¿Por qué?
¿Por qué tenía que fallar a todo el mundo?
Noah me había necesitado y no había acudido, mis padres me necesitaron y no pude hacer nada. Daño a las personas que quiero, ésas que me importan.
Noah había ido a comprarme tortitas, había ido a por nuestro ritual, me lo iba a dar en el instituto pero no pudo. Le dio un ataque al corazón y no pude hacer nada. Podría haberle recordado que se inyectase la insulina para la diabetes, pero no, había estado preocupada en mí misma.
¿En qué clase de persona te convierte eso?
Me levanto de la cama con el cuello dolorido de mirar el cielo de mi habitación.
Ya es por la mañana y no he dormido nada, tampoco he llorado ni comido, simplemente he contado estrellas una y otra vez con la esperanza de que se me escapase alguna. Intentando buscar una esperanza entre tantos infortunios. No la había encontrado.
Salgo al pasillo y me introduzco en el baño.
Veo mi reflejo unos instantes pero me deslizo rápidamente contra la pared más alejada de él, mi aspecto estará tan magullado como mi mente. Saco el móvil del bolsillo, tocarlo es sentir que es el culpable de todo , sentir que es una piedra ardiendo esperando a que la encienda para acabar conmigo pero, ¿qué más da ya quemarse?
Pulso el botón de inicio y contemplo cómo la pantalla del teléfono se ilumina y me vuelve a mostrar lo que llevo viendo toda la noche.
Una pantalla vacía. Una pantalla vacía por la que no me atrevo a deslizar mi dedo y volver a leer los mensajes de Noah. Sigo teniendo la esperanza de que el sueño y el llanto de ayer me hiciesen ver cosas que no eran.
Deslizo el dedo y mis esperanzas se desvanecen, los mensajes siguen ahí y son cómo puñaladas en el corazón.
¡Hope! Siento haberte dejado sola, tranquila, Abril y yo estamos comprando tu rehúso de todo. No tortures demasiado a Alex lamentándote sobre mí. Tu príncipe azul sigue aquí.
No consigo leer los demás. No puedo. No puedo aguantar leer que me necesitaba, que se encontraba mal...
Sollozo. Ya no hay más mucho que hacer.
No es justo. No es justo. No es nada justo. No puede ser que me lo quiten todo, ya no tengo absolutamente nada, es absurdo vivir.
El mundo no vale la pena sin alguien que te quiera. Que te quiera lo suficiente para hacerte olvidar, hacerte olvidar por un segundo que la Tierra no es lugar de mierda, que existen cosas bonitas, y que todas las vas a ver con esa persona junto a ti.
-¡No es justo!- grito entre sollozos.
Pero fue un segundo, y yo ansiaba años y años. Puede que fuese una manera de ahorrarme una desilusión después de mucho tiempo feliz. De tener más tiempo para recuperarme de su pérdida.
Salgo del baño de puntillas para no despertar a Christina y a Ewen, he visto varias veces a Ewen arreglar o montar estantes, creo recordar donde está su caja de herramientas.
Tras buscar un rato por su estudio, recuerdo que la guardó en un armario de la cocina para no olvidarse de que tenía que arreglar algo, así que probablemente estaría ahí.
Intento no hacer demasiado ruido de camino a la cocina, si se despiertan, todo mi esfuerzo por no hacer ruido será una pérdida de tiempo. Ni siquiera hace falta buscar, la caja parece llamarme a gritos desde la encimera.
Cojo el destornillador y voy hacia las escaleras.
Subo los escalones de dos en dos hasta llegar al baño, en vez de entrar,entro en mi habitación y rebusco en los cajones hasta dar con lo que busco, encaja con la palma de mi mano sin dar la impresión de que oculto algo.
Vuelvo a entrar en el baño y esta vez desafío a mi reflejo, ha conseguido lo que quería. Abro la palma de la mano y observo cómo aparece un sacapuntas en ésta.
Puede que pudiese aguantar de cualquier manera, puede que fuese alguien fuerte y puede que fuese un alma solitaria.
Pero yo necesito algo más que el aire que respiro.
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Scars
General FictionTodos tienen heridas que necesitan cicatrizar. Unos tienen heridas que contar y algunos las quieren ocultar. Otros las dejan pasar, para no esperar el final.