DIA 19 •ROPA DEL OTRO•

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Cuando la película término Vegetta trató de levantarse cuando vió a su pareja recostado su hombro completamente dormido.

Samuel sonrió para acto seguido cogerle en brazos y subir los dos al piso de arriba.

Vegetta recostó a Rubius en la cama pero se dio cuenta de que el mas bajo no tenía intención de soltarle por lo que se tumbó a su lado. A los pocos minutos cayó profundamente dormido.

(...)

A la mañana siguiente el de ojos morados se despertó pero se sorprendió al no ver al menor a su lado. Miró el reloj para ver si se había despertado tarde pero dicho aparato marcaba las 7:57, lo que quiere decir que su alarma aún no había sondo.

¿Donde se encontraba Rubius entonces? Vegetta se solía despertar a las ocho en punto y el más bajo una hora después.

Bajó al piso de abajo y se encontró a Rubius en el salón. Se encontraba sentado en el sofá mirando su teléfono móvil, pero eso no fue lo que le llamó la atención a Vegetta.

Lo que verdaderamente le llamó la atención al mayor fué que el menor se encontraba con una de sus sudaderas. Al rubio le venía muy grande pero no le quedaba mal.

El pelinegro se acercó a él y le abrazó por la espalda.

-¡Ah! ¡Que susto Samuel!- exclamó el menor.

-¿Que haces despierto tan temprano?- preguntó el pelinegro.

-Nada, simplemente no podía dormir- respondió Rubius.

El mayor se sentó al lado de su novio en el sofá por lo que el menor apoyó su cabeza en el hombro del contrario.

-Te queda muy bien mi sudadera- dijo Vegetta a lo que el menor se sonrojó, Rubius se sentó encima del más alto, pasando una pierna por cada lado y sus brazos por el cuello del pelinegro, ademas escondió su rostro en el cuello del mas alto quedando los dos abrazados.

Se quedaron el uno junto al otro por varios minutos, tan solo disfrutando de la presencia del contrario.

-¿Te apetece desayunar algo?- preguntó Vegetta.

Rubius asintió por lo que ambos se separaron por fin y se levantaron dispuestos a desayunar juntos como de costumbre.

(...)

Habían acabado de desayunar y se encontraban en su habitación dispuestos a cambiarse para salir de casa.

-Yo me voy a quedar con tu sudadera puesta- dijo el rubio el cual seguía con la sudadera morada de su pareja.

-Entonces tal vez esta me quedé bien a mi- añadió el pelinegro sacando una de las sudaderas blancas del menor del armario.

-No te va a caber, estás mamadísimo.

-Está es bastante grande- dijo Vegetta mientras se la ponía. Y tenía razón, la sudadera blanca le venía como un guante- eso te pasa por comprar sudaderas tan grandes.

Rubius hizo un puchero pero después se acercó a su pareja y ambos unieron sus labios en un tierno beso. Un beso que mientras pasaban los segundos se hacia más intenso. Vegetta empujó cuidadosamente a su pareja a la cama sin separar sus labios de los suyos.

Finalmente ambas sudaderas acabaron en el suelo de la habitación y todo había empezado por ponerse la ropa del otro.

°• Rubegetta Month •°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora