Jason: —Los vi cogiendo.
Rafa: —¿En serio?
Jason: —Bueno, no tan así, pero casi estuvieron cerca de ello.
Dos pares de ojos se asomaban por el pequeño espacio que había entre la puerta, la habitación de huéspedes les regalaba una vista un tanto rara y tierna a la vez: Nicolás y Rose se encontraban durmiendo en la cama de una persona, pero al esta ser bastante chica, cada uno se encontraba del lado contrario, por lo que los pies de uno estaban al lado de la cabeza del otro. Excepto los de Rose, quien tenía el talón justamente en la boca de Nicolás. Pobre de él cuando se levante con un olor no tan agradable en sus labios.
Rafa: —Quizá cuando te fuiste a dormir... —pero fue interrumpido por Jason al saber lo que iba a decir, prefirió no oírlo.
Jason: —Si en verdad lo hicieron preferiría no saberlo, no quiero tener que andar asqueado por donde pise pensando que posiblemente hay partículas de sus interiores —arrugó su nariz y sus labios cayeron ante tal escenario—. Por dios, no.
Rafa: —Mira el lado bueno, por lo menos ellos están en una relación amorosa —espetó, y lentamente la mirada del otro se ancló a él—. ¿Qué?
Jason: —¿Por qué acaso eso tendría que ser algo bueno?
Rafa: —¿No que te alegrabas por el logro de los demás? —preguntó confuso—. Te alegras por mí.
Se le fue inevitable al otro morder su labio inferior y obligarse a tragar la risa.
Jason: —Oh, Rafa —pasó su brazo por alrededor de sus hombros—, tengo tanto por enseñarte todavía.
El chirrido de la puerta principal se oyó y ninguno se movió de donde estaban.
Roma: —¿Qué hacen, pervertidos? —al estos darse vuelta, notó que se trataba de Jason quien le estaba haciendo compañía a Rafael—. Creí que eras Peter —dijo con desdén.
Jason: —No lo soy.
Roma: —Ya lo noté —dejó el canasto de ropa a un costado del umbral. Se dio el lujo de analizarlo de pies a cabeza. Con una mirada de asco, añadió—: Peter está limpio de ser una mierda —las comisuras de los labios se curvaron al ver la impresión de él.
Rafa: —Roma... —murmuró y un siseo detuvo su intervención.
Roma: —Como me encantaría verte dormir afuera y que por la noche cientos de caminantes te devoren —dijo, con la voz bastante calmada, pero con su habitual chispa de malicia—. De verdad que lo gozaría bastante —hasta pagaría por verlo.
El rostro del joven decayó en cuanto se percató del intenso odio que Roma sentía hacia él.
Solo bastaba ver cómo sus nudillos se estaban pintando de rojo para saber que deseaba proporcionarle otra golpiza más, y peor que la anterior.
No podía entender de qué tal magnitud fue el dolor que ocasionó en sus adentros, cada vez que lo cruzaba era inevitable que no saliera humo por sus oídos y que los alrededores de sus pupilas pasen de gris a rojo, como el mismísimo Satanás.
Tenía que dar la mejor cara de él, quizás si no le discutía o respondía todo pasaría y Roma se marcharía rápidamente, como suele ocurrir con los abusones. Así que se decidió por aquel camino: no presentaría defensa frente a Roma, él no ocasionó la muerte de Stacy aunque así pensara firmemente ella.
Y en unos pocos segundos sintió un fuerte ardor en las mejillas y un leve mareo dejó ver apenas cómo Rafa apartaba a Roma.
Roma: —¡Mereces pudrirte junto a una horda, hijo de puta! —maldijo entre dientes.
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Day Z T6 Sin Mirar Atrás
Science FictionCon el objetivo cumplido de haber llegado a Carlos Paz, Nicolás y su gente deberán adaptarse a la nueva vida junto a los desconocidos. Mientras que la tensa relación entre algunos integrantes se desarrolla, una revelación impactante hace que el líd...