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Tengo que dejar de emocionarme tanto con cosas de este tipo. Pero no puedo y ya. Es así de simple.

Ya sé que mis emociones no pueden ser exageradas, debí mantener mi corazón lo más tranquilo posible.

¡Pero es que aprobé todo sin problemas! Quiero llorar de la felicidad.

Y probablemente por eso estoy corriendo por el pasillo como si no hubiese un mañana.

Esto es genial y Ruggero debe saberlo.

Tengo mis notas y las de Valentina en la mano, pero ella es un tema aparte que necesita de atención.

No está nada bien y necesito ir a verla luego de decirle a Ruggero que desde mañana ya nada me impide decirle al mundo que él es mi novio.

Oficialmente he dejado de ser su alumna. Aunque su nota sea la más baja de todas.

Y me lo merezco, no hice el bendito trabajo final. Me puso la nota mínima solo porque le amenacé con un mes sin sexo.

-¿Quieres dejar de correr? No puedo seguirte el ritmo. -se queja Mila pero no me detengo.- Karol, te va a hacer daño.

Finalmente me detengo. Es cierto, además se me fue el aire y lo mejor de todo; ya estamos fuera de la oficina de Ruggero.

Le entrego mis cosas a Mila, ella toma una bocanada de aire. Tuvo que correr mucho para intentar alcanzarme. Me río.

-¿Qué vas a hacer?

-Contarle a Ruggero. -digo y sin más abro la puerta.

Él está parado frente a un estante buscando algunas cosas. Noelia sentada en su escritorio con las piernas cruzadas y la falda levantada.

Pero, ¡sorpresa! A mi novio poco le importa pues está más interesado en encontrar lo que busca.

Toco la puerta esperando que note mi presencia. Y cuando lo hace, no tardo en correr hacia él.

Envuelvo mis brazos en su cuello, planto un beso en sus labios y sus manos cobran vida propia aferrándose a mi cintura.

Le dije que haría esto si lograba aprobar todo.

-Aprobaste. -concluye apenas me alejo. Asiento emocionada.- Muy bien, amor.

-¡Lo hice! Por fin esos estúpidos seis meses se acabaron. -festejo más que emocionada. Luego miro a la bruja consciente del show que le di.- Hola, señorita Noelia.

Su cara es todo un dilema.

Y entiendo por qué, seguramente esperaba que Ruggero me aleje y reprenda por haberlo besado. Pero es que soy su novia y eso evidentemente no va a suceder.

-Noelia, te presento a mi novia. -dice él. Ella niega incrédula.

-Es tu alumna. -reprocha. Me río apoyando mi cabeza en el pecho de Ruggero.

-No, es mi novia. -besa mi mejilla.- Dejó de ser mi alumna en el momento en el que aprobó. Y acabamos de oficializar la relación hace ¿dos minutos?

-Yo diría que menos, mi amor. -sonrío.- ¿No es fantástico? Es usted la primera en enterarse.

Su cara lo dice todo, quiere matarme. Pero aún así no me cohibo. Al contrario de eso solo abrazo a Ruggero con más fuerza y él besa mi frente.

Se siente tan bien saber que podré decirles a todos que él es mi novio. Las personas que guardaron el secreto para nosotros podrán dejar de sentirse culpables y absolutamente todo es perfecto.

Es que no puedo con la emoción, en serio no puedo.

-Si me disculpan, tengo que irme. -musita aturdida y sonrío.

Antes De Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora