v e i n t i o c h o

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Arabella abrió la reja del deposito y miró a Thomas caminar apenas mientras trataba de no chillar por el dolor que le causaban todas sus heridas.

-somos nosotros, Charlie.-anunció la mujer cuando notó la silueta del hombre entre la niebla.

-Curly, trae el aceite para caballos, el amarillo.-le pidió al hombre y este asintió para correr e ir a buscarlo.

-¿estás loco, Tommy?.-le preguntó Charlie mientras veía a Bella ayudarlo a tomar asiento en una silla.-dijeron que estarías en el hospital tres semanas más.-murmuró desde su lugar.

-necesito ir a Londres.-le dijo Tom mientras buscaba aliento. 

-¿te diste el alta tu mismo?.-le acusó el hombre acercándose lentamente.

-Bella es mi nueva doctora, estoy seguro que ella me dio el alta.-respondió con humor y tratando de ignorar el dolor que le consumía.

-te juro que yo no dije eso.-negó la muchacha cuando sintió la mirada del viejo hombre sobre ella y Charlie solo pudo negar sabiendo que esos dos eran unos completos locos.

-aquí lo tengo, Tommy.-anunció Curly con la botella que el hombre había pedido anteriormente.

-joder, esa cosa es para los malditos caballos.-murmuró Charlie.

-soy un caballo.-soltó Tom con simpleza.

-con tantos huesos rotos, si fueras un caballo ya te habrían sacrificado.-negó Bella desde su lugar y es que estaba totalmente en desacuerdo con Tom, pero sabía que no podía hacer nada, él quería ir a Londres y todas su heridas y huesos rotos no se lo iban a impedir, así que no le quedaba más remedio que acompañarlo.

-¿pagas por una maldita sala de hospital y ahora estás aquí esperando a que la brujería de Arabella funcione?.-le cuestionó burlón y es que era absurdo.

-necesito dormir al aire libre y sentir el bote debajo de mi, Charlie.-aseguró el ojiazul.

-¿ya tienes un bote?.-inquirió la joven y el viejo asintió.

-el January, es pesado así que tardaran cuatro días en llegar a Londres.

-es suficiente.-le aseguró Bella.-súbanlo al bote y llenen el tanque, iré por algo de té, whisky y tabaco.-murmuró la chiquilla sabiendo que eso era lo necesario para que ambos sobrevivieran cuatro días.

...

El viento le chocaba suavemente en el rostro a la muchacha que ponía el agua fría en el cuenco junto a unos paños limpios, levantó su mirada cansada y observó a Curly llevar el timón del bote por el estrecho canal, soltó un suspiro agotado y bajó a la habitación para observar a Tom tiritar sobre la cama.

-aun no te baja la fiebre.-murmuró la joven cuando le tocó el rostro al hombre.

-estoy congelándome.-dijo apenas mientras se abrazaba a si mismo.

-la leña está apunto de achicharrarte, es la fiebre la que te da escalofríos.-le dijo Bella y se sentó al filo de la cama.-voy a ponerte paños fríos en la frente.-avisó y sin esperar una respuesta le puso uno de los paños en la frente causándole mas temblores.-lo siento.-se disculpó cuando comenzó a limpiarle el sudor que le recorría la cara debido a la fiebre.

-me siento como el jodido demonio.-escupió Tom con los ojos cerrados mientras sentía a la mujer limpiarle el rostro y sus heridas.

-lo sé, es una mierda, pero aun quedan dos días para llegar, seguramente la fiebre se irá por la noche y eso hará que te sientas un poco mejor, aunque los malditos huesos duelen como una mierda.-le aseguró la chiquilla y observó como el ojiazul abría sus cansados ojos.-¿quieres té?.-le preguntó y Thomas asintió levemente.

𝗥𝗘𝗗 𝗥𝗜𝗚𝗛𝗧 𝗛𝗔𝗡𝗗 Ⅰ 𝘁𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀 𝘀𝗵𝗲𝗹𝗯𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora