DIA 29 •MUÉRDAGO•

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Llegó el día que habían acordado para hacer la fiesta de Navidad en casa de Vegetta.

Rubius y Vegetta habían hecho la máquina para eliminar cosas de los inventarios y comprobaron que era completamente funcional.

La modificaron para que eliminara minas, TNT, mecheros, y en general cosas que podrían considerarse peligrosas para la casa.

Tan solo quedaban 3 horas para la fiesta por lo que la pareja se encontraba en la tienda del pueblo para comprar alguna cosa, Rubius insistía en el era suficiente con todo lo que habían comprado pero ya sabemos cómo es Vegetta. El pelinegro quería que todo saliera perfecto, como siempre, al fin y al cabo era la primera fiesta en su casa que iba a salir bien.

Mientras el más alto de los dos miraba los pasillos de las tiendas Rubius veía vagamente alguna que otra cosa.

De pronto el menor se quedó quieto en medio de un pasillo mirando una cosa que su novio no había comprado.

-Vege- dijo el rubio cogiendo del estante el producto.

-¿Que pasa- preguntó Vegetta girándose a ver a su pareja la cual tenía una sonrisa traviesa.

El objeto que portaba era una rama de muérdago, todos en el pueblo sabían la tradición de que si dos personas quedaban bajo el muérdago habían de besarse.

-¿Podemos coger muérdago?- preguntó el rubio aún con la sonrisa en la cara- será divertido.
Vegetta rió para después asentir.

-Vale- dijo el mayor- pero será más divertido con más muérdago.

Dicho eso el mayor se acercó de nuevo al estante y cogió varias ramas de la planta más.

Después de un rato la pareja salió de la tienda con 5 ramas de muérdago en las bolsas.

(...)

La fiesta estaba a punto de empezar y las 5 ramas de muérdago estaban colocadas estratégicamente por toda la casa.

La pareja se encontraba en el sofá de la isla esperando a todos los héroes cuando de pronto escucharon el timbre de la casa sonar.

Ambos fueron a abrir y se encontraron con Auron y Luzu.

-Calvo- dijo el chico con mechor rubio al entrar a la casa.

-¿Que pasa calvo toxico- saludo el rubio.

Los cuatro esperaron a que llegarán los demás hablando.

(...)

Cuando finalmente llegaron Mangel y Lolito a la casa se dispusieron a empezar la fiesta.

-Antes de dejaros pasar a la casa tengo que haceros una pregunta- dijo Vegetta mientras los demás le miraban.

-¿Que pasa?- preguntó Luzu.

-¿Alguno de vosotros lleva minas?- cuestionó el pelinegro.

-Ya sabes que nadie va a decirte que si- respondió Alex.

-Lo se- añadió Vegetta- por eso necesito que me sigais.

Los nueve chicos caminaron hacia la máquina la cual era como un detector de metales de un aeropuerto.

-Vamos a empezar por alguien que no suele llevar minas- empezó a decir el pelinegro- Alex.

El más bajo de todos pasó por la extraña puerta metálica. Vegetta comprobó si había eliminado algún item y la respuesta era no.

-Está limpio- dijo el de ojos morados- ahora vamos a probar con alguien que siempre lleva minas- añadió- Fargan, tu turno.

-¿Yo?- preguntó- yo nunca llevo minas Vegetta.

-Ahora lo comprobaremos.

Fargan pasó por la puerta metálica y cuando Vegetta miró lo que había eliminado vio que se trataba de 17 minas, 4 TNTs y un mechero.

-No estabas tan limpio como decías.

(...)

Todos pasaron por la maquina y las únicas personas que llevaban minas fueron Fargan, Willy, Lolito y Auron, sobre todo Auron.

-Bien- dijo el pelinegro- ahora podemos empezar la fiesta.

Los nueve amigos entraron a la casa. Auron y Luzu iban los primeros en el grupo y al entrar no se dieron cuenta de que encima de sus cabezas se encontraba uno de los cinco muérdagos.

Ellos no se dieron cuenta pero Alex si lo hizo.

-¡Que ratas!- exclamó el más bajo- ¡Han puesto muérdagos!

Todos los presentes miraron hacia donde señalaba Alex y vieron a la pareja bajo el muérdago. Rubius y Vegetta en cambio estaban riendo porque habían caído los primeros.

-Que puerco eres calvo- dijo Auron.

-¿Porque asumes que fue idea mía?

-Porque esto claramente no es obra de Vegetta- y dicho esto el más bajo dejó un corto beso en los labios de su pareja para después continuar andando hacia el interior de la casa.

(...)

Pasaron la noche riendo, escuchando música, jugando juegos, bebiendo vinito barato de Luzu... Y en esas 5 horas que estuvieron en casa de Vegetta las personas que habían acabado bajo los muérdagos habían sido Mangel y Lolito, Fargan y Alex y Auron y Luzu de nuevo.

Todos se lo estaban pasando de maravilla pero nadie más que Rubius y Vegetta conocía el paradero del último muérdago.

Willy se encontraba en el salón hablando con Fargan y sobre todo quejandose porque les habían quitado las minas cuando el alvino vio algo.

El último muérdago se encontraba en la cocina. Era normal que nadie uniera ido aún puesto que Vegetta había sacado toda la comida al salón.

-Fargan mira- dijo Willy señalando a la cocina.

El castaño se giró y vio lo que estaba señalando el de ojos verdes.

-El último muérdago- susurró.

-Hay que hacer que caigan Rubius y Vegetta- exclamó el rubio.

-Confirmo- dijo el de ojos amarillos- pero para eso tenemos que aliarnos con los demás.

-Vale- dijo el alvino con una sonrisa- además a Rubius no le gusta darse cariño en público, esto le molestará.

-Eso les pasa por quitarnos las minas.

-Está bien- susurró Willy- tu díselo a Alex, Mangel y Lolito que están juntos, yo se lo digo a Auron y Luzu.

-Prefecto.

Y dicho esto los dos miembros de la hermandad se separaron dispuestos a difundir su plan.

(...)

Todos excepto Rubius y Vegetta sabían del plan de Willy y Fargan y claramente todos estaban de acuerdo en vengarse.

-¡Venid todos!- gritó Willy desde la cocina.

Rubius y Vegetta los cuales se encontraban hablando en el salón pensaron que alguien había acabado bajo el último muérdago por lo que caminaron hacia el lugar.

Cuando llegaron a la cocina todos se encontraban ahí pero no había nadie bajo el muérdago.

De pronto sintieron un empujón por parte de Fargan y Mangel que les hizo acabar a ellos bajo la rama de muérdago.

Todos les miraban sonrientes y victoriosos mientras Rubius estaba sonrojado mirando a Vegetta.

-Eso por puercos- gritó Auron el cual recibió una mirada de odio por parte de Rubius.

Rubius se encontraba mirando a cualquier lado excepto a Vegetta cuando de un momento a otro se armó de valor y unió sus labios con los de su pareja delante de todos.

El beso duró pocos segundos pero finalmente se separaron y el rubio subió los brazos al cuello del contrario totalmente sonrojado.

La fiesta fue un completo éxito, sobre todo por el muérdago.

°• Rubegetta Month •°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora