°• Rubegetta Month •°

DIA 23 •SUEÑO•

Finalmente se acabaron haciendo las tres de la mañana por lo que Rubén dejó el mando y el de su pareja en su lugar.

-Vamos a dormir que sino mañana no podremos ni levantarnos- dijo Vegetta.

-Por mi bien, guapo- añadió Rubius con una sonrisa.

La pareja subió a la habitación que compartían siendo seguidos por la gatita gris.

Rubius se cambió de ropa a una más cómoda para poder dormir mientras Vegetta acariciaba a la gatita más joven.

Cuando Kira salió de la habitación en busca de Wilson el pelinegro aprovechó para ver a su pareja, la cual se encontraba sin camiseta buscando una limpia en el armario.

El de orbes violetas se acercó lentamente a el rubio sin hacer mucho ruido para acto seguido abrazarle por la espalda y hablarle en el oído.

-¿Estas seguro de que quieres una camiseta?- preguntó el pelinegro antes de besar el cuello de su pareja.

Rubius entendió a lo que se refería su pareja por lo que solo pudo hacer una sonrisa traviesa.

Se dio la vuelta quedando cara a cara con el más alto y besó la comisura de sus labios en un beso que con los segundos se fue profundizando.

-Esto no es justo si solo tú tienes camiseta De Luque- dijo Rubius alzando una ceja.

-Entonces quitamela Doblas- respondió antes de volver a unir sus labios.

Rubius hizo caso a el pedido de su pareja por lo que le quitó la camiseta al pelinegro, con la ayuda del más alto por supuesto.

De Luque empujó suavemente a el menor hacia la cama sin dejar de besarle.
Rubius se encontraba en boxer jadeando ante el profundo beso que le propinaba el más alto mientras que Vegetta se encontraba concentrado en lo que estaban a punto de hacer.

En un rápido movimiento el rubio acabó quitándole el pantalón al mayor quedando así los dos en ropa interior.

-Está vista me favorece- dijo Vegetta el cual tenía al rubio encima de él.

-Callate y besame De Luque- añadió Rubius antes de volver a besar a su pareja.

A partir de aquí hay +18 si no tienes esta edad no te voy a pedir que te vallas porque se que no lo vas a hacer.
Disfruten puercas 737

Vegetta correspondió al húmedo beso que le propinaba su pareja para después quitarle los boxers dejando a la luz su reciente erección.

Rubius hizo lo mismo con el pelinegro para después volver a besarle. Una mano del mayor se dirigió con seguridad al miembro del menor, robándole así un gemido.

El movimiento de arriba hacia abajo hacia que el rubio viera estrellas y deseara con más fuerzas que el mayor se encontrara dentro de él.

-Ah~ V-vegetta- dijo el menor con dificultad- Q-quiero Mgh~

Sin necesidad de decir nada más el mayor soltó el miembro de su pareja e intercambiaron posiciones quedando así Rubius tumbado en la cama y Vegetta delante de su entrada.

El mayor tenía una hermosa vista de su pareja en ese momento por lo que sin aviso alguno introdujo tres de sus dedos en la boca del menor.

Rubius los chupó como si fuera una paleta y cuando el mayor sintió que ya estaban lo suficientemente húmedos los sacó se su boca y los dirigió a su entrada.

Metió el primer dedo en el interior del más joven robándole un quejido. Cuando lo sintió acostumbrado introdujo el segundo dedo, está vez el rubio soltó un gemido el cual intento callar poniéndose una mano en la boca.

-No, no, no- dijo Vegetta para después quitarle la mano de la boca- quiero escucharte Doblas.

Y al decir eso metió el tercer dedo comenzando a simular embestidas.
Rubius en ese momento se encontraba hecho un lío de gemidos y suspiros.

Pasados un par de segundos Rubius ya se había acostumbrado a los dedos por lo que Vegetta los sacó de su interior.

-¿Estas listo?- preguntó el pelinegro. No era la primera vez que lo hacían pero era costumbre para ellos preguntar antes de hacer las cosas, aunque ya supiera cuál sería la respuesta.

El menor asintió por lo que Vegetta aprovecho los segundo para colocarse el condón, la seguridad ante todo.

Y hecho eso abrió uno de los cajones de al lado de la cama y sacó un pequeño bote de lubricante. Lo último que quería era hacerle daño a su pareja.

Con dos dedos cogió un poco de lo que había en el bote y lo esparció tanto por la entrada del rubio como por su miembro.

Acto seguido se colocó a escasos centímetros de la entrada del menor.

Vegetta le preguntó con la mirada si podía comenzar a lo que el rubio gimió como respuesta.
Al escuchar la respuesta afirmativa introdujo lentamente su miembro en la entrada del rubio haciendo gemir al más bajo.

Cuando estuvo completamente dentro de dispuso a salir y rápidamente volver a entrar, repitiendo el proceso lentamente formando embestidas las cuales eran lentas.

Rubius solo podía gemir pero sus sonidos fueron callados por los labios del más mayor. Pocos minutos después las embestidas pasaron a ser más rápidas y más certeras. Acariciando suavemente un punto del interior del rubio el cual le hacía gritar.
Vegetta continuó con sus embestidas hasta que escucho al rubio.

-A-ahi ah~- gritó cuando el miembro del pelinegro había alcanzado de pleno ese pequeño punto.

Las embestidas se hicieron más fuertes y rápidas y todas iban dirigidas al mismo punto que le hacía ver estrellas.

Además de eso una de las manos del pelinegro se dirigió a su miembro comenzando a masturbarle.

A los pocos segundos el rubio se corrió en la mano del más alto pero las embestidas no pararon hasta segundos después en los que el pelinegro se corrió en el condón.

Vegetta se tumbó al lado de su pareja la cual estaba perdida en el orgasmo que le acababa de dar. Acto seguido el pelinegro les tapó con la sábana a ambos y el rubio se tumbó descansando la cabeza en su pecho.

Finalmente ambos calleron dormidos, se encontraban con mucho sueño puesto que eran casi las 5 de la mañana.