⚠︎; 30 Days Of Sexual Challenge - [Spartor] - Corrigiendo

Día OO7

Día: O7
Reto: Jugueteó Con Los Dedos

[☁︎] No apto para todo público (NFSW)

El sonido irritante de una alarma había interrumpido su grandioso sueño. Genial, con pesadez buscó lo que sea que provocara ese sonido tan molesto, al encontrar ese pequeño aparato simplemente silencio esa "horrible" melodía.

Con pereza abrió sus ojos color miel esperando a que estos puedan acoplarse a la luz en su totalidad, al estar un poco más despierto divisó en donde estaba exactamente, miró a su alrededor observando a detalle la habitación. Giro un poco su cabeza mirando sobre su hombro logrando toparse con su amigo de cabellos rojizos que yacía dormido plácidamente abrazando al menor de lo más cómodo del mundo. El castaño sonrió al verlo tan pacífico, volvió su mirada al frente para luego estirar su brazo intentando tomar el teléfono de su amigo para ver la hora.

9:30 de la mañana, era muy temprano a su parecer, dio un suspiro al saber que se le sería algo difícil conciliar el sueño de nuevo. Sin otra opción, trato de salirse del cálido abrazo que su amigo le estaba otorgando para poder salir de la cama. Sus mejillas tomaron un leve tono carmesí al sentir como los brazos de su mayor se negaban a dejarlo ir. Cubrió su boca con su mano en un intento de no chillar o soltar un sonido de vergüenza, aun así, una risita nerviosa se le había escapado de sus labios. Sin más tomó la mano del pelirrojo para poder levantarla un poco y así salir sin muchos problemas.

Una vez fuera de la cama y de los cálidos brazos de su mayor dio un suspiro observando con detenimiento a quien se encontraba en aquella cama, sonrió al verlo ahí tan tranquilo. Llevó su mano a su pecho notando como su corazón era levemente acelerado sin alguna razón aparente. Miro hacia el suelo para borrar esos pensamientos que rondaban por su cabeza. Solo era curiosidad lo que sentía. Entonces, ¿Por qué su corazón estaba acelerado?

Soltó un gruñido de sus labios decidiendo por únicamente salir de esa habitación, no debía preocuparse por aquello ahora, escucho un pequeño ruido venir de su estómago, tenía hambre y la comida más importante del día es el desayuno. Pero ¿Quién iba a cocinar? El pelirrojo estaba dormido y no quería despertarlo solo para que le haga de comer. El mayor ya le había cocinado por casi una semana completa, tal vez debía devolverle el favor. Si bien no era un experto cocinando, sabía hacer lo básico y algunas que otras cosas que videos en Internet le habían enseñado.

Dio un último suspiro decidido a tragar su pereza y hacer de desayunar, fue a la cocina y ahí comenzó con lo que comerían esa mañana.