Epílogo.

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La calma llegó a la ciudad después de un año, la empresa reabrió y cada vez había menos periodistas por la zona, el juicio seguía contra Paul Jefferson. Todos los empleados y Gordon fueron llamados a declarar, pero de  poco sirvieron para esclarecer los hechos. Todos dijeron que era un tipo engreído y prepotente, pero nunca nadie había observado alguna conducta rara de él.
Al final hallaron a Paul Jefferson culpable de asesinato. En la casa de René, encontraron la ventana rota y sangre perteneciente a la víctima en una de las alfombras, no se encontró el cable metálico con el que se cometió el asesinato, pero esto no fue necesario para inculparlo. Éste se declaró inocente en todos los juicios, nadie consiguió que dijese lo contrario.
Actualmente cumple condena en la cárcel de máxima seguridad de HARLEM, se siguieron investigando las demás desapariciones, pero no se encontró ningún cuerpo. Gordon murió de un infarto, nadie sabe si debido al estrés y pérdida de dinero o porque simplemente le llegó la hora.
En la actualidad la empresa fue comprada por un grupo de inversores, que continúan con los mismos empleados, con mejores situaciones laborales.

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