Senku. Max dijo "Senku", con toda seguridad. Y el único Senku que conocía y que por su inteligencia y capacidad podía realmente estar ahí, y que podía haber hecho todos esos logros tecnológicos post-petrificación para llegar a Estados Unidos desde Japón, era él: Senku Ishigami. Era tanto la incredulidad como la emoción, saber que su joven discípulo, aquel niño de diez años que conoció, y que tenía tantas curiosidades científicas como él cuando tenía su edad, estaba ahí. Pero ya no era un niño prodigio de diez años, él lo había guiado durante los años siguientes, fue su único discípulo, la única persona a la que consideró enseñarle ciencia aero-espacial y muchas cosas más. Fue el joven que incluso notó un curioso dato que fue clave para él, al comenzar a formar sus hipótesis sobre las golondrinas petrificadas alrededor del mundo.
Por ese chico había comenzado a aprender japonés también, tanto se convirtió su afán de comunicarse y ayudarlo con más facilidad a profundizar en los conocimientos científicos más complejos. Conocimientos del idioma que ahora irónicamente le servían para adelantarse y destruir las esperanzas y el desarrollo del grupo de amigos de su discípulo.
Senku Ishigami, el único hijo del astronauta Byakuya Ishigami, aquel hombre que nunca logró entender del todo, porque era tan inteligente y determinado en la ciencia, así como divertido, emocional y hasta inocente. Ese hombre había criado a uno de los niños más prometedores para el mundo científico, uno que rivalizaría con su joven "yo", ahora había un abismo de diferencia entre ellos.
¿Entonces había dos jóvenes científicos prodigio en ese barco? No, no podía ser. No podía descartarlo con seguridad, pero tenía la intuición de que no era así. Esa información del Dr. Taiju no la habían podido confirmar, se lo había dicho Míster Gen, y sólo habían tenido una conversación por radio, nada más. Y si aquellos chiquillos eran tan astutos, cabía la posibilidad de que fuera un señuelo. Y aunque los hubiera, él solamente conocía a Senku, y ese joven era amenaza suficiente, seguro era el científico que iba a la cabeza de aquel grupo. Pero estaba seguro que era sólo el joven Ishigami, y era todo un engaño para protegerlo, por lo importante que era para ellos.
No podía creerlo, no quería creerlo. Después de tantos años, habían despertado casi al mismo tiempo, en un margen no mayor a tres años. Era un milagro... no, era la evidencia de lo grande que eran sus mentes. No pudo reaccionar por varios segundos, el tiempo se había detenido para él, absorto en las imágenes que pasaban por sus ojos, pero no se había detenido para el mundo, no se había detenido para Stan. Y si lo dejaba asesinar al falso Dr. Taiju, perderían la oportunidad de eliminar a la verdadera amenaza.
- ¡NO DISPARES, STAN!
Gritó desesperado, y le explicó al francotirador la situación. Si había tantos jóvenes en ese barco, tenía que ser muy preciso en la descripción de Senku, para lo cual usó la grabación de radio que tenía, y mediante cálculos que para él eran pan comido, le reveló la información, Stan era suficientemente inteligente para deducir el resto. El problema vino cuando, minutos después, le confirmó que lo había encontrado, pero le hizo la única pregunta que le retorcía el estómago
- Xeno, ¿estás seguro de que le quieres muerto?
¿Seguro de asesinar a uno de los científicos más prometedores y valiosos, que además había sobrevivido a la petrificación como él? No, pero no tenía otra opción. Su visión del mundo, y su misión, eran cosas que tenía muy claras, y no había nada más nada que considerar. Sabía que Senku no coincidiría con él, siempre había desestimado todos sus comentarios sobre armamentística y poder a través de la ciencia, por lo que la idea de dominar el mundo, someterlos a todos, jamás la aceptaría. Simplemente no había otro camino, que terminar con su vida, la única que podría resultar una amenaza para sus planes.
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Cautivos
RomanceKohaku es atrapada por Stanley Snyder mientras vigila con Chrome, y queda como rehén en el castillo del Dr. Xeno y los demás. Pero ella no va a vender a sus amigos, y Xeno y Stanley no van a soltarla hasta conocer sus secretos. Pero empatizar demasi...