A todo

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Arrugó el mapa y decidió lanzarlo al suelo.

Era inútil intentar encontrar un punto de referencia entre árboles, árboles y más árboles. Era completamente inútil y así también se sintió ella... sentada en el suelo, esperando a que Daryl volviera de su solitaria y "peligrosa" expedición.

-Idiota- lo insultó entre dientes aunque no pudiera escucharla, porque seguía sin encontrarle ningún sentido a sus decisiones.

Estaba harta de enfrentarse a todo lo que la vida le ponía por delante y Daryl parecía no haberse enterado de eso aún. Y lo odiaba, odiaba que a veces se pusiera tan sobreprotector, tanto que ni siquiera la escuchara.

Una casa, un refugio donde pasar la noche, eso era todo lo que quería encontrar.

-¡Ahhh!- el sonido metálico de aquel grito detuvo sus pensamientos y cambió sus prioridades.

Se levantó de golpe y dio una vuelta completa sobre sí misma en busca de algo que le aportase más información.

-¿Daryl?- alzó la voz para llamarle pero nadie le contestó. -¡Daryl!- volvió a pronunciar mientras sacaba la pistola, asustada.

Si eran esos que les habían estado persiguiendo ya podía considerarse muerta, si era algún caminante... podía empezar a rezar porque no hubiera muchos más cerca, porque Daryl se había llevado su cuchillo y si tenía que disparar el ruido atraería a más.

-... ... ...- otra vez aquello, pero esta vez sin voz, solo aquella especie de interferencia que...

¡El walkie! Había olvidado que lo seguía llevando encima.

-¿Daryl?- ni siquiera se paró a pensar que no fuera él quien hubiera gritado, no tanteó la posibilidad de que aquello viniera de otra señal que no fuera la suya.

Solo lo agarró, tiró del aparato para desengancharlo de la cintura de su pantalón y pulsó el botón para hablar.

-¿Daryl?- volvió a decir y esperó otros cuantos segundos antes de volver a intentar comunicarse con él. -¿Estás ahí?-.

Nada.

Lo siguiente que escuchó fue solo silencio y eso la tranquilizó por un momento, porque si él no respondía era porque no tenía el walkie, aunque, ¿y si sí lo tenía? ¿Y si no podía contestarle? ¿Y si de verdad había sido su grito y le había ocurrido algo grave?

-¡Carol!- su voz calmó toda su angustia al instante.

-¡Daryl!- se le escapó una sonrisa al decir. -Dios mío... He escuchado un grito y... ¿Estás bien?- no fue capaz de centrarse, solo quería comprobar que no había sido a él a quien había oído gritar.

-Estoy bien- pronunció convencido, aunque a Carol no se lo pareció tanto.

-¿Seguro?- aportaría lo que fuera a que le estaba mintiendo.

-Sí, pero...- se detuvo un segundo la comunicación. -Sí, sí- volvió a decirle.

-¿Dónde estás?- no le creía, no le creía en absoluto.

-No lo sé- no quería que le encontrara y eso le hizo temerse lo peor: que se hubiera encontrado con esos idiotas de la casa.

-Daryl...- fue a decirle, pero calló al darse cuenta de que no podía preguntarle tan abiertamente, que si había alguien a su lado no le podría responder. -¿Has dejado marcas?- una pregunta trampa que a quien fuera también le interesaría, y solo dos opciones de respuesta.

Un sí significaría que sí que estaba herido, que realmente no sabía donde estaba y que... tenía vía libre para seguir el camino de las líneas que le había visto ir dejando en los árboles.

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