Prólogo

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   Necesitaba el dinero. Lo necesitaba demasiado y estaba dispuesta a todo para obtenerlo. No podía seguir endeudándome con los créditos universitarios, necesitaba pagarlos, necesitaba pagar los meses retrasados de la renta. Lo necesitaba. No podía dejarle todo a mi hermano, necesitábamos mantener la tienda de libros abierta. Era algo que mi abuela siempre quiso tener. Yo lo anhelaba desde pequeña.

Entré a ese lugar que muchas veces se me pasó por la cabeza visitar para poder trabajar ahí, decían que la paga era buena pero que era algo sacrificado.

No importaba. Necesitaba trabajar.

De niña bailaba sola por todas partes cuando nadie me veía... claramente ese mundo estaba más allá.

Busqué con la mirada a la dueña del lugar, me había citado a las ocho de la noche para hacerme unas preguntas. Cuando por fin di con ella me guió hasta su despacho.

— Dime, ¿Por qué quieres trabajar aquí? Eres muy jovencita —preguntó mirando algunos papeles de su escritorio con sus lentes fondo de botella.

—Necesito el dinero para pagar los estudios,  pagar el alquiler, alimentarme y demás —respondí con mis manos delante como si estuviera presentándome frente a  todo el curso como una niña tímida —. Son mis dos últimos años y el crédito estudiantil no me cubrirá todo.

Soltó los papeles para mirarme con su ceño fruncido.

—Hay algunas jóvenes un poco más mayores que tú que vienen a trabajar para mantener a sus hijos, ayudar a sus padres, y algunas otras por ambición —hizo una mueca —. En tu caso es bastante entendible, digo, no es una historia trágica pero me convenció. ¿Podrías comenzar hoy mismo?

Quería que me llevara la mierda. Deseé que la tierra me tragara.

Al menos lo había conseguido, pero no esperaba comenzar a bailar de inmediato.

— Necesito saber qué tan talentosa eres para el baile.

–Claro, no tengo problema. Por supuesto —casi balbuceé de los nervios que me habían entrado —. Pero tenía una idea con respecto a mí...

La señora Gabby Klaudia me dedicó una mirada curiosa...

—Mantener mi identidad oculta es muy importante para mí —jugué con mis dedos —. Pensaba en usar un antifaz y no hablar nada con nadie...

—Tengo un buen presentimiento contigo —me dedicó media sonrisa —. El misterio les gusta a los hombres.

Así quería que se mantuviera mi identidad, en secreto.

Quiero que bailes para mí © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora