Extra 1

41.7K 2.6K 306
                                    

A las cuatro de la mañana mi estómago rugió, bajé al comedor en busca de frutillas apenas saqué el brazo con cuidado de Aidan que estaba en mi cintura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




A las cuatro de la mañana mi estómago rugió, bajé al comedor en busca de frutillas apenas saqué el brazo con cuidado de Aidan que estaba en mi cintura. Habíamos compartido una acogedora cena con sus hermanos y me quedé allí porque me lo pidió. Estaba demasiado feliz que no podía describir exactamente lo que sentía, pero estaba tranquila. Aidan se tomó demasiado bien la noticia, y aunque mi cabeza a veces seguía dando vueltas a lo de mi embarazo y estudios, por Aidan sentía que podía resolverlo. Tenía el apoyo de mis seres queridos, no estaba sola en esto. Habían pasado al menos ya tres semanas en donde no dejaba alejarme de él y a decir verdad le notaba nervioso e inquieto. Notaba que algunas veces me miraba con ansiedad.

Abrí la nevera y husmeé en busca de frutillas, apenas las vi las saqué llevándome una a la boca.

— ¿Antojos? —salté en mi lugar como si hubieran atrapado a un niño haciendo algo malo. Miré en su dirección y me acerqué él con una sonrisa socarrona. Deposité un beso en sus labios y me llevé otra frutilla a la boca. Asentí, ofreciéndole una a lo que se negó. Podía ver esa ansiedad tanto como su inquietud. Sabía que era madrugada para hablar del tema, pero aún así quería saber qué estaba pasando. Me tenía intranquila en ese sentido. Habían tantas preguntas que quería hacerle a Aidan pero no encontraba el momento en el cual podríamos hablar o sacar el tema.

— ¿Qué pasa? —quise saber, fingiendo desinterés pero quería morderme las uñas.

—Hay algo que te querido decir estos días... —apretó su mandíbula y soltó un suspiro. Fruncí el ceño y ladeé la cabeza, nerviosa. Sentí que algo malo se avecinaba, porque, no todo podía estar así de bien siempre —. No sé cómo te llo tomes...

Entrecerré los ojos y de un instante a otro mis antojos se fueron. Dejé las frutillas encima de algún taburete para abrazarme a mí misma. Tenía una punzada que me aseguraba que era algo malo, su inquietud mezclado con miedo me lo hacía saber. ¿Sería algo relacionado con el bebé? ¿Se habría arrepentido?

—Ava —dio algunos pasos hacia a mí pero mantuvo sus distancias —. Sé que llevamos poco tiempo juntos, pero eso no define nada... —tragó saliva y volvió a soltar a un suspiro —. Quiero que te vengas a vivir conmigo.

Abrí los ojos y la boca al mismo tiempo, pestañeé sin saber qué decir pero a parte de mí asombro me sentí más tranquila y miedosa. No era nada malo, sino algo bueno...suponía.

—No soporto tenerte un día sí y al otro no. Te quiero completa para mí, quiero que duermas conmigo cada noche, quiero que despiertes junto a mí cada mañana, que nos duchemos juntos, que hagamos el amor siempre, en todas partes, discutir pero que sea en nuestra casa. Quiero todo eso contigo y más, pero solo contigo, Ava.

Mi boca seguía abierta y mis ojos estaban fijos en él. Parecía un niño inocente, no, no, más bien un adolescente enamorado. No reaccioné a otra cosa más que abrazarlo. Seguía en shock, No caía en cuenta todavía que formaría una familia. Parecía que mi vida había pasado demasiado rápido y me sentía abrumada.

— ¿Eso qué significa? —preguntó con voz insegura. Me separé de él mirándolo a los ojos. Le dediqué una sonrisa para tranquilizarlo, pero solo ladeó la cabeza.

—Es un me lo voy a pensar —dije y subí las escaleras sin más, acostándome en el otro extremo de la cama. Aidan era un hombre abrumador. No estaba segura si podía con él. Me descontrolaba un acto mínimo de él. Ese hombre era mi jodida debilidad.


•••
No prometí que los extras serían largos. Son fragmentos de cómo continúan con sus vidas.
Habrán más largos así como cortos.

Y quería compartir esta fotografía que a penas la vi pensé en Aidan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Y quería compartir esta fotografía que a penas la vi pensé en Aidan.

Quiero que bailes para mí © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora