Capítulo 12

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Segunda vez. Ya era la segunda vez que se detuvieron en un baño público —cabe destacar que de los dos, ninguno estaba limpio—. Juana no pensó en que, si devoraba toda la comida que había en la mesa, tendría que soportar y afrontar las secuelas de eso. Por supuesto que las consecuencias al parecer fueron más fuertes de lo que ella esperó. El no haber comido chatarra durante tanto tiempo parecía una pesadilla, pero cuando por fin lo volvió a hacer, parece que su cuerpo no reconoció aquello y lo expulsó tan rápido como ingresó. Guacala.

Lo bueno de todo lo que pasó en un periodo muy corto de tiempo, es que lograron recaudar muchas cosas, tantas que parece que jamás se dieron un largo descanso de comida. Ahora sí los demás no tendrían sospecha de que no hicieron el trabajo y prefirieron descansar al principio. Nicolás se dejaba manipular sencillamente por las chicas. O posiblemente porque Rose siempre lo miraba amenazante para que cumpliera cada uno de sus caprichos.

Nico: —¿No necesitas que Rose entre a darte una mano? —sugirió, y a su lado su novia le golpeó por haberla mandado al frente de tal manera. Negaba una y otra vez con la cabeza que no entraría. El desastre que podía llegar a encontrarse en aquel baño era preferible no imaginarlo—. Porque puede hacerlo —prefirió seguir molestando a la chica y llevarse más golpecitos de su parte.

Juana iba a contestar a su pregunta, pero se vio interrumpida por otro vómito más. La pareja arrugó las narices al imaginarse todo el contenido verdoso que se estaba vertiendo sobre los inodoros. Rose fingió botar para representar lo asqueada que estaba; no era mala, estaba preocupada por que Juana pudiera haber agarrado alguna especie de virus por la comida o que se le haya revuelto el estómago, pero el olor llegaba hasta la entrada del baño e inundaba sus fosas nasales. Todos se mostrarían asqueados en la misma situación.

Rose: —Podemos detenernos y descansar por unos minutos. Te hará bien —comentó. Le habían propuesto lo mismo la primera vez, pero se negó, y seguro que lo haría de nuevo. Su sueño era viajar a la ciudad, y lo cumplió, no dejaría que unas simples náuseas le arruinaran toda la experiencia. Como era de esperarse, Juana salió con el mentón hacia arriba, predispuesta de todo—. ¿Vamos? —inquirió. Era inútil preguntar si quería esperar, conocía la respuesta de su compañera.

Juana: —Vamos —asintió, pasándose la mano por los labios.

Volvieron a caminar. El líder se sobó la sien en busca de consuelo para el dolor de cabeza. Tan solo esperaba que los demás estuviesen bien. Y también que la hija de Rawson no vuelva a tener ganas de expulsar lo digerido.

Hace unos minutos, cuando hicieron su primera parada en un baño, sintió una sensación rara, como si las cosas no anduvieran bien. Sintió una incomodidad en su pecho que le dificultó tranquilizarse, incluso Rose le llegó a preguntar si algo le pasaba de lo tanto que le molestaba aquel cosquilleo. Era extraño, no se estaba tranquilo ni un momento, por más que su novia le dijera que era una simple sobreprotección de líder eso parecía no bastarle.
Respiró hondo y exhaló. Tenía que tranquilizarse, estaban cumpliendo una misión.

Rose: —Sé que es una pregunta muy tonta y sorpresiva, pero... —detuvo su caminata y observó de par en par a los dos—, ¿alguna vez se imaginaron volver a un shopping? Hace meses yo lo creía imposible. Pensaba que todo rastro de la sociedad anterior había sido borrado.

Nico: —Siempre quise proponer una escapada al shopping de Rosario —añadió. Rose le entregó una mirada de sorpresa—. Quería asaltar el cine y robar las cintas de películas que estén guardadas. ¿Te imaginas volver a ver una película? Es una locura, pero algo lindo de fantasear.

Una sonrisa se dibujó de a poco en el rostro de las dos jovenes. Su sueño era el de ellas. Volver a sentirse como en una sala de cine era volver a su época de tranquilidad, estudio y fiesta. Querían sentir esa necesidad de estar con un cartón de palomitas en la mano, atento por que los demás no te roben algunas. El refresco era algo difícil de conseguir, pero tendrían que conformarse con jugo natural. No todo se podía lograr.

Day Z T6 Sin Mirar AtrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora