𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"

✾ 𝙿𝙻𝙰𝙽 ✾

𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞

❤

—Así que... ¿Cuándo tendremos que ir a ver a tu "yo anciano"?—me preguntó mi novia mientras suspiraba por nuestra situación actual. Solo pensaba en el beneficio que traería a nuestra vida aquel maldito maletín.

Ella dejaría de parecer una veinteañera y yo un puberto de 13 años. 

—Exactamente, _________—le respondí mientras caminaba hacía la pequeña cocina del apartamento, moví todas las cosas del refrigerador haciendo que mi hermano Luther se despertara.

—Cinco—me llamó—Cinco ¿Qué?... ¿Todo en orden?

Ignoraba al rubio mientras la mujer entraba detrás de él recargándose en la puerta, posó una de sus manos en su cintura y  una risa divertida adornaba sus labios al visualizar como bebía toda la botella de agua de un jalón.

—Necesito estar bien hidratado—exclamé con impaciencia alejándome de la nevera y me acercaba a la morena, la cual tenía en sus manos un talco de bebé. Extendiéndolo hacía mí al estar de frente, le di beso en los labios en modo de agradecimiento para proseguir a esparcir el polvo dentro de mi camisa. 

—¿Ahora te pones talco para bebé?—cuestionó el superhéroe adulto con incredulidad. 

—Ayuda a calmar la comezón.

—¿Qué comezón?—volteó a ver a mi novia— ¿Qué diablos está pasando?

La morena solo lo miró de una forma divertida, haciéndole una mordisqueta coqueta hacía él, así que fruncí el seño ante su gesto. Me acerqué para sostener fuertemente la cintura de mi chica, obligándola a posicionarse en el mismo lugar donde me encontraba. 

La miré con reproche, haciendo que se acercara a mí y tomara mi rostro entre sus manos para brindarme un sonoro beso en ellas. 

Le sonreí para después continuar con mi tarea, eché un poco de  polvo dentro de mis pantalones, con la intensa mirada de mi pareja sobre mí. Me estaba poniendo nervioso ante su intensidad, pero lo disimulé bien.

—Entonces sí tienes un plan—atrajo la atención mi hermano tras divisar como empezaba a dar ligeros saltos, logrando que la tensión en mi cuerpo redujera de manera veloz. 

—Es solo un plan desesperado, pero nuestros descerebrados hermanos son incapaces de llegar a tiempo a una cita. No hay otra opción—dije mientras entrelazaba mi mano con la de mi chica y acariciaba sus nudillos con mis manos.

—¿Y cuál es la opción?—preguntó de nuevo, haciendo que me empezara a irritar de sobremanera. Todos mis hermanos tenían la habilidad de terminar con mi paciencia más rápido que cualquiera.