Day Z T6 Sin Mirar Atrás

Capítulo 14

Jason: —¡Habla antes de que meta una puta bala por tus ojos!

Zimmer: —¡No, por favor!

Las cosas se voltearon completamente, no sabían cómo llegaron a eso. No estaba adentro de sus planes tener enfrentamiento con seres humanos, de hecho querían evitarlos a toda costa; desde aquel último suceso que se llevó las vidas de algunos de sus amigos y les dejó un gran trauma que intentan evitar a toda costa discutir con extraños porque saben que eso puede acabar mal. Y no querían volver a pasar lo mismo, no de nuevo.

Cuando Nicolás se percató de los gritos, ya fue demasiado tarde para intentar evitar todo contacto físico que vaya dirigido con agresión: Jason acorraló contra la pared al desconocido; su brazo hacía presión contra el pecho del otro mientras que la otra mano estaba atenta a cualquier movimiento brusco de parte del extraño. Al lado del escritorio estaba Rose con la pequeña, arrodillada y tomándole las pequeñas manitas. Intentaba hacerle entender que todo se encontraba bien y que sus preocupaciones no tienen motivo para aparecer, pero la pequeña parece de todo menos asustada o amenazada. Es más, observaba con duda por qué Jason estaba dándole aquel mal trato al hombr que la trajo hasta aquí.

Era pequeña, era muy pequeña. Probablemente ronda entre lo 6 y 9 años. Aún sus manitas son muy pequeñas para poder agarrar un arma y tener el valor de seguir adelante en este mundo. ¿Cómo carajos una criatura puede sobrevivir a tales condiciones? Y más encima teniendo un acompañante que parece asustado de cualquier palabra que su amigo expulsaba de sus labios.

El hombre, cuya placa indicaba su apellido, no mostró resistencia ni intenciones de defenderse, lo único que hizo fue clamar por el bien suyo y de la pequeña; pero eso no sirvió de nada para que Jason lo apretara contra la pared y comience a interrogarlo a los gritos, lanzando partículas de saliva a su cara.

Lo entendía, Jason estaba preocupado por la pequeña; al parecer, por lo que les contó, el hombre secuestró a la niña y ellos la salvaron, aunque el desconocido lo negara; pero cuando él buscaba explicar que eso no era cierto, Jason inmediatamente le escupía y gritaba que se esté callado.

Zimmer: —¡Está bien, viejo! —alzó las manos temblorosas; tenía los ojos cerrados con fuerza, esto se notaba ya que sus párpados temblaban, de hecho, todo cuerpo lo hacía—. ¡Zimmer! ¡Me identifico como Zimmer!

Jason: —¿En serio? Jamás lo imaginé, ¡pedazo de idiota! —con su dedo índice golpeó la placa colgando de su chaqueta, haciendo que el metal suelte un sonido agudo—. ¡Estás raptando a una niña, a una maldita niña! —reforzó el agarre en su camisa, arrugándola más con sus dedos.

Zimmer: —¿Qué? —inquirió patidifuso. Cuando su expresión se relajó, el adolescente volvió a apretujarlo para que no piense hacer nada fuera de lugar—. ¡Está bien, viejo!, ¡está bien! —negó con las manos y ocultó su rostro detrás de ellas.

Nicolás juraba que jamás había visto a un mayor en tales condiciones. No es que no desconfiara de un extraño, lo hacía, en este mundo era requerido hacerlo; pero Zimmer llevaba una intención diferente, ya su actitud lo demostraba. Juana también lo percibió, por eso mismo a veces intercambiaban miradas de lástima por el mayor. ¿Y si el pobre no había hecho nada? Tenían que darle la oportunidad de defenderse verbalmente y explicar por qué estaba viajando con una niña y llegó gritando que perdió a cierta gente.

Es inhumano negarle la libertad de expresión a alguien, ya sea la peor persona de la historia.

Jason: —¿¡Qué mierda sos?! ¿¡Médico!? —interrogó con las cejas arqueadas y los ojos hechos fuego. Llevaba un abrigo con una cruz roja al costado de su brazo, abajo mismo también estaba escrito su nombre, por lo que sospechaba que pertenecía a alguna agrupación de doctores perdidos en el caos del planeta tierra—. ¿Acaso no se extinguieron todavía? ¡Hasta en el puto fin del mundo intenta quedar como héroes!