14

844 136 70
                                    

—¿Cuándo va a dejar de llorar, mami?

—Cuando se sienta mejor, mi vida. ¿Por qué no vas a jugar mientras tanto?

—No, mami. Me quedo con mi hermanita.

Un nuevo sollozo se escapa de mis labios, Alina me abraza.

La puerta se abre y al parecer es papá porque mamá lo saluda y escucho el típico sonidito del beso. Sorbo mi nariz.

Le dije a papá que era mejor no preocupar a papá pero mi aspecto obviamente le va a preocupar.

—¿Qué te pasa, mi amor?

—Papá. —sollozo acercándome a él.— Me quiero morir, papá.

Él me abraza, me quiebro una vez más. Y es que no sé cómo explicar esto.

Pero realmente me siento mal.

Él doctor dice que puedo vivir bien si me cuido y evito ponerme triste. ¿Pero cómo se supone que voy a ser feliz con esto?

Estoy enferma, mi corazón no funciona y yo simplemente...

—¿Qué pasa, mi amor? Solo dime.

—Tenemos que hablar, Patrick. —susurra mamá.— Karol, llévate a Alina a la habitación.

Asiento, papá deja un beso en mi frente e intento sonreír, pero un sollozo se me escapa y prefiero irme.

Subo con Alina a la habitación de la pequeña. Y mientras ella se distrae con sus juguetes, yo reviso mi teléfono.

Le mandé un mensaje a Valentina, lo vio ya pero no me contesta.

Lo cual es raro porque hace solo cinco minutos subió una foto con Giovanna a sus estados con la descripción;

Por más días y momentos como estos. Te quiero.

Y yo envié mi mensaje hace más de media hora.

Bien, tampoco pretendo atestarla con mis problemas. Cuando la vea le cuento y listo.

Ruggero y Mila en cambio respondieron mis mensajes al instante. Mila acaba de tomar un taxi y Ruggero prometió que vendría apenas su reunión termine.

Espero que sea pronto. Necesito hablar con alguien.

Veo a Alina jugar, oigo los leves murmuros de mi padre y me dedico a pensar solamente. No sé qué voy a hacer después de esto, pero asumo que tendré una respuesta.

Tengo muchos medicamentos que debo tomar a horas precisas. Todo está bajo control.

Espero.

Los murmuros se detienen, escucho la voz de Mila y me pongo de pie saliendo de la habitación.

—Pasa, querida. Si necesitas algo solo dime. Karol esta con Alina. —avisa mamá y escucho las pasadas de Mila.

Finalmente ella está frente a mí, le sonrío sintiendo el gran nudo en mi garganta.

Esto sigue sin sentirse bien.

—Tranquila. —susurra y se acerca a abrazarme.— ¿Qué pasa, amiga?

—Es mi corazón. —logro decir.— Tengo Arritmia Cardíaca.

—Dios, Karol. Lo siento mucho.

Me quiebro una vez más en el día.

La verdad es que no he podido dejar de llorar en todo el día, mamá está cansada de no saber qué hacer.

Pero es que las cosas no pueden ser fáciles en una situación como esta.

Antes De Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora