ice • Kyojuro Rengoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora