V: "Arrogancia"

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Sherlock Holmes, el doctor John Watson y Sabina Becker salieron volando del taxi, acercándose hacia el edificio del hospital Bart's y adentrándose para dirigirse hacia la forense.

Los tres tomaron el elevador. Tras eso, Holmes fue el primero en salir dando grandes zancadas hasta que por fin entró por una puerta y desapareció. John y Sabina lo siguieron, hasta que muy pronto también entraron y observaron a Sherlock hablando con la mujer encargada.

-Hola, Molly -le saludó John, observando a la mujer de bata.

-Hola, John. Oh, ¿y tú quién eres?

-Es Beckerle, viene con nosotros -comentó Sherlock.

Sabina rodó sus ojos y se acercó a Molly, estrechando su mano.

-Sabina Becker, es un placer.

-Molly, un gusto, igual -y sonrió tímidamente, desviando su vista hacia el detective consultor-. Sherlock, hum, ¿quieres que...?

-Negro y dos de azúcar -le interrumpió, observándola de reojo mientras la mujer apretaba sus labios y asentaba para finalmente irse por un momento.

En cuanto John, Sabina y Sherlock estuvieron solos, la mujer no tardó en hablarle al doctor.

-¿Qué hacemos aquí?

-Hum..., en realidad...

-¡Ajá! -vociferó el detective, llamando la atención de los demás y causando que curiosos, la mujer y el doctor se aproximaran hacia el rizado.

-¿Encontraste algo? -preguntó John.

Sabina intentó digerir el hecho de ver a su compañera de trabajo, justo en ese momento, tumbaba y desnuda sobre la camilla de metal y con los agujeros a la vista sin las dichosas rosas incrustadas en estos.

-Esto ayudará bastante -balbució para sí mismo.

-¿Qué cosa? -preguntó Sabina.

-¿Quién asesinaría a una simple recepcionista asocial y declinable al suicidio por su aburrida y repetitiva vida? -argumentó alzando su ceja y observando sus manos

-¿Qué? Oye eso suena bastante... -intentó decir Sabina, pero el rizado la interrumpió.

-Realista. Bien, ¿por qué entonces no averiguamos de su vida pasada?

-Pero si acabas de decir... -fue John esta vez quien quiso decir algo, pero de nuevo Sherlock interrumpió.

-El corte es preciso, tú lo dijiste, John.

El mencionado asentó.

-Bien, sólo que dejaste pasar la agresividad y la manera en que fue hecho -anunció, acercándose a la camilla donde yacía el cuerpo de Theresa Bramson-. Lo más seguro que ese alguien que conocía fuera quien está detrás de esto. Hay varios factores que hay que tomar en cuenta.

-¿Romance? ¿Ira? ¿Algo tóxico? -preguntó Sabina intentando no volver a ver al cadáver.

-Romance podría sonar bastante... -intentó decir John.

-Venganza -articuló Sherlock.

-¿Venganza? -preguntó Sabina.

-Alguien que se relacionó románticamente con ella y que, al finalizarlo, no pudo pasar página del todo.

-¿Crees que tenga un historial bastante largo? -preguntó Becker, observándolo.

-Podría ser como Molly... -y giró de reojo para ver a la callada mujer de bata que lo miraba y, sin perder tiempo, desvió sus ojos, sonrojada-. O podría ser como tú, Beckerle.

𝐒𝐢𝐧 𝐑𝐮𝐦𝐛𝐨 𝐲 𝐀 𝐂𝐢𝐞𝐠𝐚𝐬 [𝐒𝐡𝐞𝐫𝐥𝐨𝐜𝐤 𝐇𝐨𝐥𝐦𝐞𝐬]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora