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-¿Y luego? -Valentina se lleva la taza a los labios. Sonrío.

-Fue perfecto, amiga. Me tomó entre sus brazos, me besó y me dijo que me quería también. Fue la mejor noche de todas.

Mi amiga sonríe, deja la taza sobre la encimera y me felicita por ese gran avance.

Y es que, aunque parezca poco, fue un gran paso para mí decirle que le quería. Estuve a nada de retractarme luego de esos cinco minutos de silencio total.

Cada vez que recuerdo su reacción solo quiero llorar de la felicidad.

-¿Ves que tienes suerte? -se ríe.- Yo sigo en medio de esa estúpida disputa entre Agus y Mike.

-No es estúpida. -insisto.- Estuviste disfrutando de ambos por separado.

-¿Y qué iba a hacer entonces? ¿Juntarlos? ¿Hacer un trío con ambos?

-No, estúpida.

Ella se ríe, me apoyo en la encimera cuando vuelvo a sentir el dolorcito en mi pecho.

Llevo dos días sin ir a la universidad y ver a Ruggero. Estoy enferma, aún no sabemos de qué pero no me he sentido nada bien.

Me duele todo el cuerpo, el mundo me da vueltas y no he podido dejar de vomitar.

Mamá me llevó al doctor.

Y la respuesta no fue nada positiva. Van a estar haciéndome exámenes de todo tipo y por esa razón voy a faltar a la universidad toda la semana.

No puedo ver a Ruggero, tiene mucho trabajo y mañana saldrá a un paseo o algo similar con todos mis compañeros. Sé que los llevará a una escena de crimen famosa. El punto en el que miles de vidas han terminado.

Suena interesante, pero mi malestar es extremadamente doloroso.

-¿Estas bien?

Asiento dándole un nuevo sorbo a mi te, ella sonríe.

-Te amo, mejor amiga.

-Suena a que te estás despidiendo de mi. -me río.- No me voy a morir, estúpida. Solo voy a tomar reposo de una semana.

-¿Realmente no te dijeron lo que tenías?

-No. -tomo un nuevo sorbo de mi té.- Pero el doctor dice que en una semana lo sabremos.

Ella asiente, yo sonrío y cuando escucho las pequeñas pisadas, volteo para ver a Alina entrar con su carrito de supermercado.

Ama el regalo que Ruggero le dio.

-Hola, mejor amiga. -musita y Valentina le sonríe acariciando su mejilla.- ¿Ya mi hermana te dijo que está enfermita?

-Si, nena. Pero ya verás que muy pronto se va a poner bien.

-¿Ahorita?

Valentina se ríe, le explica que no es tan sencillo como parece. Pero que los doctores están trabajando en eso.

La niñera viene y se la lleva, es hora de su baño.

Sonriente la veo marcharse y me pongo de pie. Estoy mareada, necesito ir a la cama ahora mismo.

Subimos a mi habitación, me quito los zapatos y no tardo en meterme bajo las mantas.

Valentina recibe una llamada, es Giovanna. Comienza riéndose, pero en cuestión de segundos esa expresión cambia.

Confundida la veo caminar hasta la silla en donde sus cosas descansan, la puerta se abre. Mila entra por esta con una canasta de frutas en las manos, le sonrío.

Antes De Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora