Pensar que una mirada y un baile, lo cambiaría todo en mí, en él, en nosotros. Estaba mal. Lo que estábamos haciendo estaba mal. Pero desde un principio estábamos conscientes en el lío que nos meteríamos si éramos descubiertos. En el único lugar que podíamos vernos y ser algo atrevido era ahí, entre esas cuatro paredes, mientras le bailaba y él me comía con la mirada. Jamás pensé que todos mis deseos podrían ser liberados por un hombre que quería jugar, pero me encantaba ese juego, me encantaba la manera en la que lo hacía arder, me encantaba como él me quemaba con un roce. Me encantaba esa perversión. Ambos sacábamos provecho de esos encuentros furtivos, pero más de ser apasionados, había un trasfondo. Pero todo aquello que parecía ser un peligro, solo era el comienzo de un romance. Porque de ahí no salía ilesa, ni mucho menos él. PROHIBIDA COPIA O ADAPTACIÓN. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.