Historias de Terror

La Historia de Ella Sosteniendo una Naranja (4/6)

Hola chicos, después de muchos PM pidiendo una actualización, decidí informarles sobre lo que está pasando. Pero primero, aquí está la captura de pantalla de la imagen de escritorio que Rose/su culto puso en mi computadora portátil. No he podido encontrar la foto original ni ningún tipo de archivo oculto. La mujer de la izquierda es mi madre sosteniéndome, y la mujer de la derecha es su amiga sosteniendo a mi amiga de la infancia. No sabemos quiénes son el niño de la izquierda o la mujer de atrás. Ninguno de ellos recuerda que se tomó esta foto.

Mi abuela nació en Croacia pero creció en Bosnia. Era el tipo de niña que pasaba cada día que estuvimos despiertos jugando, explorando, etc. Su lugar de juego favorito estaba junto al río, no muy lejos de donde vivía. A menudo iba allí con sus amigos, pero ese día en particular, ninguno de sus amigos la acompañaba. Ella fue allí de todos modos. Estaba haciendo su tarea tradicional de construir una fortaleza en la arena cuando escuchó que alguien la llamaba. Miró hacia la carretera cercana (el único lugar por donde podía venir cualquiera, solo había un camino hacia la playa) pero no había nadie. Ella se encogió de hombros y siguió jugando. Escuchó la llamada de nuevo. "Dana". 

Ella miró a su alrededor. Nada. "¡DANA!" Saltó aterrorizada y corrió hacia la carretera para ver qué demonios estaba pasando, pero no había nadie. Pensó que uno de sus amigos la estaba jodiendo y decidió darse la vuelta y regresar a la fortaleza. Entonces ella lo vio. Era un hombre, de estatura superior a la media, tal vez 6'4 ", vestido con el traje y uno de esos sombreros que usaban los caballeros en los treinta. Llevaba un traje oscuro, negro oscuro con camisa de vestir blanca debajo y una corbata negra. Sosteniendo un bastón. La cosa es que estaba parado en el agua hasta las rodillas. Con un traje que probablemente costaba un brazo y una pierna en ese momento. Ella se sorprendió, pero como cualquier niño curioso, decidió comprobar qué estaba pasando. Caminó hasta la frontera donde terminaban las olas. Todavía estaba de pie en el agua. "¿Sí señor?" preguntó cortésmente. Llevaba un traje oscuro, negro oscuro con camisa de vestir blanca debajo y una corbata negra. 

Sosteniendo un bastón. La cosa es que estaba parado en el agua hasta las rodillas. Con un traje que probablemente costaba un brazo y una pierna en ese momento. Ella se sorprendió, pero como cualquier niño curioso, decidió comprobar qué estaba pasando. Caminó hasta la frontera donde terminaban las olas. Todavía estaba de pie en el agua. "¿Sí señor?" preguntó cortésmente. Llevaba un traje oscuro, negro oscuro con camisa de vestir blanca debajo y una corbata negra. Sosteniendo un bastón. La cosa es que estaba parado en el agua hasta las rodillas. Con un traje que probablemente costaba un brazo y una pierna en ese momento. Ella se sorprendió, pero como cualquier niño curioso, decidió comprobar qué estaba pasando. Caminó hasta la frontera donde terminaban las olas. Todavía estaba de pie en el agua. 

"Tengo algo para tí."

"¿Sí? ¿Que es eso?"

Bueno, por más predecible que sea la historia, desafortunadamente es jodidamente cierta. Era una naranja. Mi abuela creció en una familia adinerada e incluso en los tiempos económicos difíciles, tenía una abundancia de fruta, por lo que la naranja no le causaba un factor sorpresa.

"Uh... Gracias señor, pero acabo de almorzar. Puedes dárselo a otra persona ".

"No, no Dana, este es especialmente para ti". Inclinó la cabeza hacia un lado y por un segundo pensó que su sombrero se caería al río. No fue así. Todavía sostenía una naranja en su otra mano, ofreciéndola.

"Pero no lo quiero".

"Tómalo y tómalo ahora". Mi abuela ha pasado por un montón de mierda. Segunda guerra mundial y guerra de Bosnia. Ella ha visto mierda, hombre. Pero dijo que nunca había visto algo tan aterrador como la cara de ese hombre ese día. Ella era una niña y, por lo tanto, muy impresionable con una imaginación vívida, pero jura que cuando él dijo eso, sus ojos (la parte blanca, no las pupilas) se oscurecieron mucho y ella pudo ver la ira en su rostro, aunque él tenía algo de expresión. sonreír.