Bo-ba

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13:30, aproximadamente

Y Carol ya no estaba en la cocina.

-¿Nos ayudas?-.

Chloe había ocupado su lugar y trataba de estirar la masa todo cuanto el rodillo y su fuerza la dejaban.

-Claro- asintió Daryl.

Él venía precisamente a eso, a terminar lo que hacía un rato había empezado, o al menos en lo que respectaba a aquella cuestión culinaria. Y, aunque hubiera planeado algo muy distinto a lo que ahora tenía delante, le sonrió a la niña, con una felicidad que no podía ni quería contener en su cuerpo, y rodeó a Agatha y a Emma para colocarse junto a ella y relevarla.

-Carol nos ha dicho que luego la cortemos en cuadraditos- le explicó.

-¿Dónde ha ido?- no disimuló su necesidad de saber por qué no estaba allí.

-A ducharse- fue Emma quien ahora contestó.

-Se le ha caído el cubo de harina al suelo y se ha llenado entera- añadió Chloe con total inocencia y una pizca de comicidad en su tono.

-Ya...- pronunció más para sí mismo que para el resto y, mientras pasaba otra vez el rodillo sobre la pasta, otra sonrisa apareció sin dar aviso.


Dos menos cuarto, tal vez

-¡Por fin!- exclamó Agatha al verla.

-¿Qué pasa?- terminó de entrar en la cocina y, al ver allí a Daryl, Carol pensó que él debía haberles contado algo de lo que había ocurrido hacía poco menos de media hora.

-Dime la verdad... ¿tú pensabas hacer todo esto sola?- señaló a los lazos de pasta que ya llevaban rato haciendo entre los cuatro.

Ella suspiró al oírla, porque aunque no le importaría en absoluto que lo supieran, aunque fuera ella quien quisiera gritar a los cuatro vientos que amaba a Daryl con todas sus fuerzas y que era completamente dichosa al saberse correspondida, prefería que todo siguiera así, al menos por el momento.

-¿La verdad?- acabó respondiéndole. -La verdad es que no contaba con tu inagotable paciencia- ironizó de un modo que les hizo reír a todos.

-Haces bien- se sacudió Agatha las manos para limpiar la poca o mucha harina que tenía en ellas y bordeó la encimera para dirigirse hacia la puerta. -Os dejo- pronunció antes de salir, aunque al segundo siguiente volvió tras sus pasos. -Daryl- lo llamó.

-¿Qué?- respondió al tiempo que metía uno de sus dedos en la salsa de calabaza que, no sabía cuándo, pero Carol debía haber terminado de hacer.

-¿Te importaría venir conmigo? Me gustaría comentarte unas cosas...- en realidad tenía que hablar con los dos, pero él le parecía el hueso más duro de roer.

-Ujum...- fue su forma de decirle que sí mientras relamía su pulgar y lamentaba que aún quedara rato para la comida, o quizás tan solo el hecho de no poder acercarse a besar a Carol otra vez más.

Probablemente cerca de las tres

La mesa estaba lista, la comida humeaba y... el olor inundaba todo el comedor.

-Yo les aviso- se ofreció Emma, aunque finalmente no hizo falta.

-¡Estamos, estamos!- anunció Agatha antes de empezar a bajar las escaleras.

-¿De dónde venís?- los hacía en cualquier otro lado de la casa menos arriba en las habitaciones.

-Me hacía falta el mapa- resumió su mujer sin darle demasiada importancia.

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