El ánimo de Kohaku y Stan mejoró notablemente lo que restó de ese mes, por las mañanas solían verse radiantes y relajados a la par a pesar de las imborrables ojeras que ya lucían hacía meses, y bien dispuestos a ser activos durante el día. La rubia había comenzado a ayudar también en la construcción de los motores de cohete y en preparar los materiales además de mantener su entrenamiento diario con Mozu y Kirisame, ya había recuperado completamente su estado físico y su energía. El cuidado de Neal durante buena parte del día solía estar a cargo de los padres de Stan, aunque solían seguir de cerca de su hijo o de Kohaku ya que el bebé solía ponerse intranquilo cuando no los veía en mucho rato. Por lo que al menos cada dos horas, uno de los dos o ambos se hacían el rato para alimentar, mimar y jugar con el pequeño.
Neal ya era un bebé más grande, pesaba unos siete kilos, y su belleza hipnotizante y adorable. El cabello había pasado de ser la lanilla de recién nacido a pelos más fuertes, lisos y brillantes que cubrían enteramente su cabeza, con ese tono platinado que brillaba como oro blanco bajo el sol. Los ojos aguamarina de largas y pobladas pestañas rubias ya eran más grandes y siempre bien abiertos, aunque siempre se veían finos por lo mucho que sonreía, era muy risueño. No podía ser para menos, con todo lo que lo mimaban, era realmente el príncipe de ese castillo. Sus movimientos eran más seguros y fuertes, lograba darse la vuelta por sí solo si estaba boca abajo, y empezaba a apoyar las manos y a sostener su cuerpo por su propia cuenta e intentar arrastrarse, aunque no lo lograra del todo, por lo que no podían quitarle los ojos de encima por seguridad. Solía mantenerse entretenido por su cuenta pasándose los juguetes de una mano a otra, y ya estiraba los brazos cuando estaba en la cuna para pedirle a sus padres que lo alzaran en brazos, algo que los derretía de ternura a ambos.
Era un poco más tímido con los demás, aunque ya sonreía con frecuencia cuando sus abuelos, Xeno o Luna entraban en su campo de visión, y solía hacer algún sonido para llamarles la atención y ser alzado o mimado por ellos. Comenzaba a poder mantenerse sentado por su propia cuenta con un suave apoyo en su espalda, y se reía a gritos cuando Xeno le hacía el "juego del caballito" en su rodilla, algo que el científico disfrutaba mucho de hacer cuando se hacía un rato libre en su atareada agenda con el desarrollo y fabricación de los motores de cohete cada vez más avanzados. En especial, cuando él lo cuidaba solo en su estudio y no lo veía nadie, si coincidía con que estaba despierto aprovechaba su oportunidad para ser más tierno y "menos elegante", era el secreto bien guardado de ambos.
Los balbuceos de Neal empezaban a ser más repetitivos y más claros poco a poco, por lo que todos se llenaban de ilusión cuando oían "ba", "da", "pa" y "ga" repitiéndose múltiples veces mientras probaba en su boquita intentar hablar, percatándose que el momento de oír "papá" o "mamá" estaba cada vez más cerca. Entre bromas, Stan y Kohaku competían por ver quién era el favorito de su hijo, a quién miraba más para jugar o para recibir mimos, y ya había hasta una apuesta por cuál iba a ser la primera palabra, si llamaría a él o a ella. La apuesta creció como diversión del castillo, y para frustración de Kohaku, parecía que apostaban más porque el bebé llamara primero a Stan.
- Es lógica, Kohaku, por los fonemas que aprenden los bebés –Explicó Xeno, cuando ella se indignó de que también apostara por su amigo sin dudarlo– Apenas saben ubicar la lengua y los labios para producir algunas sílabas, y las más suaves, con lo cual el fonema "pa-pa" es más fácil que "ma-ma", que requiere una vibración de las cuerdas vocales además de los dos labios. Por eso es que todavía no puede decir ni una ni la otra, usa consonantes más suaves incluso, y le falta práctica de intentar replicar las más complejas.
- ¡Ja! ¡Entonces le diré "mamá" más seguido, así se acostumbra a oírlo más y busca imitarme a mí!
- Tarde, llegas tarde. Cuando tú llegas a la esquina, yo ya le di dos vueltas al castillo, princesa –Se burló Stan con malicia– ¿Te crees que yo no lo estoy incentivando hace tiempo a que diga "papá" cuando jugamos?
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Cautivos
Любовные романыKohaku es atrapada por Stanley Snyder mientras vigila con Chrome, y queda como rehén en el castillo del Dr. Xeno y los demás. Pero ella no va a vender a sus amigos, y Xeno y Stanley no van a soltarla hasta conocer sus secretos. Pero empatizar demasi...