Parte 12= Mentiroso

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Era un nuevo día en Anima City y la tanuki estaba tomando una ducha caliente luego de haber almorzado. Había despertado en su habitación y según Melissa, Shirou la había llevado. Pero extrañamente, no lo vió en toda la mañana. Estaba abrazando sus piernas en la bañera mientras pensaba en la charla que tuvo con Nanako la noche anterior en la entrada de la cooperativa.

~ Flash Back ~

-Mi ayuda?

-Sí! Eres la única a quien puedo pedirselo.

-Por qué yo?

-Porque eres su amiga y una muy cercana. O me equivoco?

Esa palabra ya la molestaba un poco y suspira profundamente. La peliverde estaba juntando sus manos en modo de rezo para que la tanuki acceda a su petición. Solo le pidió ayuda así de la nada y la más joven no entendió hasta que oyó la palabra "amiga".

-No... No te equivocas. Si soy amiga de Shirou...

-Entonces...

-Hmm?

-Quiero que me ayudes a volver con Shirou.

La peliazul gritaba por dentro de rabia y frustración. Lo último que quería era ayudar a esta mujer a estar con el hombre que le gustaba. Pero no tenía ninguna objeción para decirle que no sin que quede en evidencia lo que sentía por Shirou. Además, la menor seguía algo dolida y molesta por el pensamiento del lobo.

La sociedad no está lista para aceptar una relación así.

Tanto le preocupaba eso a Shirou? La tanuki solo cierra sus ojos ya que se sentía muy cansada y luego de resoplar, observa a Nanako para responder.

-No soy Cupido, así que no prometo nada.

-Lo sé, lo sé... No te pediré mucho. Solo déjame a solas con él, si? *Sonríe*

-Vale... (Pero haré trampa...)

La peliverde sale a la calle y voltea a ver a la joven con una sonrisa mientras la menor se prepara para cerrar la puerta.

-Gracias... Y lamento haberte tratado mal antes.

~ Fin del Flash Back ~

-Día 5...

La tanuki solo gruñe y se lava la cara. Fuera de la tina, habían restos de jabón y esponja, pero hecho trizas. Cómo si una criatura le hubiera clavado las garras con fuerza.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En la oficina de la Alcaldesa, el peliplateado estaba más que enojado y se sujeta la frente con pesar al enterarse de un asunto.

-Alcaldesa, Alan Sylvasta no es un hombre de fiar...

-Tal vez. Pero es el único que puede ayudar a Elizabeth con el fármaco para la señorita Nazuna y la señorita Michiru.

Amigos de ConfíanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora