d i e c i n u e v e

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Thomas golpeo la puerta del Garrison y solo unos segundos después le fue abierta por la rubia quien le miraba confundida, él simplemente la ignoró y entró al lugar luciendo agitado y preocupado.

-¿esperas problemas?.-preguntó Grace cuando vió que el ojiazul acomodaba una mesa y miraba para todos lados.

-si.-asintió él acercándose a la barra.

-¿a esta hora?.-le cuestionó la mujer preocupada.

-la medianoche es como cualquier hora.-respondió Tom quitándole importancia al asunto y caminó para acomodar una botella y vasos sobre la mesa -cuando la capana de San Andres toque, dos hombres del IRA entrarán por la puerta, cuando tengan lo que quieren piensan matarme, tu trabajo es evitar que eso pase.-le explicó como si fuera algo simple y cruzó la barra para preparar un arma.

-podrías habermelo dicho antes.-le sugirió la rubia desconcertada con todo lo que había oído.

-acabo de recibir el mensaje.-murmuró el hombre cargando un arma y se la entregó a la mujer -estarás en el cuarto de atras, yo estaré allí y cuando proponga un brindis tu saldras con el arma apuntando hacia arriba, no dispares solo apunta, yo haré el resto.-le ordenó rápido y sencillo como si las cosas fueran simples -mira, solo tienes que sostenerla de esta manera.-se le acercó cuando notó el nerviosismo de la mujer y la abrazó por la espalda para luego tomarle la mano con el arma y apuntar firme en una dirección -solo apunta, no dispares.-le recordó mientras le sostenía el brazo y entonces la campana los interrumpió -bien, vamos vete.-dijo rápido mientras la empujaba por la espalda para que se apresurara a esconderse en el cuarto.

Arabella tiró el cigarrillo al piso y caminó hasta el bar dispuesta a confrontar a la rubia, ella no quería armar un lío con Thomas, mucho menos tener otra discusión así que iría y le escupiria todas sus sospechas a la rubia para ver su reacciones y si es que sus dudas eran ciertas o no, así que caminó por el callejón y decidió entrar por la puerta trasera del bar puesto que las campanas de la iglesia le avisaban la medianoche y el lugar ya permanecía cerrado.

Abrió la puerta sigilosa y se escabulló por el lugar hasta ver la luz que iluminaba el centro del bar, estaba por ir hasta allí con sus pasos silenciosos cuando algo llamó su atención; la silueta de Grace estaba escondida en la oscuridad del cuarto, parecía temblorosa y su mirada estaba fija en el centro de la cantina, bajó la mirada y vió como las manos de la mujer sujetaban un arma.

-¿Grace?.-susurró apenas y la rubia volteo la mirada asustada pero soltó un suspiro cuando vió a la jóven frente a ella y solo pudo hacer un gesto para que guardara silencio.

-muestrenos el lugar.-dijo la voz desconocida de un hombre y eso hizo que Arabella llevara la mirada en aquella dirección.

Entonces la muchacha comprendió, Thomas estaba ahí, sentado junto a dos hombres con acento irlandés de rostro antipático y con poca amabilidad, ella sabía que este era un negocio repentino, un trato extraño y de poca afinidad, Bella sabía que si Grace estaba escondida allí con un arma y Thomas estaba sentado junto a dos extraños es porque algo iba a salir mal, casi podía oler la tensión.

-deme el dinero.-escuchó la voz de Thomas mientras lo veía sacar algo de su bolsillo y uno de los hombres dejó un monton de dinero sobre la mesa, el ojiazul asintió y sin hacer mas problema entregó el papel que tenía en su mano -necesitarán una pala.-le recomendó él como si quisiera sonar amable, pero uno de los hombres comenzó a reír mientras el otro sacaba un arma con la que apuntaba al ojiazul descaradamente.

-¿creyó que lo dejaríamos vivir?.-le preguntó el hombre -haga las paces Sr.Shelby.-le pidió mientras cargaba la pistola

-haré las paces a mi manera.-asintió Tom mientras agarraba su vaso de whisky y lo levantó ante los hombres.-por las cantineras que no cuentan.-brindó él como si nada.

𝗥𝗘𝗗 𝗥𝗜𝗚𝗛𝗧 𝗛𝗔𝗡𝗗 Ⅰ 𝘁𝗵𝗼𝗺𝗮𝘀 𝘀𝗵𝗲𝗹𝗯𝘆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora