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| Esperanza, secreto y sacrificio |


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Mis ojos pesaron para abrirse, hoy era un nuevo día en este mugroso hospital.

Ayer recibí la peor noticia que pude haber escuchado, así que no me quedaba de otra, sólo sumergirme en mi burbuja de tristeza y de mala suerte. Yoongi no había querido abandonar la puerta de mi habitación de hospital, por qué puedo verlo desde mi cama.

A pesar de que sólo ha estado aquí, tiene unas pequeñas ojeras, su cabello revuelto y su traje al cual asistió a la fiesta de graduación, aún puesto. Me siento muy mal, no sólo conmigo misma, sino también de salud, algunos mareos me han estado azotando desde ayer en la noche, el doctor dijo que es por la noticia que se me fue dada, así que simplemente me dieron unos calmantes para dormir.

La puerta se abre y por ella entra el doctor Choi con su tabla de madera, con mi expediente en está.

—Buenos días, ¿Cómo te sientes? — cierro los ojos y trato de enfocar su voz, la cual me parece un poco lejana. —¿Lisa? — abro los ojos y lo veo moverse de un lado a otro.

—E-Estoy...b-bien — mi voz sale con mucha dificultad.

—Claro que no, tu pulso está bajando...— abre sus ojos sorprendido y corre hacia la puerta, mientras, me permito cerrar un momento mis ojos, los cuales se sienten muy pesados para continuar abiertos. —¡Enfermeras, quiero el desfibrador, ahora! — su grito me alerta. Reúno todas las fuerzas que me quedan, abro los ojos y al instante me veo rodeada de enfermeras y del doctor, que empieza a dar órdenes, las cuales no logro escuchar ya que mi canal auditivo se desactiva, y al momento, también mi visión.

No quiero morir.

Narrador.

La cabeza de Lisa cae sin fuerzas hacia un costado, y es ahí, cuando la pantalla marca una línea verde y el pitido que era constante, ahora es indefinido.

—¡Dame el número dos! — la enfermera asiente, otra pone un gel en las pequeñas parrillas, el doctor las talla y la primera enfermera gira el botón hasta el número dos.

El doctor pone las parillas en el pecho desnudo de Lisa, su cuerpo brinca ante la fuerza del desfibrador, el doctor mira hacia la pantalla y aún continua en cero.

—¡Dame tres! — y vuelve a repetir la acción.

Milagrosamente, logran que Lisa vuelva a tener pulso.

»100 days ✔️ [ Yoonlice ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora