𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"

✾ 𝚁𝙴𝙲𝙻𝚄𝚃𝙰 ✾

𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞

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—Entiendo que sea importante y que estés desesperada por tenerla—comenté de forma aburrida, observando todos los rincones de aquel bar lleno de gente—Pero... ¿Era necesario que vinieras conmigo?—le cuestioné a la albina a mi lado con un toque de irritación.

—Claro que sí—respondió con una sonrisa, ignorando mi tono de voz—Hay rumores sobre ella y definitivamente  la necesitamos en nuestras filas, Cinco.

Me confundía su actitud, esta vez no había ningún coqueteo de su parte o insinuaciones incómodas, por lo que me permití relajarme y tomar una copa, la cual me vendría muy bien. Disfrutaría este corto momento en el que yo no era su objetivo. 

—Oh, Dios—el tono de voz sorprendido de "La Encargada" me hizo regresar a la realidad, pues toda mi atención estaba puesta en mi vaso de wisky.

—¿Qué? ¿Qué pasa?—cuestioné sin saber la razón por la que la adulta a mi lado reaccionara así.

—Todos los rumores... Se quedaron cortos—mencionó mientras se levantaba lentamente de la silla en donde estaba sentada, con los ojos fijos en algo... o alguien. Con curiosidad seguí la mirada de la albina.

—Wow—susurré—¿Es ella?—pregunté con sorpresa.

—Claro que es ella—la voz de mi jefa había sonado demasiado sugerente para mi gusto, ella se mordía el labio inferior de manera sensual mientras recorría el cuerpo de la recién llegada una y otra vez. 

Una mujer de cabello negro había robado la atención del mundo en el lugar y no era para menos. Jamás creí que existiera un sinónimo de "belleza", pero ahora era diferente. 

Es la mujer más sublime que haya podido ver alguna vez. 

—Bien—exclamó mientras bebía todo el contenido restante de su vaso—Iré hablar con ella, Cinco. Espérame aquí. 

—No—dije—Es mi misión—recalqué cada palabra con molestia.

—Y yo soy tu jefa—sonrió egocéntrica—Así que te quedas sentado, sé un buen chico ¿Quieres?

Suspiré furioso cuando ya no la tuve cerca de mí, no era la decisión que había tomado lo que me hacía enojar, era el que pensara que tenía poder sobre mí. 

Solo espero la oportunidad perfecta para acabarla.

Tomé una posición más cómoda mientras algunas mujeres se acercaban con segundas intenciones y tranquilizando a las personas de seguridad que intentaban echarme del lugar, claramente por mi cuerpo de dieciséis años.