⌘ 𝙲𝚁𝚄𝚂𝙷 ⌘

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¿𝑪ó𝒎𝒐 𝒔𝒆𝒓í𝒂 𝒔𝒊 𝒇𝒖𝒆𝒓𝒂𝒔 𝒆𝒍 𝒄𝒓𝒖𝒔𝒉 𝒅𝒆 𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐?








—Tú puedes, vamos—el azabache murmuró en medio de un gemido desde su habitación—¡Joder, no puedo!—gritó con furia mientras se tomaba el cabello entre sus manos convertidas en puños. 


La cuestión era simple, pues el pequeño Hargreeves estaba observándote desde su ventana, leías un libro y sonreías al pasar cada página, pues la historia de amor entre tus manos te evitaban poder observar o darte cuenta que un par de orbes esmeralda estaban fijos en ti desde aquella lejanía. 


Cinco te adoraba desde el primer día que llegaste a la mansión, su padre te había comprado en la hermosa ciudad de México en cuanto supo de ti, una niña que podía controlar los elementos de la naturaleza, en otras palabras, eras el maldito Avatar en la vida real, tan poderosa e inteligente que no te era difícil complacer al hombre de monóculo cuando creabas poderosas ráfagas de aire, algunas pequeñas inundaciones, bolsas de fuego y ligeros temblores de la tierra. 


—Oh, no—Cinco se perdió en sus pensamientos que no se había dado cuenta que su hermano Luther se acercaba a ti, hasta ese momento, donde maldijo al rubio antes de teletransportarse en el jardín, unos cuantos centímetros más cerca de ti que número 1—Sí... Así está mejor—exclamó con una sonrisa mientras se acomodaba su traje y tomaba confianza para acercarse a ti.


Sabías de la presencia de ambos niños en el momento que Cinco había hecho uso de su habilidad y Luther había tomado el picaporte de la puerta trasera, por lo que suspiraste sutilmente intentando concentrarte en la lectura, pero de repente los gritos y exclamaciones furiosas de tus hermano evitaron que siguieras con tu objetivo, te acomodaste perezosamente en el pasto del jardín para observar con aburrimiento como el rubio y el azabache empezaban a pelear entre ellos. 


Cinco había dado un paso cuando sintió que los pies de Luther lo barrieron por lo bajo, haciendo que cayera de espaldas y se golpeara con el duro suelo. Su ceño se frunció al ver como Número 1 le guiñaba un ojo mientras se acomodaba su cabello en caso de estar desordenado y empezaba a caminar de nuevo hacia ti, tomando una pequeña flor que encontró en el camino para arrancarla, pues el chico que podía viajar al futuro si se esforzaba sabía que ese idiota estaba a punto de regalártela. 


Una simple flor y la idea de una cita fue lo que convirtió a esos dos hombres en una bola repleta de pasto arrancado, lodo y sangre. Cubriste tu cara con vergüenza en el momento que el hombre que te rescató salía furioso de la mansión hasta acercarse a los dos cavernícolas luchadores, justo cuando ellos se dieron cuenta de la nueva presencia intentaron sonreír inocentemente para disipar el fuego del anciano, pero no funcionó en lo absoluto, pues llevaban los tres encerrados en aquella oficina más tiempo del que te hubiera gustado. 


—Todo esto es por tu culpa, idiota—escuchaste el reclamo de Luther en cuanto ambos fueron empujados sin cuidado de la oficina del Señor Hargreeves—Si solo hubieras tenido el valor de invitarla no hubiera pasado esto. 


—¡No sé de qué estás hablando!—comentó el ojiverde entre dientes—Si tú no fueras detrás de ella, nos hubiéramos ahorrado el castigo. 


Luther simplemente bufó como toro antes de aumentar la velocidad de sus pasos para correr hacia su habitación, por lo que Cinco se apoyó en una pared cercana mientras suspiraba, sus ojos cerrados evitaron observar que justo salías por una puerta, sonriendo al ver el rostro de tu guapo compañero, siendo el único de la familia que nunca podrías ver como un simple hermano, a pesar de que así los habían criado. El mismo caso que Luther y Allison. 


—Los dos tuvieron la culpa—por fin hablaste, logrando ver ese hermoso color de ojos que tanto te gustaba—Ahora dime, Cinco... ¿Quieres tener una cita conmigo?


El azabache abrió sus ojos y boca mientras asentía efusivamente con la cabeza, incluso su mente se fue a los fines de la galaxia en el momento que te acercaste para acariciar su mejilla sonrojada con tu mano suavemente antes de dejar un beso en ella, brindándole una sonrisa tímida antes de alejarte del pasillo desierto. Cinco giró su rostro hacia el vidrio de una vitrina que contenía diferentes armas, pero lo que le interesó fue su reflejo rojizo antes de sonreír con altanería mientras se acomodaba el saco de su ropa.


—Te dije que podías—comentó para sí mismo de manera arrogante—Eres grande, Cinco.





La cita fue fantástica.




Iniciaron un bonito romance que duró hasta una noche donde se gritaron fuertemente




Ese amanecer fue donde viste a Cinco Hargreeves por ultima vez




Hasta que en el funeral de su padre se reencontraron




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⏰ Última actualización: Jan 11, 2022 ⏰

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𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora