❥ Treinta Y Dos.

02

—Gracias por su colaboración, —decía Jisung como despedida para el cliente con quien acaba de cerrar contrato, una beta hermosa a pesar de su edad, Jisung le calcula unos cincuenta años, tal vez menos.

—No es nada, la compañía ofrece muy buen servicio, —dijo ella, Jisung la conoce de años anteriores, —por cierto, es posible que tengas que hablar de ahora en adelante con mi sobrino Younghyun, él será nombrado presidente de esta compañía, —explicó.

—Claro, no hay problema Jihyo, espero que tú y Daniel estén bien, —se despidió con una reverencia, —nos vemos. —sonrió.

Salió de la oficina, caminó directo al baño y al entrar soltó un poco la corbata en su cuello, definitivamente había sido mala idea vestir formal. Agradece a la Luna que esta es su última tarea del día, porque no podría soportar más tiempo fingiendo estar bien. Lo único que tiene en mente es ir a algún restaurante de ramen, pedir un par de botellas de soju y beber hasta perder el conocimiento, olvidar que su corazón fue hecho trizas horas atrás.

Recuerda la felicidad de Soobin al presentar a su prometido y como el chico le sonrió sincero, no podía culpar a Soobin por enamorarse de alguien más, pero si podía culparse él por tomar tan en serio una promesa de intento de adultos que no creían que conocerían más personas en la vida.

Jisung lo creía y sabe que Soobin lo hizo en su tiempo, por ello hizo aquella promesa.

Respira profundo, se mira al espejo y se siente patético.

Treinta y dos años y no tiene pareja, ni siquiera ha tenido una relación real, no conoce el amor, no conoce los besos. Tan patético es que solo ha besado a un alfa en toda su vida y ni siquiera recuerda cómo se siente.

Refresca su rostro con algo de agua, seca su piel y retoca un poco con algo de polvo en sus mejillas.

Espera que su olor no se intensifique y los demás noten su tristeza.

Salió del edificio y caminó por las calles un par de minutos, se sentó en un parque a respirar y relajarse.

Miró su teléfono, ya no necesita regresar a la oficina y no tiene ganas por lo que opta por elegir el restaurante donde ahogará sus penas, miraba su teléfono cuando alguien extendió una botella de energizante a sus ojos.

Miró hacia arriba y lo vio, Minho le sonríe con una facilidad genuina que parece que su fuerte, su habilidad especial es sonreír.

—¿Qué haces aquí mocoso? —preguntó Jisung.

Minho se encogió de hombros y dijo: —nada en especial, solo creí que alguien podría estar llorando por su mejor amigo. —tal vez eligió mal sus palabras y lo notó en la reacción de su jefe.

Jisung no pudo soportar más, tomó la botella frente a él, se abrazó a esta y comenzó a llorar.

Minho se preocupó, colocándose en cuclillas trató de remendar su error.

—Oh, lo siento jefe, no era mi intención, —tropezó un poco con sus palabras.

—Tonto, no me llames jefe, ya no estamos en horas de trabajo, —reclamó entre lágrimas, Minho no pudo evitar reír por el reclamo fuera de tema, —no te burles de mi mocoso, Chan te dijo sobre Soobin ¿Cierto? —Minho asintió, —ese idiota, siempre burlándose de mí, pero el tampoco tiene pareja, es un tonto, ¿verdad? —Minho asintió de nuevo.

Después de un rato donde Jisung se quejaba de todo y de nada entre lágrimas, Minho le llevó a un lugar que visitaba con sus compañeros de la universidad, un local de ramen no muy grande.