¿Ir o no ir? Esa era la cuestión, no se esperaba la invitación a pasar las fiestas de Navidad y fin de año en Estados Unidos con Stan y Xeno. Kohaku se despertó el sábado por la mañana, y como estaba todavía siendo abrazada desde atrás por Stan y él estaba profundamente dormido, se puso a pensar en los últimos eventos de la noche anterior. Entendía y apreciaba lo de la llave del departamento de él, y aun así le parecía un importante gesto y un paso grande en la relación, mucho más que el título de novios, que no eran más que palabras y un acuerdo mutuo. Aunque entendía que no la estaba invitando a vivir con él allí, sino simplemente que "por las dudas" tuviera acceso a su departamento. Pero también Stan le había dicho que no tenía que avisarle cuando fuera, y que la considere libre como su casa... agradecía el gesto, pero no pensaba tomarse ese atrevimiento.
La llave. Qué embarazoso momento, por todos los cielos. Esa era la prueba fehaciente de que actuaba sin pensar, y todavía se ponía colorada de vergüenza de sólo pensarlo. Stan era un diablillo, estaba segura que en algún punto él también se había dado cuenta de ese detalle, era demasiado simbólico como para ignorar, y más en alguien como él, que escondía un alma romántica detrás de esa fachada disciplinada que solía tener. Aunque lo más curioso fue que ella no consideró huir despavorida en cuanto vio lo que podía ser un anillo... también consideraba que era demasiado pronto para algo así, hubiera sido una locura de parte de Stan. Pero que en el fondo no le hubiera asustado la idea de ese tipo de compromiso le sacó una sonrisa, definitivamente estaba enamorada también.
Y luego, el viaje. Una parte de ella siempre había querido viajar por el mundo, y le daba pena no haber podido salir de Japón todavía, por lo que la perspectiva de conocer otro país, otro continente y otra cultura tan distinta la emocionaba. Claro que tenía el gran problema de que ella no entendía mucho inglés, pero mientras no se separara mucho de Stan o de Xeno estaría bien. No quería ser una carga para ellos, de todas formas, así que tendría que ver la forma de estudiar un poco más.
Pero la duda más grande venía de su familia... ¿cómo iba a tomar su padre que se iría a pasar Navidad y año nuevo a Estados Unidos con su nuevo novio? Ni siquiera lo conocían personalmente, y el primer encuentro de su padre con Stan había sido catastrófico. Sin embargo, pareció que después del ataque que ella sufrió, Kokuyo había reconsiderado su hostilidad, habría hecho las paces con el hecho de que Stan le había salvado la vida a su hija de varias formas. Pero de mirarlo con buenos ojos a saber del viaje... de todas formas, Kohaku era mayor y podía hacer lo que quería, pero también prefería que las relaciones de su padre con su actual "yerno" mejoraran, no empeoraran.
Si la pregunta era ir o no ir, era evidente que todo lo que estaba pensando era porque su mente le gritaba ¡SÍ!, y ella estaba de acuerdo. Nunca le diría que no a una aventura, y si era con Stan, estaba segura de que iba a salir bien, y no tendría que preocuparse por perderse o por el idioma, mucho mejor. Le daba un poco de pena que él quisiera pagar todo, podía proponerle repartir algunos gastos, aunque ya imaginaba su respuesta, así que en todo caso podría compensar con comprar cosas o pagar más rápido que él algunas comidas o compras. Tenía los dólares que había ganado con darle esas clases de japonés antes de que empezaran a salir, podía usarlos de allí.
La sonrisa en su rostro se estaba ampliando, y podía sentir el calor de la emoción recorrerla. Tenía que contenerse de que su cuerpo expresara su entusiasmo, o despertaría a Stan. Pero quedarse viendo la pared del dormitorio mientras pensaba cosas para matar el tiempo no era lo que quería, para eso prefería hacerlo mirándolo a él. Con mucho cuidado y lentitud se fue girando para quedar boca arriba. Un brazo de Stan se estiraba por debajo del cuello de Kohaku y el otro rodeaba su cintura firmemente. Él se removió ligeramente, y soltó un adorable gruñido en sueños, y con eso terminó abrazándola con más fuerza que antes. Stanley "pulpo" Snyder, definitivamente tenía que hacerle un chiste o un regalo sobre eso alguna vez. Todavía estaban desnudos, y a Kohaku le encantaba el calor que emanaba del torso de él, por lo que terminó de darse vuelta para acurrucarse también. Lo sintió respirar muy profundamente, por lo cual sospechó que lo había despertado, aunque siguieran remoloneando juntos, y era que en ese momento no había nada mejor que eso.
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Otros Caminos
RomansaStan y Kohaku se conocen y al poco tiempo él le pide que dé clases de japonés. En ese entonces ella sale con Senku, pero una fuerte escena de celos termina con la pareja, y Kohaku decide seguir adelante. Se encontrará con la personalidad seductora y...