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Rozó su pulsera con la yema de sus dedos mientras él permanecía concentrado en cargar su mochila y los bidones de combustible en la moto.

Daryl no le había sido del todo sincero, pero había dejado de negarse a que lo acompañara y eso era suficiente para Carol, o al menos eso pensó por unos segundos. Estaba convencida de que tenía razón, de que si él no quería que fuera, que si había decidido irse solo, era porque aún no se fiaba de ella, porque en los últimos tiempos le había fallado demasiadas veces como para volver a darle una oportunidad. Y aún así se la había pedido, o más bien lo había obligado a dársela.

Iba a ir con él, pero... ¿era aquello realmente una victoria?

-Dame- lo escuchó decir y eso la sacó de sus pensamientos.

-¿Qué?-.

-La bolsa...- añadió con obviedad sin dejar de señalarla.

Carol siguió la dirección de su mano hacia sus pies, aún desubicada, y asintió al verla antes de agacharse a cogerla.

-Joder- se le escapó al hombre una vez que todo el peso recayó en él, -¿qué llevas aquí?- añadió pensando que una buena forma de no volver a caer en otro incómodo silencio.

-Comida, unas linternas, cerillas, jabón...- fue recordando todo lo que había decidido coger.

Daryl paró un instante para escucharla no solo con los oídos sino también con la mirada, pero sus palabras se desvanecieron rápidamente y fue ella la que dejó de mirarle, casi como si eso la avergonzara.

-Cuerdas, también- continuó en un susurro y luego... nada.

Estaba seguro de que en aquella bolsa había mucho más y de que ella era lo suficientemente previsora como para haber cogido todo lo que él ni siquiera había considerado necesario, pero algo le rondaba el pensamiento y ese algo era lo que la había hecho callar.

Últimamente no sabía qué era lo mejor con ella y ahora ese dilema volvió a su cabeza. No podía decirle que no la veía en condiciones de afrontar un viaje en el que no sabía qué iban a encontrar, pero tampoco quería que siguiese creyendo que no confiaba en ella, que temía que su presencia supusiera un peligro para él.

¿Ella un peligro para él? Jamás nada había estado tan errado como aquello.

-Puedo poner aquí tu arco- el resto de equipaje y de armas, a excepción del cuchillo que llevaba en el pantalón, ya estaban cargadas en la moto, así que era lo único que quedaba.

-Toma- se lo descolgó para dárselo y observó como lo colocaba junto a su ballesta.

-Listo- dijo para sí y luego levantó la mirada hacia ella. -Ya podemos irnos- le dio otra oportunidad para echarse atrás sin tener que ser él quien se lo pidiera.

-Vamos...- dudó y dudó un poco más al acortar la distancia entre su cuerpo y la moto.

Él le tendió la mano para ayudarla a subir pero ella paró justo antes de agarrarle.

-Espera- se echó atrás. -Yo...- titubeó. -Tengo que ir un momento al baño- fue lo primero que se le pasó por la cabeza.

Necesitaba pensar un instante con frialdad. Se había aventurado a querer ir con él porque no soportaba la idea de que fuese solo, pero también por cierta rabia y un toque de orgullo que ahora habían desaparecido.

-Ve- asintió él aparentando tranquilidad, pero conocía bien aquel gesto suyo y, por dentro, le saltaron todas las alarmas.

No quería que le acompañara por miedo a perderla, pero también lo consumía la posibilidad de que aquella pudiera ser la última vez que la viera.

Carol suspiró y giró sobre sí misma para dirigirse hacia la casa.

-Hey- la llamó antes de que se alejara demasiado.

-¿Mm...?- se volvió a mirarlo.

-Confío en ti, de verdad- si ella se estaba echando atrás, si no volvía a salir, si tenía que marchar solo y no podía regresar... eso era lo único que necesitaba que supiera.

Y también fue lo único que ella necesitaba saber, aunque hubiera sonado a despedida, aunque pensara que aquella podía ser la última mirada que pudiera dedicarle... aunque al entrar en casa estuviese casi convencida de que al salir no iba a encontrar más que su arco en el suelo.

Quizás por eso había entrado, para darle la oportunidad de irse sin ella.

Quizás la estaba esperando pero sabía que ya no iba a salir hasta que se fuera.

Quizás ambos, por un par de minutos, dejaron de confiar en el otro para sentirse menos idiotas.

Quizás.

Quizás.

Quizás no lo fueron tanto.

Cuando ella salió, cargaba con un par de botellas de agua que le costó mantener agarradas al ver que seguía ahí, parado junto a la moto sin intención alguna de marcharse.

-Puede que las necesitemos- habló solo para llamar su atención.

-Sí...- no supo ni de qué le estaba hablando, solo que estaba ahí, acercándose con una media sonrisa que hacía tiempo que no le veía. -¿Vamos?- más que preguntarle, se lo pidió.

Carol también lo vio sonreír casi imperceptiblemente y colocó el agua junto a los bidones de combustible mientras Daryl se subía a la moto.

-Vamos- pensó y apoyó su mano en su hombro para impulsarse y acomodarse tras él.

Luego sus manos se acomodaron a la altura de sus costillas y algo dentro de ella le pidió seguir rodeándolo hasta abrazarlo, pero se limitó a dejarlas ahí, agarrando débilmente la tela de su chaqueta mientras la moto arrancaba.

TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora