Jason: —¡Demonios! —azotó fuertemente el acero de la puerta, y los gritos de advertencia no tardaron en llegar a sus oídos—. ¡Ya lo sé, ya lo sé! —agitó las manos nervioso, empezando a desesperarse por el ultra sigilo de sus compañeros—. En mi vida había visto una puerta tan predispuesta a mantenerse quieta. Descifré las cerraduras de todas las viviendas de Villa Fournier, e incluso de los locales con gran prestigio; y que no pueda abrir esta porquería —jaloneó la puerta con rabia— simplemente arruina mi reputación.
Emi: —Bueno, siempre tenés que tener en cuenta que estamos hablando de un centro comercial ubicado en la capital. Si recordás eso, tu orgullo volverá a subir —y, con una sonrisa sarcástica, le palmeó la espalda y soltó un «sigue intentando, campeón».
Habían llegado hace minutos y ya estaban al tope de estrés; las entradas al shopping estaban, en su mayoría, selladas. No pudieron avistar un ventanal roto o espacio diminuto que les permitiera tener una segunda chance. A este punto, ya estaban perdiendo las esperanzas.
Se atrasaron unos minutos debido a un incidente con el mapa. Casi terminan rodeando toda la ciudad, ya que Jason llevaba el mapa al revés y los llevó para otro sitio, pero Avril se dio cuenta lo bastante temprano como para redirigir al grupo. Claro está decir que el causante del retraso se ganó un par de golpes.
Si debían elogiar una cosa, sería la inmensa limpieza del centro comercial. No exageraban a la hora de decir que lucía como nuevo, y eso que estaba casi ubicado al centro de la ciudad. Pareciese que el apocalipsis no arribó hasta aquí.
Rose estuvo nerviosa los últimos momentos del viaje, y eso era lo que tanto inquietaba a su pareja, que de vez en cuando se giraba para preguntarle si le ocurría algo, y ella contestaba con su usual «ajá».
Aunque en el fondo sabía perfectamente que algo serio estaba rondando por sus pensamientos; pasó de estar bromeando con ser superior a los demás a un profundo y silencioso análisis sobre las calles. Pudo jurar que no soltó ni una palabra cuando pasaron el primer edificio, solo gesticulaba.
Avril: —Sigue haciendo esa inmensidad de ruido y nos acorralarán —enunció, observando para todos lados. Sintió miles de ojos vacíos posándose sobre ella—. ¡Tené cuidado! —volvió a recalcar cuando notó que el chico no le prestó ni el mínimo de su atención.
Jason apoyó las manos en el cristal de la puerta para ayudar a levantarse.
Jason: —¿Querés intentarlo vos? —inquirió mirándola—. Verás que no es muy sencillo esta tarea. Además, no creo que algún muerto busque degustar tu carne. Pobre caminante.
La fémina alzó el puño y lo estrelló contra la calva del chico, este otro salió a quejarse con el líder.
Dos niños, para Nicolás eran dos niños.
Nico: —¿Podríamos intentar coordinarnos por un breve momento? —fue el intermediario para que su discusión finalice. Jason se acarició la cabeza—. Necesitamos entrar y no sabemos cómo, temo que se haga de noche para cuando logremos encontrar una entrada.
Jason: —No es necesario hallar una, puedo abrir de una manera muy sutil esta —apuntó a la primer entrada a la cual recurrieron, la principal. El líder alzó sus cejas y dudó sobre su habilidad. Jason sonrió sin despegar los labios—. Hay tanto que no saben sobre mí todavía.
Avril: —Estamos ansiosos por conocerte —dijo en forma sarcástica.
Jason: —Yo sé que sí, chiquita.
Alguien se aproximó por detrás de Nicolás y tomó su mano, era su novia, quien parecía tener una idea entre manos.
Rose: —Si querés forzarla, primero debemos asegurarnos que no haya algún muerto viviente dentro —informó a Jason, que no tuvo otra que aceptar la propuesta. Esperaría una señal para presumir de sus habilidades.
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Day Z T6 Sin Mirar Atrás
Science FictionCon el objetivo cumplido de haber llegado a Carlos Paz, Nicolás y su gente deberán adaptarse a la nueva vida junto a los desconocidos. Mientras que la tensa relación entre algunos integrantes se desarrolla, una revelación impactante hace que el líd...