✾ 𝚁𝙴𝙲𝙻𝚄𝚃𝙰 𝙿.𝟹 ✾

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𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞




Dentro de la oficina de la mujer, nos encontrábamos sentados en las sillas que se nos habían ofrecido en cuanto llegáramos, intentamos que todos nosotros buscáramos la mejor oportunidad para convencer a la mujer de ser parte de la organización o bien, jugar sucio para cumplir el cometido de hace varios meses atrás


—Oh, ni lo piensen—canturreó la mujer de ojos chocolate amenazadoramente


—¿De que hablas, cielo?—cuestionó fingiendo inocencia


—Sin trampas o yo misma los mato—sonrió feliz


—Bien, iniciemos—suspiré con impaciencia


Los tres nos levantamos para acomodarnos en un pequeño círculo estando de pie, la mujer de curvas peligrosas sacó una vez más aquella bella arma, la sostuvo entre sus manos para dejar caer todas las balas al suelo


Excepto una


Acomodó en un lugar cualquiera dentro de la pistola para empezar a girarla, mis manos temblaban ligeramente, sabía que si llegaba a ser el desafortunado de la suerte, me teletransportaría para evitar morir. Ocasionando que la femenina a quien hemos estado persiguiendo desaparezca definitivamente del mapa.


—Está de más que diga las reglas—se rió—Que la sangre fluya


Con esa oración posicionó la punta del arma sobre su cabeza y sin titubear, disparó.


Silencio


Aquella preciosa mujer se rió mientras le entregaba ahora el objeto a la albina, la cual estaba pensando también seguramente como evitar ser asesinada por mano propia en su oficina.


Cuando apretó el gatillo, un suave sonido provino del arma, anunciando que la albina podría seguir jugando otra ronda más. Le entregó con seguridad la pequeña pistola a quien fue uno de sus mejores soldados, pero por supuesto que sacrificaría a este azabache por la mujer de ojos cafés. 


—Alto—la hermosa morena habló, deteniendo al azabache de continuar con el juego—Esto es aburrido, estoy dentro—elevó los hombros con desinterés


En mi rostro y en el rostro de la albina se nos dibujó un gesto de asombro e incredulidad palpable, es decir, ninguno de los dos pensó que sobreviviría al juego enfermizo de la morena y ahora ella por su propia cuenta, accedió a trabajar con nosotros.


—¡Oh, Dios, ________!—gritó con emoción mi jefa—¡No te arrepentirás!—dio unos ligeros saltos en su lugar, haciéndola ver ridícula


—Sí, claro—ironizó la femenina más joven—¿Nos dan una habitación o dónde dormiré?—cuestionó con intriga


—Te daré la mejor habitación que tengamos, cielo—le brindó una sonrisa un tanto psicótica la mayor del trio a la nueva recluta


—Oye—le hablé a la mujer de ojos chocolate—Ven, te daré un tour completo por "La Comisión"


La mujer albina estaba a punto de reclamar y hacer uno de sus tan conocidos berrinches, pero el montón de papeleo que estaba pendiente al costado de su escritorio, la hicieron desistir de sus quejas y aceptar a regañadientes mi propuesta


—Pensé que la anciana te cortaría la garganta solo por ofrecerte en ayudarme—rió la mujer, haciendo que yo también lo hiciera


—Podría jurar que estaba a punto de hacerlo—exclamé divertido


—Bueno, Cinco ¿A dónde me llevarás?—coqueteó mientras batía sus pestañas, haciéndola ver totalmente deseable


—A tu habitación, por supuesto. Debes de estar preparada para mañana, será un día pesado—le sonreí burlón


—Tal vez podrías enseñarme algunos trucos ¿No crees?—ronroneó, haciéndome temblar de pies a cabeza


—No quisiera otra cosa más que enseñarte modales—la arrinconé en la pared, afortunadamente los pasillos que daban a los dormitorios de las chicas, siempre estaban vacíos—Pero no es el momento adecuado, de verdad tienes que descansar


—Eres aburrido, pero e gustaría pensar que lo haces por caballerosidad—siguió caminando por lo que imité su acto


—Bien, tu nombre está grabado en la puerta. Llama si necesitas algo—me despedí de la mujer, en cuanto divisé como entraba a su recámara, me teletransporté al jardín de entrenamiento


Mis manos se acomodaron dentro de los bolsillos de mi pantalón, logrando que frunciera el seño cuando sentí como aún portaba la pistola del juego, con curiosidad apunté hacía el cielo y disparé.


El sonido ensordecedor de la bala retumbó en los costados del pequeño lugar, haciendo que las aves cercanas volaran despavoridas, adornando el cielo azul


No podía creer que esto fuera una completa coincidencia, si tantas ganas tenía la morena de asesinarnos y descansar de nosotros, no hubiera detenido el juego. 


Una sonrisa se incrustó en mis labios ante la posibilidad de que ella lo sabía y por mérito propio, quiso salvar mi vida. 


𝑻ú 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊é𝒏 𝒎𝒆 𝒂𝒈𝒓𝒂𝒅𝒂𝒔, 𝒑𝒓𝒆𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂.




Ya saben, no está editado y vayan a leer mis novelas

 ¡Gracias por el poyo, muñecas!









𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora