ese es el punto.

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la noche caía sobre los hombros de las tres muchachas quiénes llegaron al tiempo a la puerta de edificio, tal como en la escena donde stich saluda a Lilo fue el gesto de saludo que se brindaron entre ellas. Las tres estaban consientes de que pelearon en vano.

—¡hola Arturo! —saludaron al tiempo al portero, este les sonrió con simpatía. Las conoce desde que llegaron al edificio.

cuando Vicky tenía diecienueve y llegó sola al gran edificio, a los meses se mudó Valeria que en cuánto cumplió los dieciocho se fue de su casa, y Valentina era nueva, no hace mucho se había mudado al edificio en cuanto tuvo la mayoría de edad siguió los pasos de la morocha.

ingresaron al ascensor en silencio, y la castaña marcó el número indicado para subir hasta su piso.

— yo quiero pedirles perdón, porque no debí salir a gritarles así —decía la pelinegra con algo de pena.

—ya fue cielo, las tres estuvimos mal pero olvidemos eso ¿sí? —decía la mayor mientras las veía con dulzura, como siempre ejercía el papel de madre.

—yo les quiero contar que conocí a un pibe —comentó Valentina, las otras dos se miraron con un par de sonrisas coquetas y volvieron su vista a la castaña.

—uh pará que yo también conocí a alguien —añadió la rubia. Las dos que habían hablado hasta ahora miraban con atención a la pelinegra.

esta última es un poco compleja en el tema y les alegraría saber que ella también conoció a alguien, así su tarde cerraría con broche de oro.

—puede ser que yo haya conocido a alguien en los jueguitos. —comentó y las otras dos sonrieron ampliamente.

las puertas de metal se abrieron y salieron de la caja metálica, caminaron hasta su departamento y la mayor abrió la puerta. Se adentraron en él y cada una fue hasta su pieza a dejar las zapatillas ahí.

—eu Vale. —llamó la castaña— ¿te pinta ir a la pieza de la Vicky hablar sobre esta tarde? Me parece que nos tenemos que poner al día eh, morocha.

ella sonrió y salió de su pieza para ir hasta la de la ojiverde, las dos menores se sentaron en la cama de Victoria y empezaron la charla.

Vicky describía a Enrique cómo un príncipe azul, el chico que ella siempre ha proyectado en su mente con pocas horas había logrado hacerla reír con chistes malos y comentarios random.

le había gustado la atención que él le prestó, y lo atento que fue.

—les juro chicas que es un ángel, posta. Tienen que conocerlo, me ayudó a sentirme mejor, porque yo estaba a dos de llorar. —contaba la rubia.

ahí aquel par entendió que iba bien, el punto destacable de Enrique fue que supo escuchar a s amiga incluso cuando ellas no supieron. Para Victoria eso era algo importante, y él barcelonés lo tenía.

era el turno de Valentina, describía a Gabriel cómo un tipo chistoso pero algo tímido o es pensaba ella, apesar de eso destacaba la forma en la que él supo moverse ante el carisma que ella poseía y eso le gustaba. Muchas veces su carisma era confundido con chamuyo, y aunque en este caso tenía un poco de eso Gabriel supo jugar en esa banda.

le había gustado lo discretamente coqueto que había sido.

—supo mantener conversación, ese es un punto a destacar. —comentaba la castaña.

aquel par sabía lo importante que era ese punto para ella, Valentina es una chica con la que podés hablar de cualquier tema, y un varón que mantenga la conversación a flote era destacable.

—¿y vos morocha? —decía Vicky mientras veía a Valeria— tu chico ¿qué onda?

la pelinegra empezó a contarles sobre Javier, les hablaba del enorme tiempo que perdieron jugando, y lo mucho que rieron sentados en la banca mientras bebían coco-cola.

la castaña y la rubia sonrieron, ese era el punto un chico sencillo y que la hacía reír sin llegar al extremo de ser un payaso. Qué aunque la pelinegra era dueña de una imagen fría y dura la verdad es que era bastante risueña.

habían encontrado almas similares a las suyas.

almas reflejadas ; khan ; bnet ; gazir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora