Dos pequeños niños son amigos inseparables, uno de ojos azules y una de ojos verdes. -¿Entonces somos...?- Preguntó él con sus mejillas sonrojadas. - Amigos. - Contestó ella sonriendo. Todo va de maravilla hasta que comienzan a crecer, conocen gente nueva y aparecen nuevos problemas... - No lo entiendes, ¡Era sólo un niño!- Dijo enojado. - No, ¡Tu fuiste un maldito imbécil!- Grito eufórica.