Pensar que una mirada y un baile, lo cambiaría todo en mí, en él, en nosotros.
Estaba mal. Lo que estábamos haciendo estaba mal. Pero desde un principio estábamos conscientes en el lío que nos meteríamos si éramos descubiertos. En el único lugar qu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capítulo dedicado a: @Rashel_01 Gracias por las bellas palabras. Me emocionaron . -J. L.
Aidan me estaba devorando la boca, sus manos bajaron con lentitud por mi cintura hasta dar con mi trasero, apretándolo.
— ¿Me acabas de agarrar el culo? —pregunté fingiendo sorpresa mirándolo a los ojos.
—Sí —desvió la mirada confundido —. Creo que es la primera vez que lo hago. Es muy esponjoso —volvió a agarrarme el culo pero esta vez lo apretaba, relajaba su agarre y volvía a apretarlo. Solté un suspiro excitado, acercó su cara a la mía, me chupó el labio inferior y profundizó el beso. Cuando mis manos fueron a sus hombros mi móvil comenzó a sonar —. No constestes, por favor.
Me separé de él con una sonrisa en modo de disculpa.
—Puede ser importante —hizo un puchero. Me levanté y fui en busca de mi móvil —. ¿Diga?
— ¿Señorita Ava Vernacci? —era la voz de una mujer.
—Sí, con ella —respondí un poco dudosa.
—La llamamos para decirle que ha sido un gusto solicitarle préstamos. Cómo ha calentado todo, estamos más que de acuerdo en que ahora puede pedirlos de manera ilimitada.
Tragues saliva totalmente confundida.
— ¿Cómo? ¿Cancelados? ¿Todos? Perdón pero solo he pagado un mes nada más. Debe ser un error.
—No, no ha sido un error. Todos sus préstamos han sido cancelados. No tiene ninguna deuda. Ahora, si quiere pedir más puede hacerlo por llamada no es necesario que venga para evitar las molestias —su voz era tan cantarina y fingida que me dieron ganas de vomitar. O fue su voz o algo me había sentado mal.
—Gracias por la información —le dije con la voz entrecortada tratando de controlar las náuseas. Venían siendo bastante frecuentes. Culpaba al maldito estrés.
—De nada. Que tenga linda tarde —y sin más, cortó.
Dejé el móvil encima de la mesa de centro, procesando todo lo que me había dicho. Mis créditos fueron cancelados y yo no tenía idea de nada...
Me giré hacia Aidan quien estaba muy relajado, su brazo izquierdo se posaba en su rostro, cubriéndolo.
—Has sido tú, ¿no es así? —acusé, más que molesta cruzándome de brazos. Retiró su brazo con pereza para mirarme confundido —. ¿Has sido tú quien ha pagado mis créditos, no?
Se sentó en el sofá con el ceño fruncido.
—Te juro que no he sido yo. Pero estaba en mis planes ir esta semana —dijo. Pero no le creí del todo.
—Dime la verdad.
—Ava, te juro que no he sido yo —se paró afligido del sofá para acercarse a mí.