27. Las mechas de la pasión

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Pasados unos días del vertiginoso reencuentro de la familia Snyder, las cosas lograron serenarse y acomodarse. De hecho, fue un gran alivio que los padres de Stan se sumaran a la vida del castillo, por toda la ayuda que brindaron en especial a los jóvenes padres. Incluso fue gracias a ellos, encantados e inmersos con sus roles de abuelos, que Kohaku pudo empezar a relajarse un poco y volver a disfrutar de ayudar y sentirse útil y partícipe del proceso científico y artesanal, de lo cual había quedado afuera desde el avanzado embarazo. Stan había vuelto a trabajar de a ratos desde el mes anterior, por lo que agradeció contar con la ayuda extra pero no fue tan significativo, y Xeno estaba siempre presente, pero era el más descansado de los tres, abocado a su tarea científica en conjunto con Senku, y sólo ayudando con Neal cuando realmente lo necesitaban o los padres necesitaban un descanso.

Kohaku se había confiado demasiado en que podía comunicarse en japonés con la mayoría de las personas cercanas en el castillo, por lo que le costó hablar en inglés con los padres de Stan, había perdido la práctica, y por su parte ellos no entendían ni una palabra de japonés. Sin embargo, entendiendo que Neal iba a ser eventualmente bilingüe con el japonés como idioma principal, y que se perdían las conversaciones que su hijo y Xeno tenían con Kohaku ya que se habían acostumbrado a hacerlo en el idioma de ella, fue que decidieron aprender japonés. La rubia, sintiéndose un poco culpable por su comodidad ya que no había seguido aprendiendo inglés cuando acabaron las clases con Gen, también aprovechó la oportunidad para continuar aprendiendo ese idioma.

En lugar de pedirles a Stan y Xeno, pensando que ya tenían suficiente con el desarrollo de los motores científicos además de cuidar Neal, prefirió pedirle a Minami, quién aceptó encantada ya que no tenía mucho que hacer de otra forma, y el trabajo forzado no era lo suyo. Además, ella y Yuzuriha ayudaban a aprender a los padres de Stan ya, con lo cual podían emparejar el vocabulario para que fuese más fácil para ellos tres comunicarse, en especial en lo referido al bebé. Cuando Kohaku les contó a los dos hombres, estos mostraron la misma expresión de ligera indignación, haciéndole el reclamo de por qué no les había pedido primero a ellos, aunque los argumentos que oyeron los convenció a regañadientes.

- Primero tú, Stan, luego ella –Se quejó Xeno cuando Kohaku se fue– Siempre me entero a lo último cuando quieren aprender los dos idiomas en los que yo podría ayudar a enseñarles, y no estoy entre los elegidos a hacerlo.

- ¿Elige a una reportera japonesa antes que a nosotros, que somos nativos? –Se sumó Stan a la queja, con soberbia– Porque ni siquiera nos pidió que también le diéramos una mano con practicar.

- Podría pronunciar el inglés de una forma mucho más elegante –Apoyó el científico.

- Por supuesto, y sería matar dos pájaros de un tiro porque hasta podríamos ocuparnos de Neal mientras le enseñamos. Ella se lo pierde.

- ¿Estará a la altura de una inmersión completa en el idioma? –Preguntó Xeno con un dejo de malicia– Podemos responderle en inglés a lo que nos hable, así aprende más rápido, o quizás reconsidere aprender de una sola fuente.

- Eres cruel, pero justo. Nada mal –Se rió cómplice Stan.

Lo que fue divertido para ellos, no fue recibido con igual gracia por Kohaku. En cuanto empezaron sus clases del idioma, se encontró con la novedad de que los dos estadounidenses siempre le contestaban en inglés, algo que no habían conversado antes que sucedería, y recibió la misma justificación de ambos, en la que le daban a entender que era para motivarla y hacerle aprender intuitivamente, oyendo mejor el acento "correcto". La joven no percibió la resolución orgullosa y ligeramente resentida de ambos detrás de su iniciativa, y aunque le frustraba un poco no poder hablar con la misma fluidez y comodidad, y guardarse conversaciones que no podría mantener ni desarrollar, llegó a la conclusión que tenía lógica la propuesta de ellos. Para cuando Kohaku cayó completamente en la "trampa" y decidió pedirle a cada uno que también le enseñen para acelerar su aprendizaje, pero que tuvieran un poco de piedad y le hablaran también en japonés como antes, ellos sonrieron secretamente satisfechos, aunque su respuesta fue distinta, sin saberlo al principio.

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